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Las Puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia Católica. Profecías Bíblicas sobre El Papa Francisco. ¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial? Si, por eso …Más
Las Puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia Católica. Profecías Bíblicas sobre El Papa Francisco.
¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?
Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).
Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella …Más
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Mensajero Mariano
El problema fundamental del lefebvrismo
Por José Miguel Arráiz
Introducción

“…no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación del diablo.” 1 Timoteo 3,6
El cisma lefebvrista comienza en el año 1988 cuando el Arzobispo Marcel Lefébvre (fundador de la Fraternidad San Pío X) ordenó cuatro obispos sin mandato pontificio, incurriendo él, y los obispos ordenados en excomunión “…Más
El problema fundamental del lefebvrismo
Por José Miguel Arráiz
Introducción

“…no sea que, llevado por la soberbia, caiga en la misma condenación del diablo.” 1 Timoteo 3,6
El cisma lefebvrista comienza en el año 1988 cuando el Arzobispo Marcel Lefébvre (fundador de la Fraternidad San Pío X) ordenó cuatro obispos sin mandato pontificio, incurriendo él, y los obispos ordenados en excomunión “latae sententiae”. El problema, sin embargo, comenzó mucho antes cuando luego de repetidos actos de desobediencia a la Sede Apostólica fijan su posición: “«Nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de éste salieron»”, “ «Ninguna autoridad, ni siquiera la más elevada en la Jerarquía, puede constreñirnos a abandonar o a disminuir nuestra fe católica claramente expresada y profesada por el magisterio de la Iglesia desde hace diecinueve siglos»”
En resumen: Los lefebvristas rechazaban la autoridad no solo de un Concilio Ecumenico, sino cualquier autoridad (inclusive la del Papa) que según ellos, no estuviera de acuerdo con su noción de Tradición. A este respecto dice la Carta Apostólica en forma de “motu proprio” “Ecclesia Dei” de S.S. Juan Pablo II: .
“Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.

Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático. Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica”
.
Mas adelante:
La raíz de este acto cismático se puede individuar en una imperfecta y contradictoria noción de Tradición: imperfecta porque no tiene suficientemente en cuenta el carácter vivo de la Tradición, que - como enseña claramente el Concilio Vaticano II - arranca originariamente de los Apóstoles, “va progresando en la Iglesia bajo la asistencia del Espíritu Santo; es decir, crece con la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón, cuando comprenden internamente ellos misterios que viven, cuando las proclaman los obispos, sucesores de los Apóstoles en el carisma de la verdad”

En las presentes circunstancias, deseo sobre todo dirigir una llamada a la vez solemne y ferviente, paterna y fraterna, a todos los que hasta ahora han estado vinculados de diversos modos con las actividades del arzobispo Lefebvre, para que cumplan el grave deber de permanecer unidos al Vicario de Cristo en la unidad de la Iglesia católica y dejen de sostener de cualquier forma que sea esa reprobable forma de actuar. Todos deben saber que la adhesión formal al cisma constituye una grave ofensa a Dios y lleva consigo la excomunión debidamente establecida por la ley de la Iglesia(8).

