Dos películas sobre la Revolución francesa

Vencer o Morir
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Los cinéfilos cristianos estamos de enhorabuena, porque la semana que viene llegará a nuestras pantallas Vencer o morir, una cinta producida por Puy du Fou que procura poner en solfa los supuestos parabienes de la infame Revolución francesa. Y me reitero en el adjetivo: “infame”. Así es, por desgracia, no son pocos los cristianos que, a día de hoy, continúan abogando por las excelencias de dicha revolución —muchos de ellos, para colmo, se declaran liberales (sic)—, pero ignoran que dio la puntilla a la cristiandad europea y, por ende, a la mundial. Por eso es un filme que surge en cartelera como agua de mayo, ya que no solo dará mucho que hablar, sino que servirá de potente revulsivo a gran número de hermanos nuestros.

Pero Vencer o morir no es la primera cinta que cuestiona los pretendidos adelantos de la Revolución francesa, ni siquiera la primera que da a conocer el genocidio de la Vendée (o de la Vandea, como se decía antaño); antes de ella, al menos, han existido un par de largometrajes que aquí nos disponemos a presentar y cuyo visionado recomendamos vivamente al lector. Por supuesto, hay más —aunque no muchos más—, pero quizás estos sean los más representativos, pues nacieron con el deseo expreso de desmontar el ruin mito de los afrancesados, así como de echar por tierra su manido lema —nunca cumplido ni siquiera por sus ideólogos— que propugna la igualdad, la libertad y la fraternidad entre todos los hombres. Sus títulos son: Diálogos de carmelitas y La guerra de la Vendée.

Sin duda, la primera película es harto conocida por todos. Filmada en 1960 e inspirada en una obra de teatro homónima, narra los últimos días de las carmelitas de la Compiègne, ciudad ubicada al norte de Francia. Al principio, y como queda de manifiesto en la cinta, las religiosas son queridas y respetadas por todos los vecinos, pero, a medida que se van infiltrando entre ellos las consignas revolucionarias, comienzan a mirarlas con recelo, a tal punto que terminan por odiarlas y piden su ejecución. En el ínterin, sin embargo, hay todo un proceso judicial mediante el que se procura que las monjas acepten la tríada de la Revolución —a saber, igualdad, libertad y fraternidad—, algo de lo que ellas se asombran, pues lo llevan viviendo desde hace siglos, aunque bajo el único nombre cristiano de caridad (evidentemente, un capotazo a las fatuidades de los afrancesados).

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A mi juicio, todo el largometraje merece la pena, pero tiene dos escenas que perduran en la memoria del que ya lo haya visto. La primera, aquella en la que las mentadas carmelitas, de recreo tras los muros de su huerto, escuchan los sones de la Marsellesa, que ha sufrido algunos cambios desde entonces, pero que en esencia mantiene el carácter bélico, violento y ateo de sus orígenes: entre ellas, se miran de reojo atemorizadas por los que se les viene encima…, a pesar de que supuestamente aquellos revolucionarios pregonan el respeto mutuo entre todas las personas (¿a qué le suena al lector?). La segunda escena es la final —no desvelamos nada, porque las carmelitas de la Compiègne fueron beatificadas como mártires hace ya mucho tiempo (y canonizadas por Francisco en 2022)—, donde las monjas, una a una, ascienden al cadalso entonando el Veni Creator ante el estupor de los circunstantes, que recuerdan aquellos días en que las admiraban (¿arrepentidos, tal vez, de haber cedido a las presiones revolucionarias?).

El segundo título que nos gustaría traer a colación es menos conocido, pero no por ello menos interesante. Se trata de La guerra de la Vendée, un filme realizado por Jim Morlino en 2012. Su particularidad radica en que está protagonizado exclusivamente por niños, pues la intención del director consistía en mostrarles a estos la verdadera historia sobre el pogromo de la Vandea (por cierto, un relato que no aparece en ningún libro de texto escolar). Por este motivo, el guion no ahonda en las implicaciones políticas de aquel período, sino que se limita a evidenciar la pasión de aquellos campesinos que querían mantenerse fieles a Dios, a la patria y al rey (claro está, todos ellos murieron en aras del bienestar social y de la tolerancia).

