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"Sánchez es un peón de Soros y coinciden en un re-diseño que supone la liquidación de España como Nación"

Carlos Astiz: "Sánchez es un peón de Soros y coinciden en un re-diseño que supone la liquidación de España como Nación". Por Javier Navascués

JAVIER NAVASCUÉS - 30 NOVIEMBRE 2020

Carlos Astiz es periodista y analista, doctor en Ciencias de la Información y profesor universitario. Ha trabajado en diversos medios de prensa, radio y tv, así como en distintas universidades, de España y otros países. Ha firmado trabajos sobre Política internacional, Comunicación Digital, Situación política e ideología, Arte, Comunicación Política y Corporativa, Implicaciones sociales de las nuevas tecnologías... Además, ha impulsado varias empresas y es miembro de diversas fundaciones, Laboratorios de ideas y ONG.

En esta entrevista reflexiona sobre su último libro El proyecto Soros y la alianza entre la izquierda y el gran capital, una magnífica iniciativa de la editorial Libros Libres.

¿Por qué un libro sobre Soros y su proyecto?


Con sus 90 años cumplidos, George Soros parece estar en todas partes. Black Lives Matter y la legalización de drogas en Uruguay; el ascenso de Pedro Sánchez y las maniobras separatistas en Cataluña; las “revoluciones de color” y la avalancha de inmigrantes ilegales…Mires donde mires, en multitud de países y sucesos aparecen su dinero y las organizaciones que financia.

Un personaje semejante merecía profundizar en quién es y lo qué pretende. Máxime cuando parece que su agenda política es la misma que numerosos grupos y políticos que se dicen de izquierdas. ¿Cómo es posible esa coincidencia? Responder a esa pregunta fue el objetivo del libro que no solo habla de Soros y de su enorme entramado de fundaciones, asociaciones, medios de comunicación, grupos políticos, universidades…sino también de todos sus amigos que comparten un temario común y una agenda para implementarlo.

¿Quién es realmente este individuo y cuál es su verdadero poder?

Sus aduladores que son muchos y bien pagados intentan desacreditar todas las informaciones sobre este personaje y sus andanzas reduciéndolas a etiquetas como “conspiraciones” “ataques anti judíos” … pero sin entrar en ninguna teoría conspirativa, “el Proyecto Soros...” hace un recorrido por su red real de influencias y dinero y un análisis político de sus actividades y a esa radiografía y a ese análisis no quieren responder con datos, solo con etiquetas.

Soros es un especulador financiero cuyo objetivo fundamental ha sido, y sigue siendo, incrementar su fortuna y su poder. Él es la cara más visible de ese grupo de magnates que son-en realidad- un potente gobierno en la sombra, capaz de influir sobre muchos países, alterar su estabilidad y hasta cambiar resultados electorales, o inducir golpes de estado para construir lo que algunos llaman el Nuevo Orden Mundial, porque eso les permitirá el control de sociedades pequeñas, desestructuradas y débiles, reduciendo sus problemas e incrementando sus beneficios. Hablamos de Bill Gates, de los Rockefeller, de Ford, del fundador de Pay Pal, de los dueños de Google… todos esos “capitalistas filántropos de izquierda” que amasan millones, los mantienen en paraísos fiscales (el propio Soros lo hace) y maniobran para tener más poder y más dinero.

¿Por qué Pedro Sánchez ha visto más veces a Soros que al líder de la oposición?

Porque Sánchez es un peón de Soros. Y ambos coinciden en un re-diseño que supone la liquidación de España como Nación, sustituida por un rompecabezas de nacioncillas, con un Parlamento de cartón silenciado; los grandes medios de comunicación comprados; los jueces, las Fuerzas Armadas y de Seguridad bajo control creciente; los enemigos del país convertidos en sus amos; los disidentes reprimidos y amenazados… No estamos tan lejos de Venezuela como nos gustaría creer.

