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Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (A) 6 de noviembre de 2011 Queridos hermanos, bien venidos al encuentro con Jesús. Hoy,la lectura del Evangelionos va a recordar lo importante que es estar en vela,…More
Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (A) 6 de noviembre de 2011

Queridos hermanos, bien venidos al encuentro con Jesús.

Hoy,la lectura del Evangelionos va a recordar lo importante que es estar en vela, tener preparada nuestra lámpara para recibir al “esposo” por si se retrasa, ser como las doncellas sensatas con el “aceite” suficiente para que no se apaguen nuestras lámparas.
Sensata es la persona que escucha la palabra del Señor y la pone en práctica.

La fe, la esperanza, la practica del amorson las cosas que no deben faltar en la vida del cristiano, son como el aceite que debe alimentar la vida de los que quieren seguir a Jesús.

Este“aceite”se consume constantemente y lo tenemos que renovar. Por eso estamos aquí, para pedirle al Señor que nos acompañe en nuestro caminar , que sea él el que alimente nuestras lámparas.

Lectura del santo Evangelio según San Mateo(25, 1-13)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
-El reino de los cielos se parece a diez chicas jóvenes que cogieron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran torpes y cinco eran sensatas. Las torpes cogieron las lámparas pero se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron las lámparas y botellas de aceite. El esposo tardaba, tuvieron sueño y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz que decía: -«¡Ya viene el esposo, id a recibirlo!» las mujeres se despertaron y empezaron a preparar sus lámparas.
Y las torpes dijeron a las sensatas: -«Dadnos un poco de aceite, porque no tenemos y las lámparas se apagan.»
Pero las sensatas contestaron: -«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a comprar el aceite.»
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las mujeres que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y la puerta se cerró.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: -«Señor, ábrenos.» Pero el esposo respondió: -«No os conozco.» Por eso, estad preparados, porque no sabéis el día ni la hora.