Toda la cinta, igual que la anterior, merece la pena, sobre todo aquellas escenas en las que, disimuladas por estar destinada a un público infantil, muestran la crueldad del Ejército francés (que actuaba, por supuesto, en pro de los derechos humanos): embarazadas cuyas barrigas eran hendidas para extraerles sus bebés, hombres encerrados en graneros para ser incinerados, niños ahogados vilmente en el río, jovencitas impúberes violadas con inusitado salvajismo… En fin, una cobardía que hoy, empero, nos es vendida como una proeza (y que, insisto, es asumida así por no pocos cristianos liberales). Pero hay un momento que recaba el interés del espectador por su profunda entidad teológica: el juicio contra las mártires de la Compiègne.

Así es, las pobres monjas vuelven a esta cinta como artistas invitadas para demostrar que su ejecución fue el paroxismo de aquella malhadada revolución, pues, aun cumpliendo ya desde hacía siglos el lema afrancesado —aunque, recordemos, bajo el único nombre cristiano de caridad—, recibieron la muerte. Según narra el filme, todo el país galo se conmocionó ante este hecho, que ponía en evidencia los verdaderos propósitos de los iluminados: erradicar la Iglesia católica de suelo francés. En efecto, implantar una nueva sociedad inspirada en los “valores cristianos”, pero sin remitirse a Dios en ningún momento; como afirma doña Elvira Roca en su libro Imperiofobia, trepar por la escala cristiana para tirarla abajo y decir que habían subido solos hasta allí.

Lo más impresionante y revelador de este juicio a las mártires de la Compiègne es la presencia del diablo, un perverso sicofanta que susurra al oído de los jueces el asesinato de tales monjas. Su silueta se entrevé a lo largo de todo el filme, pues aparece de rebozo entre los campos vandeanos o en otros juicios populares; sin embargo, cuando las religiosas son llevadas hasta el estrado, se convierte en una figura sólida y maligna, que destila odio por esas mujeres y que desea, por tanto, acabar cuanto antes con ellas. Es innegable que aquí radica la enjundia de esta película y, por consiguiente, la inspiración última de aquellos malos tiempos de la Revolución francesa.

No hace mucho leí un interesante libro titulado Inspirados por Satanás (Jorge López Teulón, 2022), un texto que versa sobre la persecución religiosa en España y que detalla lo que muchos de nosotros ya sabemos (pese a que la memoria oficial intente ocultarlo): el martirio de miles de sacerdotes, monjas y laicos, y el ensañamiento contra el patrimonio religioso, inocente per se. Pues bien, mutatis mutandis, esto es lo que demuestran las películas que hemos presentado: no había ningún propósito bueno detrás del ideario afrancesado, sino solo la destrucción de la fe cristiana en territorio galo; crear, como hemos dicho, una nueva sociedad en la que la religión católica no tuviera cabida. Y por supuesto, detrás de este objetivo se encontraba Satanás mismo, dirigiendo sus huestes contra las personas que se opusieran a sus malévolos designios (“si los curas y frailes supieran la de hostias que van a llevar”…).

Por este motivo, el estreno de Vencer o morir es una excelente noticia, ya que denunciará los excesos de un movimiento que hasta muchos cristianos juzgan oportuno. Entiendo, claro está, que lo hacen sin mala intención, pues desde pequeños habrán estudiado que fue un alzamiento popular bueno contra el tiránico rey de Francia (sic) y, como afirma nuestro refranero, “Lo que se mama en la cuna, se derrama en la sepultura”. Sin embargo, el filme les ayudará a descubrir una historia oculta, a mirar la realidad con otros ojos y a comprender la actualidad desde la perspectiva adecuada. Pour Dieu et le Roi!

