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Un acontecimiento de toda la Iglesia. CARTAS DOMINICALES Dentro de un mes estaremos ya en vigilias de vivir los actos principales de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrarán en Madrid …Más
Un acontecimiento de toda la Iglesia.

CARTAS DOMINICALES

Dentro de un mes estaremos ya en vigilias de vivir los actos principales de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrarán en Madrid y estarán presididos por el Papa entre los días 18 y 21 del próximo mes de agosto. Deseo subrayar ahora la dimensión que tiene este acontecimiento para toda la Iglesia.

La JMJ es, ante todo, un acontecimiento espiritual. La preparación espiritual es, pues, de suma importancia. Por ello, ya un año antes, en agosto del año pasado, Benedicto XVI envió un mensaje a los jóvenes de todo el mundo invitándolos a prepararse intensamente para la cita de Madrid, y a hacerlo juntamente con sus obispos, sacerdotes, diáconos y responsables de la pastoral juvenil en las diócesis, en las comunidades parroquiales y en las asociaciones y los movimientos.

El Papa se refería a esta dimensión espiritual de la JMJ diciendo claramente a los jóvenes que "la calidad de nuestro encuentro dependerá, sobre todo, de la preparación espiritual, de la oración, de la escucha en común de la Palabra de Dios y del apoyo recíproco".

"Queridos jóvenes --añadía el Papa-, la Iglesia cuenta con vosotros. Necesita vuestra fe viva, vuestra caridad creativa y el dinamismo de vuestra esperanza. Vuestra presencia renueva la Iglesia, la rejuvenece y le da nuevo impulso. Por ello, las Jornadas Mundiales de la Juventud son una gracia no sólo para vosotros, sino para todo el pueblo de Dios."

Creo que estas últimas palabras del Papa nos invitan a todos a vivir la gracia de la JMJ. El proyecto pastoral de las JMJ implica no sólo a los jóvenes sino a todas las comunidades cristianas, llamadas a fortalecerse y a renovarse gracias al entusiasmo y al impulso de la fe de los jóvenes. Se trata de hacer a los jóvenes protagonistas. Los jóvenes cristianos son y están llamados a sentirse corresponsables con toda la Iglesia de su misión evangelizadora. Por eso, hemos de trabajar para que participen activamente en la vida de la Iglesia, celebren su fe y asuman sus responsabilidades siendo protagonistas de la evangelización y artífices de la renovación de la Iglesia y de la sociedad.

La experiencia de las JMJ nos enseña que los jóvenes, sobre todo en los países más pobres del mundo, están dispuestos a comprometerse en la Iglesia, a ayudar a hacer realidad aquella consigna de los tiempos del Concilio Vaticano II que decía "Ecclesia semper reformanda". Para lograrlo, hemos de depositar nuestra confianza en ellos y otorgarles responsabilidades.

Haciéndome eco del mensaje del Papa Benedicto XVI dirigido a los jóvenes, quiero agradecer a todos los diocesanos, a las parroquias, a los santuarios, a las comunidades religiosas, a las asociaciones y movimientos eclesiales, su generoso trabajo para acoger a los jóvenes que nos visitarán y para preparar este acontecimiento de toda la Iglesia.

† Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona