El papa Francisco le preguntó al arzobispo Carlo Maria Viganò, en ese entonces nuncio apostólico en Estados Unidos, sobre la situación de los jesuitas estadounidenses, cuando el 23 de junio de 2013 quiso saber sobre el escándalo McCarrick, escribe el sitio web Inside the Vatican, de Robert Moynihan.
Moynihan fue informado sobre esto por el mismo arzobispo Viganò. Viganò contestó que los jesuitas en Estados Unidos han jugado un rol clave en la secularización de las universidades católicas del país y que con frecuencia, contra el deseo de los Papas, habían estado al frente de los esfuerzos para cambiar la doctrina católica.
Sugirió que sería un gran don para la Iglesia en Estados Unidos y a lo largo del mundo, si Francisco tuviera éxito en la reforma de la Orden y la llevara de nuevo al antiguo y exitoso camino de la ortodoxia.
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