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Comentarios
34 comentarios en “Dos películas sobre la Revolución francesa
  1. Es increíble comprobar cómo a pesar de tantos males que introdujo la Revolución Francesa -terrorismo, guillotina indiscriminada, guerras, ideologías, laicismo ateo, divorcio, etc.- ha sido blanqueada en todos los programas de estudios y casi también en los de la propia Iglesia

  2. Aprendi sobre La Vendée en mi colegio de monjas alemanas Mallinckrodt de Buenos Aires. Unas grandes profesoras de historia (Sras. Gullermini y Frawoski) de un gran colegio católico

    1. Ha sido usted afortunada! En la mayoría de los colegios estatales de Argentina se enseña a los alumnos que la revolución francesa ha sido uno de los antecedentes inspiradores de la Revolución de Mayo y del primer genocidio moderno, el genocidio cristiano-católico de La Vandée, anterior por más de un siglo al genocidio armenio, no se dice absolutamente nada. Vale la pena peregrinar a los lugares de mártires tan heroicos, de los cuales ¡17 han sido ya canonizados y 426 ya son beatos! (En Religión en libertad hay un artículo bien completo de los diversos grupos cuyo martirio ha sido reconocido por la Iglesia). Las representaciones teatrales de Puy du Fou son excelentes; la película debe ser también muy buena. Gracias por la recomendación, pater cinéfilo!

  3. Basarse en un par de películas para emitir un juicio tan tajante sobre la Revolución Francesa, no parece muy sólido. Como todo movimiento revolucionario, la RF tuvo excesos que pagaron entre otros sus mismos defensores como Robespierre, pero la decadencia de la monarquía europea era tan notable que muchos espíritus nobles y liberales la apoyaron. Solo Napoleón vino a tirarse gran parte de lo bueno conseguido por el movimiento revolucionario, y no digamos en España. Pero fue una paso adelante en el progreso europeo hacia la justicia, la igualdad y la fraternidad.

    1. «Como todo movimiento revolucionario, la RF tuvo excesos»

      Como buen rojo, a usted le parecen estupendas las revoluciones, lo cual ya dice mucho de usted. Imagino que también le parecerá estupenda si transcribimos su frase sustituyendo «revolución» por «asesinato en serie»: «Como todo acto criminal, los asesinatos en serie tienen sus excesos». ¡Y se queda tan pancho!

      «muchos espíritus nobles y liberales la apoyaron»

      Y el genocidio actual del aborto también lo apoyan muchos espíritus, pero ni los unos ni los otros son nada nobles, sino criminales.

      «lo bueno conseguido por el movimiento revolucionario»

      Como usted no es católico, jamás entenderá la inmoralidad de tal aserto y que para un católico el fin no justifica los medios. Y encima el fin no era bueno, sino malo (aún sufrimos sus consecuencias).

      «Pero fue una paso adelante…»

      Propio de rojos y masones: ante el precipicio, siguen insistiendo en el paso adelante… hacia el abismo.

      1. Buen artículo maría antonieta en el cadalso lo pisa al verdugo que la iba a ejecutar y le dice perdón un paso al costado pacífico y consensuado de la monarquía y que conviva con un gobierno demócrático siempre hubo en el mundo gente no salvaje culta preparada para gobernar en paz pan y trabajo que son las banderas del pueblo no salvaje civilización o barbarie decía Sarmiento y proponía la educación como erramienta fundamental a maría teresa la absolvió un tribunal pero al salir a la calle la gente la reconoció y la mató salvajemente y colgó su cabeza en la ventana de su amiga maría antonieta guiados seguramente por una fuerza maligna congratulations

    2. Francisco Tostón, ojalá tuviese usted el valor de leer La guerra de La vandee de Alberto bárcena. El libro está basado en una tesis doctoral de otro autor francés. Dicho autor ya fue advertido por personas como usted que, caso de publicar dicha tesis, iba a tener problemas, como así ocurrió. Un poco de conocimiento le vendría a usted bien. En mi opinión, los tiranos y criminales, no tendrían tanto éxito de no ser por personas como usted.

    3. Tostón, pronto podrás disfrutar de la compañía de los jacobinos compañeros de revolución con vuestro jefe el maligno en el averno, donde sabréis el daño tan espantoso que habéis producido en el mundo y que habéis conseguido contagiar a parte de la iglesia progresista..
      A perpetuidad, réprobo.