Breve repaso: Tradición, Escritura y Magisterio
Explica el Catecismo (en sus numerales 76-87) que la transmisión del evangelio se hizo de dos maneras: oralmente y por escrito (2 Tesalonicenses 2,15). Explica también que con la finalidad de que el evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia los apóstoles nombraron como sucesores a los obispos dejándoles a su cargo el magisterio.
Esta transmisión viva del evangelio que llamamos Tradición está estrechamente ligada a la Escritura y por de ella la Iglesia transmite a todas las edades lo que es y lo que cree. La Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas porque surgen ambas de una misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin.
Mientras la Sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo, la Tradición recibe la palabra de Dios encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación.
Es importante señalar que el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo, es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.
Desde los más tempranos tiempos de la historia de la Iglesia los cristianos han sostenido que la Teología debe ser formulada de acuerdo con estos tres principios. La Escritura y la Tradición sirven como principios materiales de Teología mientras que el Magisterio sirve como suprincipio formal, lo que quiere decir que mientras en los primeros se encuentra contenida la Revelación, en el segundo reside el oficio de dar la correcta interpretación de la misma. Constituyen así el trípode en base al cual se formulan todas las verdades católicas.
¿Qué sucede si se rechaza la Tradición o el Magisterio?
Así como un trípode si le falta una pata se cae, lo mismo sucede con quien pretende hacer teología pero rechaza cualquiera de los tres elementos anteriores: En pocas palabras, corre el riesgo de malinterpretar las Escrituras, o de malinterpretar la Tradicion, lo cual expone a un riesgo adicional: el de caer en la disidencia (al rechazar enseñanzas no definitivas del Magisterio), herejía (al negar una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma) o inclusive en cisma (rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos).
Los padres de la Iglesia siempre alertaron sobre las desviaciones de quienes intentaban usurparel lugar del Magisterio para imponer su propia concepción de la fe. No en balde San Agustín reafirmaba su sujeción a la autoridad de la Iglesia escribiendo a los maniqueos: “No creería en el Evangelio, si a ello no me moviera la autoridad de la Iglesia católica” (San Agustín. C. ep. Man. 5,6; cf. C. Faustum 28,2).
Así como San Agustín atribuye la herejía a la soberbia (De Doct. Christ., praef. 2; Ep. 208,2), Santo Tomás a la sobrevaloración del propio juicio (S. Th. II-II 5,3.), porque “no presta su asentimiento a todo cuanto enseña la Iglesia, sino que admite las que quiere y excluye las que no quiere, siguiendo así su propia voluntad” . Y aunque no es materia de este estudio entrar en el ámbito de la responsabilidad concreta de cada persona en particular, se puede afirmar sin temor a equivocarse que todo aquel bautizado que rechaza la autoridad del Magisterio ya sea con ignorancia invencible o no, termina usurpando su oficio.
Si examinamos la historia veremos que una y otra vez las herejías y cismas tienen este factor común: Un Cismático y/o heresiarca que se proclama dueño de la verdad y convence a otros de que lo es. Y esta historia se sigue repitiendo cada vez que alguien “sobrevalora su propio juicio” por sobre el juicio de la Iglesia.
Paralelos en la historia
1. El conflicto judaizante

El primer conflicto que enfrentó la Iglesia primitiva narrado en Hechos 15 y al que hacen referencia numerosas veces las cartas de Pablo (especialmente Romanos y Gálatas).
Ocurrió luego de que un conjunto de fariseos conversos al cristianismo quisieran forzar a los primeros cristianos a circuncidarse según mandato de la Ley judía que la ordenaba como señal de la alianza perpetua entre Dios y su pueblo: “Ésta es mi alianza que habéis de guardar entre yo y vosotros - también tu posteridad: Todos vuestros varones serán circuncidados…A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación…como alianza eterna.”Génesis 17,10-13.
Se reúne la Iglesia en Concilio y ocurre la primera interpretación-actualización de la Tradición. El Magisterio ejercitando su oficio de intérprete autentico de la Revelación diferencia aquello que es temporal de aquello que permanece. En aquella época hubo quienes se resistieron a lo decretado por la Iglesia rechazando el Concilio de Jerusalén y perseverando en judaizar, sin embargo, hoy de sus doctrinas no queda ni el polvo.
Donatistas
Cisma del siglo IV. Los donatistas sostenían que la Iglesia se componía de los buenos y que los malos estaban excluidos; quienes hubieran reunido el martirio durante las persecuciones de las etapas precedentes y los que no estuvieran dispuestos a aceptarlas llegado el caso no seguían perteneciendo a la Iglesia y por tanto sus sacramentos eran inválidos.
Para los donatistas la Iglesia de Roma y las iglesias comunión con ella estaban condenadas por haber admitido en su seno a falsos cristianos, siendo ellos el reducto fiel, la verdadera Iglesia fiel a la Tradición.
Los resultados fueron desastrosos: su fanatismo exagerado se manifestó en cruentas persecuciones de católicos, matándolos y quemando sus altares, echaron a los perros sus formas consagradas y por regusto al martirio recurrieron al suicidio colectivo. (Es imposible no notar aquí una similitud entre la actitud de los entonces donatistas, con la de los lefebvristas)
2. Tertulianitas y montanistas
Incluso los más brillantes escritores eclesiásticos han caído en la tentación de sobrevalorar su propio criterio, y pasar de ser guardianes de la ortodoxia a cismáticos y herejes.
Tal fue el caso de Tertuliano, quien llegó de haber sido un reconocido apologeta de su tiempo. En De praescriptione haereticorum rechaza a los herejes cualquier argumento objetando que ellos no tienen derecho a apelar a las Escrituras, y sostiene que solo en las Iglesias apostólicas, puede darse con la correcta interpretación de las mismas.
Su rigorismo extremo le llevó incluso a afirmar que el adulterio y la fornicación eran pecados imperdonables, por tanto ni siquiera el obispo de Roma como sucesor de Pedro tenia autoridad para absolverlos. Niega finalmente que el poder otorgado a Pedro fuera transmitido a sus sucesores (Tertuliano, Sobre la modestia 21).
Resultado: Abraza la herejía montanista que veía en Montano (otro hereje) la encarnación del Espíritu Santo, para luego terminar fundando su propia secta (los tertulianitas) hoy desaparecida.
Protestantismo
Bajo este nombre se engloban todas las sectas y comunidades eclesiales surgidas de la reforma protestante del siglo XVI.
Bajo el lema de las tres “Solas” (Sola Fe, Sola Gracia y Sola Escritura) los reformadores protestantes se encontraron predicando enseñanzas que se oponían a la Tradición (ver La Sola Fides y los padres de la Iglesia) y al Magisterio. Siendo incapaces de recurrir ni a una ni al otro terminaron rechazando ambas y sustituyéndolas por la doctrina de la Sola Escritura (La Biblia como única norma de fe) y del libre examen o juicio privado (donde es cada creyente quien tiene la última palabra en materia de fe).
Cuando cada protestante decidió ejercer el derecho que recibieron de los reformadores, se generó la fragmentación exponencial que conocemos hoy en el protestantismo: miles de denominaciones y agrupaciones sectarias difiriendo entre sí en casi todo pero unidas en mayor o menor grado en su rechazo hacia la Iglesia Católica y el Papa. (Ver Sola Scriptura y Juicio privado)
Viejos católicos
Movimiento inicialmente cismático y posteriormente herético desde el Concilio Vaticano I a raíz del rechazo del dogma de la infalibilidad papal. Se agrupan posteriormente un conjunto de sacerdotes y teólogos bajo la dirección del historiador Ignaz von Döllinguer. Pensaban ser quienes salvaguardaran la Tradición manteniéndola intacta la doctrina católica a como estaba antes antes del dogma. Debido a que no tenían entre sus filas ningún obispo y no contaban con sucesión apostólica, solicitaron ayuda de los cismáticos de Ultrecht quien les consagró un obispo.
Resultado: Una vez apartados de la barca de Pedro terminaron declarando la supremacía absoluta de los concilios sobre el Papa, aceptando el matrimonio de los sacerdotes, y posteriormente llegaron a negar dogmas como la inmaculada concepción y la asunción de María Santísima. Hoy día han llegado a ordenar mujeres al sacerdocio.
El lefebvrismo, sufre del mismo germen
Actualmente el Papa Benedicto XVI la concedido la remisión de la excomunión a los obispos lefebvristas y ha iniciado el diálogo bajo el control de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sin embargo, el problema de fondo sigue (que no es solo es de naturaleza litúrgica sino doctrinal), pues la postura lefebvrista llevada a sus últimas consecuencias, implica que la Iglesia Católica gobernada por el Papa y los Obispos en comunión con él, se ha apartado decisivamente de la verdadera fe (de esto, al sede-vacantismo, donde se acusa al Papa y a los obispos en comunión con él de herejes, y de proclamar que la Sede Romana está vacante, hay tan solo un paso).
Mientras los lefebvristas persistan en practicar teología apelando al Magisterio pasado contra el Magisterio actual, con una especie de “libre examen” similar al protestantismo, el germen nocivo estará allí. La diferencia es que los protestantes rechazan al Magisterio intentando imponer su interpretación privada de la Escritura, mientras los lefebvristas lo hacen con la Tradición.
Pseudo-lefebvrismo, ultra-tradicionalismo, el mismo problema
Existe otro sector dentro de la Iglesia, que sin reconocerse lefebvristas, comulgan y promueven las posturas lefebvristas. Profesan ser fieles al Papa, pero disienten públicamente del Concilio. El argumento: Como no toda la enseñanza del Concilio Vaticano II pretende ser definitiva, es posible tener diferentes grados de asentimiento, y esto se traduce que en la práctica lo que existe es un disentimiento pertinaz y sistemático.
A este respecto aclara la Carta Apostólica dada en forma de ‘Motu Proprio’ «AD TUENDAM FIDEM», Juan Pablo II, que la adhesión de religioso asentimiento del fiel católico a las doctrinas enunciadas por el Magisterio se debe, no solo a aquellas doctrinas definidas con carácter definitivo:
“La Profesión de fe, debidamente precedida por el Símbolo Niceno constantinopolitano, contiene además tres proposiciones o apartados, dirigidos a explicar las verdades de la fe católica que la Iglesia, en los siglos sucesivos, bajo la guía del Espíritu Santo, que le «enseñará toda la verdad» (Jn 16, 13), ha indagado o debe aún indagar más profundamente.(3)

El primer apartado dice: «Creo, también, con fe firme, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida por la Tradición, y que la Iglesia propone para ser creído, como divinamente revelado, mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario y universal»(4). Este apartado afirma congruentemente lo que establece la legislación universal de la Iglesia y se prescribe en los cann. 750 del Código de Derecho Canónico(5) y 598 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales(6).

El tercer apartado, que dice: «Me adhiero, además, con religioso asentimiento de voluntad y entendimiento, a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo» , encuentra su lugar en los cann. 752 del Código de Derecho Canónico (8) y 599 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales(9).

Carta Apostólica dada en forma de ‘Motu Proprio’ «AD TUENDAM FIDEM», Juan Pablo II

No se trata de hurgar en cada enseñanza del Magisterio a ver cual es definitiva y cual no, se trata de asentir con religioso asentimiento de voluntad y entendimiento, sean definitivas o no.
Mensajero Mariano
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?
La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro …Más
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?

La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro, nuestro primer Papa nos dice: "Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios". (II Pedro 1,20-21).

La errada idea de la libre interpretación personal de la Biblia, tan promocionada por Martín Lutero, y tan difundida por el protestantismo, es la causa principal de las divisiones entre las comunidades surgidas en la reforma protestante (cf I Timoteo 1,6); pues cada vez que se les ocurre a alguien una nueva (o torcida) interpretación de algún pasaje bíblico; aparece una nueva secta, esa es la principal causa que no exista la unidad (tan requerida por Cristo en Juan 17,11-23), por esas interpretaciones particulares es que surgen, cada día, nuevas sectas o novedosas denominaciones (contradictorias entre sí) y nuevas fracturas entre los protestantes. Lamentablemente seguirán dividiéndose, mientras no exista en ellas, la analogía de la fe, tan requerida en Rom 12,4-16. Por “analogía de la fe” entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación. Es decir, las verdades reveladas, se complementan y tienen que tener coherencia con el plan de Dios (I Timoteo 1,3-5; Eclesiastés 3,11-16).

Respaldados en las Cartas de San Pedro, para los Católicos, “...La interpretación de la Escritura, queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios” (CIC # 119).

43. ¿La Biblia es la única autoridad de fe?

Sabiendo que Jesús de Nazaret, fundo su única y suficiente Iglesia, sobre sus doce Apóstoles y les dejó a ellos todo Poder y Autoridad (Lucas 9,1; Mateo 10,40), nos damos cuenta que la Biblia no es la única autoridad de fe, porque el Magisterio de la Iglesia (Mateo 28,20; II Pedro 1,20-21), junto a la Biblia (Mateo 7,26-27; II Timoteo3,16- 4,4; Santiago 1,21-27.) y la Tradición Oral (cf Tes 2,15; Cor 11,2) son las principales autoridades que Jesús instituyó.

Primeramente Jesucristo invistió de poder y autoridad a Pedro y a los apóstoles (Marcos 3,16; Lucas 10,18-20), y a sus sucesores los obispos y presbíteros (cf Hechos 15,22) , la Iglesia existió antes que el Nuevo Testamento se escribiera, de hecho, los miembros de la Iglesia son quienes cumple la misión de escribir, reunir y canonizar las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento.

Junto a la Biblia (tradición escrita) es importante la tradición oral, como lo dice la Palabra, son los fundamentos de la fe cristiana: "Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta" (II Tes 2,15) . San Juan nos relata que: "Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20,30-31). Y luego añade: "Aunque tengo mucho que escribirles, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verles y hablarles de viva voz, para que nuestro gozo sea completo" (II Juan 0,12).

Como hemos analizado, es mucho lo que Cristo y sus discípulos indicaron solo a viva voz (cf Juan 21,25), y San Pablo en II Tes 2,15 y en II Tim 1,13-14 se nos manda a guardar, creer y practicar esas orientaciones a viva voz (a eso llamamos la tradición cristiana), que la Iglesia ha mantenido, de generación en generación, y está recopilada en escritos de los primeros discípulos de los apóstoles, y en la liturgia.

En algunas traducciones de la Biblia, que usan los protestantes, no siempre traducen el vocablo griego " Paradosis" como correctamente corresponde "Tradición" sino que en los pasajes que se condena alguna tradición por ser contraria a la fe, si la traducen bien (Tradición), pero cuando en un pasaje bíblico se habla de las buenas tradiciones cristianas que debemos guardar, traducen el mismos vocablo " Paradosis" como "instrucción" o "doctrina", lo cual cambia y tuerce el sentido de la Escritura, siendo que en griego (el lenguaje de N.T) instrucción se escribe "paideia" y doctrina se escribe: didace, didescalia, o eterodidaskaleo, ninguna de ellas sinónimo de (tradición). Los mismos Sectarios en sus primeras versiones de la reina-Valera traducían: "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conservais las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido" (1 Corintios 11,2). Otras citas, para profundizar el tema de la tradición, son: I Cor 11,23; II Tes 3,6; Fil 4,9; I Tim 6,20; II Tim 2,2; II Juan 0,12 y III Juan 0,14.

La Iglesia Católica, es custodia del deposito de la fe (oral y escrita) y ambas tradiciones son muy importantes para poder entender la voluntad de Dios. Por ejemplo la Iglesia ha entendido el Antiguo Testamento según las interpretaciones que Jesús dejo a sus discípulos, gracias a la tradición oral, ya que el evangelio no cuenta que fue lo que dijo textualmente, pero respalda la enseñanza de la Iglesia aludiendo que fue directamente Cristo quién nos lo develó: "Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lucas 24,27). Y los discípulos desde un principio valoraron tanto las Escrituras, como el testimonio de lo que vieron y oyeron: "Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4,19-20).

Los Apóstoles nos enseñan que junto a la Escritura van la doctrina y la pedagogía pues la Iglesia es Maestra de la Palabra: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para convencer, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas" (II Tim 3,16- 4,4). En esto consiste el Magisterio de la Iglesia, en que Dios nos encargo la misión de enseñar: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,19-20). Por esto San Pablo alaba a quienes guardan las tradiciones que son conforme a la enseñanza de los apóstoles (cf I Cor 11,2) es decir a los que estamos en comunión con el magisterio de la Iglesia.

44. ¿Que garantiza la sucesión de los Apóstoles en la Iglesia?

Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,18-20). "Cada uno de los obispos, por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares" (LG 23). Como tales ejercen "su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada" (LG 23), asistidos por los presbíteros y los diáconos. Pero, como miembros del colegio episcopal, cada uno de ellos participa de la solicitud por todas las Iglesias (cf. CD 3), que ejercen primeramente "dirigiendo bien su propia Iglesia, como porción de la Iglesia universal", contribuyen eficazmente "al Bien de todo el Cuerpo místico que es también el Cuerpo de las Iglesias" (LG 23). Esta solicitud se extenderá particularmente a los pobres (cf. Ga 2, 10), a los perseguidos por la fe y a los misioneros que trabajan por toda la tierra.

