Si el Santísimo es el mismo Señor en persona, como nuestra Fe nos lo indica, y lo que se está diciendo nos acerca más a Él, o nos previene contra aquello de lo cual Él vino a liberarnos, estamos seguros que a Nuestro Señor Jesucristo no se ofende, mientras lo que digamos sea la verdad que Él es, se predique el camino que conduce hacia la Santidad, y nos de las pautas para vivir la vida de los verdaderos Hijos de Dios. El tener el Santísimo expuesto mientras alguien predica es poner al mismo Cristo como testigo de que lo que se está diciendo es la verdad y que se dará cuenta ante Él de todo lo que se diga.

Recuerda querida hermana que estando Cristo en vida, los discípulos no solo no se dedicaron a adorarlo las 24 horas, sino que vivieron con él, como ese Dios con nosotros, que vino para ser nuestro hermano, nuestro amigo y nustro guia, nuestra compañia, el cual haya sus delicias en estar con los hijos de los hombres. Por lo cual cuanto más tiempo estemos a su lado, en su presencia física más feliz lo haremos, pues no creo que Él halla dicho estaré con vosotros hasta el último día, para que solamente podamos pasar una hora deadoración ecucarística los primeros viernes de mes, o en la hora Santa.