Inmigrantes negros ilegales encabezados por el musulmán Aboubakar Soumahoro, de 39 años, ocuparon el 16 de julio y durante tres horas la famosa Basílica de San Nicolás en Bari (Italia), exhibiendo pancartas.
Los medios de comunicación oligarcas presentaron a Soumahoro como “sindicalista”.
Los ocupantes protestaron contra la “explotación de los inmigrantes” y pidieron una reunión con el arzobispo de Bari, monseñor Francesco Cacucci, quien apareció rápidamente y no se quejó por la profanación de la Casa de Dios.
En vez de ello, anunció que “llamaría al presidente de la Región”, la cual incluye a los demás obispos de la Apulia, y después “escucharía al papa Francisco”.
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