      Carlismo Rebelde. Viva Cristo Rey

    4. Tostón, hablamos del acta fundacional del terror de masas como programa central de gobierno.
      ¿Exactamente qué componente de progreso y justicia tiene tal cosa?

      Los monstruos políticos del siglo XX eran herederos de los sans culottes parisinos de 1789.

  4. La Vendée es la primera de las tres guerras de la Edad Contemporánea que tienen como denominador común el enfrentamiento armado entre el catolicismo y el laicismo. Las otras dos son la guerra Cristera y nuestra guerra civil. En las tres guerras, la masonería es siempre el enemigo, aunque en la última, la de España, las atrocidades iniciales de los masones republicanos con la quema de iglesias y conventos del 31, acabarán palideciendo frente a la barbarie homicida de las hordas comunistas y anarquistas. Básicamente, el grito de guerra es común en las mismas: «Dieu, le roi» se puede traducir como «Dios, el rey», esto es, como que Dios es el rey, o bien: «Por Dios y el rey». En la guerra mejicana y la española no hay ambigüedad:¡Viva Cristo Rey!. La principal diferencia entre la Vendée y las otras dos guerras es el carácter genocida que acaba tomando la represión revolucionaria que, en nombre de la libertad y de los derechos del ciudadano, exterminará a toda la población.

    1. «La principal diferencia entre la Vendée y las otras dos guerras es el carácter genocida que acaba tomando la represión revolucionaria que, en nombre de la libertad y de los derechos del ciudadano, exterminará a toda la población.»

      Discrepo. Yo creo que ese carácter genocida existía en los tres casos. Lo que pasa es que sólo los revolucionarios franceses pudieron pasar de las ideas a los hechos en esa cuestión..

      1. «Lo que pasa es que sólo los revolucionarios franceses pudieron pasar de las ideas a los hechos en esa cuestión»

        Tanto en Méjico como en España también pasaron a los hechos, como atestiguan los miles de mártires. Lo que ocurre es que en el caso de España acabaron perdiendo.

  5. «no había ningún propósito bueno detrás del ideario afrancesado, sino solo la destrucción de la fe cristiana en territorio galo; crear, como hemos dicho, una nueva sociedad en la que la religión católica no tuviera cabida. Y por supuesto, detrás de este objetivo se encontraba Satanás mismo».

    “Si se desea presentar un diagnóstico del texto (Gaudium et Spes) en su totalidad, podríamos decir que (en unión con los textos sobre la libertad religiosa y las religiones del mundo) se trata de una revisión del Syllabus de Pío IX, una especie de Anti-Syllabus […] Limitémonos a decir aquí que el texto se presenta como Anti-Syllabus y, como tal, representa una tentativa de reconciliación oficial con la nueva era inaugurada en 1789 […]
    Sigue…

    1. … La postura unilateral adoptada por la Iglesia bajo Pío IX y Pío X, en respuesta a la situación creada por la nueva fase histórica que inauguró la Revolución Francesa, fue en gran parte corregida via facti, especialmente en Europa Central; pero aún no había una declaración de principios sobre la relación que debería existir entre la Iglesia y el mundo que surgió en 1789. En efecto, los países con acentuada mayoría católica mantuvieron una actitud abiertamente prerrevolucionaria. Difícilmente podrá alguien negar hoy que los Concordatos español e italiano procuraron conservar una parte de la visión del Mundo, que ni de lejos correspondía a la realidad…
      Sigue…

      1. … En lo que atañe a la educación y al método histórico-crítico de la ciencia moderna, pocos podrán objetar hoy que existían anacronismos, una clara consecuencia de la adhesión a una obsoleta relación entre la Iglesia y el Estado” (Joseph Ratzinger, Les Principes de la théologie catholique, París: Téqui, 1985, p. 426-427).

          1. «Y, como siempre, Benedicto XVI tenía razón».