En el Foro de Davos, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió con Alexander Soros, hijo del multimillonario. Según informaron fuentes de Moncloa1, Sánchez, acompañado por las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, se reunieron con los dirigentes de varias multinacionales, entre los que estaban Soros Jr. y representantes de empresas como Morgan Stanley, City Group, Bank of America o Zurich, entre otros. Curioso que el Presidente de Iberdrola (financiador de Davos junto al Banco de Santander, entre otros) le felicitase efusivamente por el nombramiento de Calviño y Ribera como ministras del gobierno de España.

Sánchez ya recibió a George Soros en La Moncloa, como su primer invitado, poco después de ganar la moción de censura en junio del 2018. En aquella reunión, que no se hizo pública, también participó el entonces Ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell (hoy Alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad). El contenido del encuentro no trascendió.

Sin embargo no hay fotos del encuentro...que extraño…

Fue clandestino, como la mayoría de los encuentros entre Pedro Sánchez y miembros del clan Soros, aunque alguien desde el entorno del Presidente lo filtró, para advertencia de los españoles.

Como anticipaba el profesor De Castro: «No olvidemos que el presidente Sánchez formó parte del National Democratic Institute, que forma parte a su vez, de los que han actuado en las revoluciones de color. O sea, que (Sánchez) no es ajeno a todo lo que han hecho en las revoluciones de color, ni es ajeno a Soros y lo ha recibido en Moncloa, o sea que, digamos, los peones están: los independentistas están, han trabajado con Soros y han sido financiados por él. Tenemos a Soros en el Gobierno y tenemos a Soros en los independentistas. Si llega a salir una coalición, un Gobierno que necesita la aprobación de los independentistas, tenemos a los enemigos en casa”. Que es, básicamente, lo que sucede ahora mismo.

Desde que fue investido presidente del Gobierno, en julio de 2018, Pedro Sánchez ha llegado a entrevistarse hasta ocho veces con George Soros y su equipo, más reuniones de las que ha tenido con el líder de la oposición, en el mismo periodo.

¿Cómo es posible que la izquierda y los grandes magnates capitalistas tengan una agenda común?

Muchos izquierdistas de buena fe, que creen esforzarse por un mundo mejor no se han dado cuenta de que trabajan para el enemigo. Sus dirigentes sí lo saben y se aprovechan. Una característica que rechina es como los dirigentes “revolucionarios” viven como aristócratas, condenando a la población a la miseria física, moral, cultural...mientras disfrutan de mansiones, aviones, coches y toda clase de lujos y libertades que niegan al resto. En España, Podemos y el PSOE son un ejemplo concreto, y escandaloso, de todo ello que solo el silencio cómplice de los grandes medios impide que derive en una insurrección, generalizada, de sus militantes y votantes.

Pero muchos ya se están percatando. Resulta raro que el votante de izquierdas de Vallecas o Badalona, tenga los mismo objetivos que Ana Botín y que a quién vota diga lo mismo que la Presidenta del FMI y que todos aplaudan en Davos el Foro Económico Mundial que financia Soros y otros grandes especuladores. Y a nadie le gusta hacer el papel de marioneta. Eso explica, en parte, el derrumbe de Podemos y sus confluencias que creo que va a incrementarse, a pesar del silencio que imponen los grandes aparatos de comunicación y la multitud de estómagos agradecidos que chupan del bote.

En cierta manera liberalismo y marxismo son en el fondo y en cierta manera harina del mismo saco.

No creo. Aunque pudieran surgir de un entorno intelectual y temporal cercanos, con todos sus errores y carencias, el liberalismo aspira a la libertad. Sin embargo, el marxismo desde su origen desprecia al individuo. Para el comunismo, la persona y su libertad son prescindibles. No es Stalin una anomalía del marxismo sino su quintaesencia. Las matanzas ya estaban presentes en Lenin (que fue el impulsor de la Cheka y los primeros gulags) y la represión brutal, los estado prisión, la miseria en todos los órdenes, son el sello indudable de cualquier estado socialista.

Usted introduce en el libro el término pobresistas, ¿quiénes serían?

