Supuestamente, los homosexuales activos “viven su fe en la Iglesia también” y “deberían sentirse como hijos de Dios y no como problema”, insistió Silvia Teresa Retamales Morales, una delegada chilena al Sínodo sobre la Juventud, el 15 de octubre durante una conferencia de prensa.
En los últimos cincuenta años la Iglesia ha tenido graves problemas con los abusos perpetrados por clérigos y religiosos homosexuales.
Sin embargo, Retamales pidió a la Iglesia estar “abierta a todos [¿los católicos píos?], “no ser crítica” [¿respecto a la ortodoxia católica?], no “discriminar contra las minorías” [¿tradicionalistas?] o contra personas con diferentes orientaciones sexuales [¿pedófilos?].
Y: “la Iglesia tiene que ser más inclusiva”. Retamales continuó su letanía, jugando con la narrativa oficial de los oligarcas.
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