            Algunas veces tiene usted los dedos más rápidos que el cerebro.
            Hablamos del carácter masónico y demoníaco de la revolución francesa y de sus frutos podridos en las sociedades.
            Benedicto XVI escribe, sin tapujos, que el famoso «aggiornamento» de Juan XXIII en el Concilio fue en realidad «una tentativa de reconciliación oficial (de la Iglesia) con la nueva era inaugurada en 1789 (Revolución Francesa)».
            ¡Ahí es nada!
            Las palabras de Benedicto XVI estarían bien si fueran una crítica a lo anterior o se limitaran a reconocer la triste realidad (pedirle que lo lamentara ya sería pedir peras al olmo) de que tras la Revolución Francesa las naciones, aún las más cristianas, quedaron infestadas por los principios ateos revolucionarios.
            La realidad: ¡A él le parecía bien! Influyó como teólogo en el Concilio y siempre lo defendió.
            Pues nada, «a confesión de parte, relevo de pruebas».

          2. «Benedicto XVI escribe, sin tapujos, que el famoso «aggiornamento» de Juan XXIII en el Concilio fue en realidad «una tentativa de reconciliación oficial (de la Iglesia) con la nueva era inaugurada en 1789″

            Claro que lo dice sin tapujos: fue un intento de situar a la Iglesia en el mundo existente en ese momento, que le guste a usted o no, era producto de lo que había ocurrido dos siglos antes (eran hechos consumados, no una elección). Se limita a describirlo, no a jalear a la masonería. Si las pataletas de Pío Nono ya resultaban anacrónicas en el siglo XIX, en el siglo XX habrían resultado totalmente risibles (y no digamos ineficaces)..Y si es posible, a ver si escribe usted algún comentario alguna vez en el que no meta el CVII, a Juan Pablo II o a Benedicto XVl, porque menuda obsesión. Luego se ofende si le digo que se lo trate un especialista.

  6. En julio de 1910, Vladimir Ilyich Ulyanov, más conocido como Lenin, pasó sus vacaciones en Pornic (Sur Bretaña, borde de Vendea). El revolucionario comunista y estadista ruso, entonces de 40 años, se reunió con su esposa, en una villa, ahora destruida. Pudo estudiar in situ lo de la política de exterminación de los pueblos fieles a Dios y a su Rey en la Francia de los años 1790. Tampoco olvidar las persecuciones de la Tercera República francesa en particular con las leyes del 1905 contra la religión católica (Expropiaciones, cierres de escuelas, viviendas, hospitales dirigidos por religiosos, etc.), otro modelo que lo que ocurrirá en Méjico y en España, pocos años después…

  7. Bonaparte hecho Napoleón y sus guerras provocaron un nuevo ataque contra las familias católicas en particular en el oeste de Francia, con un reclutamiento importantísimo entre los campesinos hechos soldados por la fuerza mientras que sus padres y hermanos mayores ya habían sufrido terriblemente durante las guerras de la república (sin hablar de las madres y hermanas) y que no querían en absoluto ir a hacer la guerra por toda Europa…Pero muchas veces aceptar el reclutamiento era la única posibilidad de proteger a su familia contra represalia en hogares ya devastados por diez años de revolución. Por supuesto era imprescindible escribir una historia “oficial” en los libros a destinación de los niños franceses … Vae victis.

  8. También Pinochet iba a misa y comulgaba. Como Franco en España. Dos de los máximos dictadores y asesinos de la época moderna. La religión fue un disfraz para sus tropelías.

    1. Las calumnias lanzadas por un rojo, cuya ideología produce siempre dictadores y asesinos como Lenin, Stalin, Pol Pot, Mao, Fidel Castro, el Ché, Santiago Carrillo, etc., como que tiene muy poca credibilidad.

      Usted contra Franco tiene solamente dos cosas: que era católico y que venció a los rojos, evitando así la total destrucción de la Iglesia en España y frenando el genocidio de católicos, especialmente de sacerdotes y religiosos (en torno a 7.000 mil). Claro, que a usted, en su impiedad, le habría gustado que terminasen el trabajo y que no les hubieran ajusticiado después por asesinos. Como siempre, usted retratándose.