Aprovechando desastres naturales, crisis o pandemias, algunos gobiernos han silenciado sus parlamentos, comprado los grandes medios de comunicación, intentan controlar a los jueces, empujado a sus países hacia una situación pre-dictatorial, en la que se puede mentir a los ciudadanos con descaro; realizar compras y pagos fraudulentos, de los que no tienen que dar explicaciones, mientras confinan a los ciudadanos, restringen o anulan sus libertades y conciertan políticas supranacionales al margen de los votos, imponiendo un pensamiento obligatorio, reprimiendo y silenciando al que disiente.

Para cualquier observador atento, está claro que asistimos a una maniobra política, para pasar a dirigir (al margen de las urnas) amplias zonas del mundo, y el mundo entero -si pudieran- por parte de un grupo de grandes magnates, sus testaferros políticos y mediáticos que quieren convertir las sociedades en instrumentos débiles, al servicio de los intereses de esos multimillonarios.

La novedad es que miles de izquierdistas colaboran en esos propósitos (la mayoría sin saberlo), a través de organizaciones generosamente financiadas por los plutócratas. Se quieren denominar progresistas, pero lo único que multiplican es la pobreza y la opresión. Por eso, los llamo pobresistas.

Todo ello está relacionado con el globalismo, pero ¿qué tipo de sociedad pretenden los impulsores del Nuevo Orden Mundial?

A pesar de que pueda haber roces o diferencias menores, coinciden en una agenda compartida que incluye: imposición del pensamiento único como obligatorio; apocalipsis climático; apoyo a la inmigración descontrolada; despenalización de las drogas y la eutanasia; aborto y reducción de la reproducción; agenda LGTB e ideología de género; fomento de la fragmentación social e inducción al enfrentamiento... Es un temario común, una agenda de destrucción de las sociedades democráticas y su sustitución por sociedades frágiles (que llaman “abiertas” porque maquillan mejor el objetivo), con gobiernos débiles en manos de organismos supranacionales que controlan esos magnates… La democracia en riesgo y las elecciones libres, bajo amenaza.

Son los globalitarios. Y los llamo así porque no es solo una visión planetaria, global, sino el intento de imponer sistemas totalitarios en sustitución de las democracias.

Esto no es nuevo. Hemos visto sus manos y su dinero en disturbios y “revoluciones”. Son los que desde miles de organizaciones, asociaciones, partidos, fundaciones, medios de comunicación, aparatos culturales y educativos… buscan erosionar los consensos mínimos, imprescindibles para que una sociedad pueda mantenerse y progresar. Son los que impulsan, hacia la degradación y el enfrentamiento, rompiendo los grupos sociales en fragmentos cada vez más pequeños y cada vez más tentados de someter- esas diferencias- al veredicto de la violencia. Son los que ponen en cuestión la viabilidad de las naciones, abogan por destruir la cohesión social, por multiplicar las diferencias, por censurar las opiniones e imponer el pensamiento obligatorio.

Globalitarios y pobresistas empeñados en un programa común que nos lleva a la pobreza, la muerte y la tiranía.

Parece que estamos en la recta final

Los globalitarios y sus aliados creen que este es el inicio de su victoria definitiva y sienten que es ahora o nunca porque, si tu oprimes a una sociedad o la amenazas, antes o después surge la resistencia y no quieren dar tiempo a que esa resistencia se organice. Recordémoslo: No son omnipotentes y pueden ser vencidos. Cuanta más gente despierte, conozca sus maniobras y se indigne, más difícil tendrán su victoria.

Por eso, me gustaría hacer un llamamiento a la resistencia y la moral de victoria. El optimismo, el esfuerzo, los planes de futuro... son consignas revolucionarias en un momento en que nos quieren deprimidos y aislados. Ya han sido vencidos. Fueron expulsados de Hungría o Rusia; perdieron su apuesta con el Brexit y el “Plan de Paz” de Colombia; Trump derrotó a su candidato y millones de personas ya están eligiendo opciones políticas que descubren, y denuncian, todas esas maniobras. Así que creo que tenemos que estar alegres y combativos, conscientes de lo que nos jugamos y decididos a conquistar un mañana mejor, más libre y próspero.

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