Santa Clara de Asís " PARA NIñOS "
Santa Clara de Asís (en italiano Chiara d'Assisi), (* Asís, Italia, 16 de julio de 1194 - † ídem, 11 de agosto de 1253), religiosa y santa italiana. Seguidora fiel de San Francisco de Asís con el que fundó la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas, Clara se preciaba de llamarse humilde planta del bienaventurado Padre Francisco.1 Después de abandonar su antigua vida de noble, se estableció finalmente en el monasterio de San Damiano hasta su muerte.
Al revés de Francisco, Clara vivió una larga vida para la época, mas se sentía entristecida por el recuerdo de la muerte del seráfico padre en 1226. Clara vivió sesenta años de los cuales cuarenta y uno los pasó en el monasterio.
Clara de Asís fue la primera mujer en escribir una regla y recibir aprobación del Papa. Hoy sus restos descansan en el protomonasterio de Asís.
Fue canonizada un año después de su fallecimiento, por el Papa Alejandro IV. Su fiesta litúrgica es el 11 de agosto.
Clara nació en Asís en 1194, probablemente el 11 de julio. Hija mayor del matrimonio de Favorino de Scifi y Ortolana, la cual era descendiente de una ilustre familia de Sterpeto, los Eiumi. Ambas familias pertenecían a la más augusta aristocracia de Asís,2 Favorino tenía el título de Conde de Sasso Rosso. Clara tenía además cuatro hermanos, un varón, Boson y tres mujeres, Renenda, Inés y Beatriz.
Ortolana era una mujer de mucha virtud y piedad cristiana, y era devota de hacer largas peregrinaciones a Bari, Santiago de Compostela y Tierra Santa. Dice la tradición que antes de nacer Clara, el Señor le reveló en oración que la alumbraría de una brillante luz que habría de iluminar al mundo entero, y fue por eso que la niña recibió en el bautismo el nombre de Clara, el cual encierra dos significados, resplandeciente y célebre.
La niña Clara creció en el palacio fortificado de la familia, cerca de la Puerta Vieja. Se dice que desde su más corta edad sobresalió en virtud, se mortificaba duramente usando a raíz de su delicado cuerpo ásperos cilicios de cerdas y rezaba todos los días tantas oraciones que tenía que valerse de piedrecillas para contarlas.
Con la edad se convirtió en la más gallarda y hermosa joven de Asís, y consecuentemente tuvo muchos pretendientes. Cuando cumplió los dieciséis años sus padres la prometieron en matrimonio a un joven de la nobleza a lo que ella se resistió respondiendo que se había consagrado a Dios y había resulto no conocer jamás a hombre alguno.
Por esa fecha había vuelto de Roma, con autoridad pontificia para predicar, el joven Francisco, cuya conversión tan hondamente había conmovido a la ciudad entera. Clara le oyó predicar en la iglesia de San Rufino y comprendió que el modo de vida observada por el Santo era el que a ella le señalaba el Señor.
Entre los seguidores de Francisco había dos, Rufino y Silvestre, que eran parientes cercanos de Clara, y estos le facilitaron el camino a sus deseos. Así un día acompañada de una de sus parientes, a quien la tradición atribuye el nombre de Bona Guelfuci, fue a ver a Francisco. Este había oído hablar de ella, por medio de Rufino y Silvestre, y desde que la vio tomó una decisión: quitar del mundo malvado tan precioso botín para enriquecer con él a su divino Maestro.3 Desde entonces Francisco fue el guía espiritual de Clara.
La noche después de Domingo de Ramos de 1212, Clara, huyó de su casa y se encaminó a la Porciúncula, allí la aguardaban los Frailes Menores con antorchas encendidas. Habiendo entrado en la capilla se arrodillo ante la imagen de la Virgen y ratificó su renuncia al mundo por amor hacia el santísimo y amadísimo Niño envuelto en pañales y recostado sobre el pesebre.4 Cambió sus relumbrantes vestiduras por un sayal tosco, semejante al de los frailes; trocó el cinturón adornado con joyas por un nudoso cordón, y cuando Francisco cortó su rubio cabello se cubrió con un velo negro que junto con sandalias de madera constituirían el atuendo de su orden primigenia.
Hizo los tres votos monásticos y prometió obedecer a San Francisco en todo. Luego fue trasladada al convento de las benedictinas de San Pablo. Cuando sus familiares descubrieron su huida y paradero fueron a buscarla al convento. Tras la negativa rotunda de Clara a regresar a su casa, Francisco creyó prudente trasladarla al convento de San Ángel de Panzo, también benedictino
Muchas gracias por este vídeo es maravilloso y edificante para nuestro niños. Dios los bendiga. ¡PAZ Y BIEN!
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Es una maravilla para los niños.
Los tengo todos de youtube ya que al principio de estar en gloria los vi y la persona que los subía me facilitó dónde los podía encontrar incluso comprar, pero como ya no estoy en la escuela y no tengo nietos, mejor verlos a través de ti.
Gracias chavelita. Me encantan las cosas de niños.