      Pues, para que acabe de darle el soponcio, aquí le dejo las palabras de Juan XXIll, el Papa que abrió el CVII, sobre Franco, los rojos o el Valle de los Caídos:

      SOBRE FRANCO:

      «Da leyes católicas, ayuda a la Iglesia, es un buen católico… ¿Qué más quieren?».

      SOBRE LOS ROJOS:

      «Es de poco tiempo atrás, está aún…

      1. …fresca la sangre de beneméritos sacerdotes y religiosos, quienes en Tarragona del siglo XX dieron su vida a manos de HOMBRES SIN DIOS [los rojos]. El testimonio de su muerte viene ahora con vosotros a Roma para ser sometido al dictamen de la Santa Sede»

        (Palabras pronunciadas en junio de 1959, a los integrantes de una peregrinación de 130 personas provenientes de Tarragona, elogiando los casos de 228 sacerdotes martirizados en la archidiócesis y cuyos expedientes había entregado en Roma el arzobispo, el cardenal Arriba y Castro).

        SOBRE EL VALLE DE LOS CAÍDOS:

        «Un vivo y particular consuelo experimenta Nuestro corazón al sentirnos presente en espíritu entre los numerosos fieles congregados para las ceremonias de estos días en la grandiosa Iglesia de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, que acaba de ser solemnemente consagrada y a la que, por el esplendor de su arte, por la dignidad de su culto y por la piedad de los numerosos…

        1. …peregrinos que con ritmo creciente la frecuentan, hemos querido honrar con el título de Basílica. A CUANTOS EN ELLA ESTÁN REUNIDOS [Franco y toda la plana mayor del régimen, fundamentalmente] y a todo el noble pueblo español deseamos llegue en estos momentos Nuestra palabra de BENDICIÓN. Amamos a España, cuya pureza de costumbres, lo mismo que sus bellezas y tesoros de arte, hemos podido admirar en los gratos viajes con que hemos recorrido sus tierras. Por eso Nos alegramos de que la España que llevó la fe a tantas naciones quiera hoy seguir trabajando para que el Evangelio ilumine los derroteros que marcan el rumbo actual de la vida, y para que el solar hispánico, que se ufana justamente de ser cuna de civilización cristiana y faro de expansión misionera, continúe y aun supere tales glorias, siendo fiel a las exigencias de la hora presente en la difusión y realización del mensaje social del cristianismo, sin cuyos principios y…

          1. …doctrina fácilmente se resquebraja el edificio de la convivencia humana».

            (Mensaje de Juan XXIII con motivo de la consagración de la Basílica del Valle de los Caídos en 1960, leído por el legado pontificio: el cardenal Gaetano Cicognani, prefecto de la Sacra Congregación de Ritos, y nuncio en España entre 1938 y 1953).

            El 3 de enero de 1962, el «papa bueno» dictó la excomunión de Fidel Castro, bautizado, por haberse declarado, en un discurso pronunciado en diciembre anterior, marxista-leninista y haber dicho que conduciría a Cuba al comunismo.

            Igualita la bendición a Franco que las excomunión a Fidel Castro. Pero bueno, que la realidad no les estropee un buen titular, y que los rojos sigan diciendo que Juan XXIII era «de los suyos», o que la criminal ideología rogelia es compatible con el cristianismo.

  9. Soy católico descendiente de soldado Republicano , y también de soldado Nacional , como ciertamente
    lo son miles de Españoles .

    Que pienso , que hago de mi …

  10. Debido a lo limitado del espacio de comentario no puedo extenderme mucho . Sí que puedo decir que es una película imprescindible para el guerrero de la fe. Acabo de verla y es muy fiel a los hechos históricos y el protagonista no es, desde luego un héroe de una pieza, pero sí que experimenta una evolución desde una vida algo libertina y hedonista hacia un guerrero cristiano convencido. Pasa algo desapercibido, pero la cinta también le da lo que se merece a esos curas que se adaptan a los tiempos, a los que se despacha limpiamente como «servidores de Satanás». No sé si las páginas especializadas en cine como Sensacine y Film affinity publicarán la extensa crítica que les he mandado, pues no es la primera vez que la vetan, pero si es aceptada, invito a mis amigos a leerla.

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