Los Sueños de Don Bosco (Completo) Los Sueños de Don Bosco. Indice al final del Libro.Más
Los Sueños de Don Bosco (Completo)
Los Sueños de Don Bosco.
Indice al final del Libro.
Los Sueños de Don Bosco.
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jasonjones
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Cuento yo un sueño, si alguien quiere oirlo.
Era de noche, yo andaba sin pisar el suelo, como algunos pocos que veía por la calle. Alguna pareja andaba de verdad, ya en retirada a casa, y me acerco a las columnas de al lado del mercado central de Zaragoza. De repente, un viento sopla empujándome hacia una columna, como no tocaba el suelo estoy en peligro y me vuelvo para cogerme a la columna poco …Más
Cuento yo un sueño, si alguien quiere oirlo.
Era de noche, yo andaba sin pisar el suelo, como algunos pocos que veía por la calle. Alguna pareja andaba de verdad, ya en retirada a casa, y me acerco a las columnas de al lado del mercado central de Zaragoza. De repente, un viento sopla empujándome hacia una columna, como no tocaba el suelo estoy en peligro y me vuelvo para cogerme a la columna poco a poco y no colisionar de golpe, pero cuando estoy a punto de tocarla deja de soplar el viento y un nuevo soplo me lleva hacia otra columna; y pasa lo mismo: cuando pienso que voy a chocar con ella el viento me lleva hacia otra columna. Entonces me enfado, porque siento que alguien está jugando conmigo, entonces veo que es un anciano blanco y enorme que me lleva como si bailase con una doncella. Yo me siento avergonzado, pero entonces reconozco que es Dios y le digo: Para ti una doncella o lo que tu quieras aceptaré culaquier cosa; Él me contestó: Pues déjate llevar, yo dirijo el baile.
Era de noche, yo andaba sin pisar el suelo, como algunos pocos que veía por la calle. Alguna pareja andaba de verdad, ya en retirada a casa, y me acerco a las columnas de al lado del mercado central de Zaragoza. De repente, un viento sopla empujándome hacia una columna, como no tocaba el suelo estoy en peligro y me vuelvo para cogerme a la columna poco a poco y no colisionar de golpe, pero cuando estoy a punto de tocarla deja de soplar el viento y un nuevo soplo me lleva hacia otra columna; y pasa lo mismo: cuando pienso que voy a chocar con ella el viento me lleva hacia otra columna. Entonces me enfado, porque siento que alguien está jugando conmigo, entonces veo que es un anciano blanco y enorme que me lleva como si bailase con una doncella. Yo me siento avergonzado, pero entonces reconozco que es Dios y le digo: Para ti una doncella o lo que tu quieras aceptaré culaquier cosa; Él me contestó: Pues déjate llevar, yo dirijo el baile.