La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal ( Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: "No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17,20-21) . Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que es apostólica (heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19), por eso la llamamos romana, porque es dirigida por los sucesores de San Pedro, que fijaron su residencia en Roma.

45. ¿Qué es la Apostasía?

La apostasía es un horrible pecado, de una persona que habiendo sido creyente en Cristo y bautizado en su única Iglesia, después de abrazar la fe en el Señor, se eche atrás y reniegue de la fe en Cristo y su santa Iglesia, sobre lo que el Señor nos alerta: "Dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.» (Lucas 9,62). Por eso debemos perseverar en nuestra fe católica en Cristo encarnado, crucificado y resucitado, librarnos de todo engaño, revisando todo lo que la Santa Biblia dice respecto a cada tema, para no equivocar o torcer, el sentido del Libro Sagrado, no vasta con proclamar que Cristo sea nuestro único y suficiente salvador; el Reino de los cielos es para los que hagamos con perseverancia la voluntad de Dios; “El cual, dará a cada cual según sus obras: a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e inmortalidad: vida eterna” (Romanos 2,7) pues las referencias Bíblicas, hay que entenderlas según su contexto, atentos y cuidadosos como lo manda la Biblia: "¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo" (Hebreos 3,12). «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mateo 7,21). “Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”. (Lucas 21,19)

46. ¿Cristo si Iglesia no? ¿Qué Importancia tiene la Iglesia?

La Iglesia es importante para los verdaderos discípulos del Señor Jesús, por ser una institución requerida, instituida y organizada por la voluntad de Dios.

Al cuestionamiento de algunos sectarios diciendo que solo Cristo es necesario y la Iglesia no, porque se tiene la opción de una relación personal con Dios; les responde el Señor edificando una sola Iglesia "…
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia …" (Mateo 16,18), dando poder a la única Iglesia, que es importante porque es el Cuerpo Místico del verdadero salvador, "… Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo" (Efesios 5,23). La Iglesia si es de radical importancia porque "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28).

Aunque dolorosamente la Iglesia es despreciada por algunas personas, es la amada del Jesucristo bíblico, "… Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada" (Efesios 5,25-27), quién le da el poder y la comisión de evangelizar, distribuir las gracias; de ser maestra y pastora de toda la creación: «Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo" (Hechos 20,28), y a la cual le garantizó la victoria "…edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella …" (Mateo 16,18). Todos los creyentes en Cristo debemos creer y obedecer a la Iglesia, porque Jesús dijo: "En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida" (Juan 5,24) Y luego añade a los miembros de su Iglesia: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» ( Lucas 10,16) por tanto quienes rechazan a la Iglesia rechazan a quién la edificó, y adquirió con su Divina Sangre, a quién diariamente nos advierte: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. (Mateo 7,21)

47. ¿
Porque seguir Tradiciones cuando Jesús las condenó?

Es cierto el Señor condenó las tradiciones que inventaron las sectas de los Fariseos y Saduceos (cf Mc 7,5-13; Gal 1,14; Col 2,16-23), porque enseñaban doctrinas que estaban en contradicción con el amor que debemos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Pero Jesús no condena todas las tradiciones, sino sólo aquellas que no tienen fundamento en la verdad reveladas por nuestro Dios. Jesús y sus apóstoles predicaron a viva voz, y la recopilación de esas santas enseñanzas, se les denomina "la tradición apostólica, así como a escritos de los "Padres de la Iglesia", sobre estos fundamentos, San Juan nos advierte: "En cuanto a vosotros, lo que
habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (I Juan 2,24). La tradición oral de la Santa Iglesia, se apoya en los escritos bíblicos de los primeros discípulos de Jesús y de sus apóstoles, que datan de los primeros siglos de la cristiandad, por eso San Pablo refiriéndose a las tradiciones apostólicas nos escribió: "Así que, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta" (II Tes 2,15). "Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis" (II Tes 3,6). "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido" (I Corintios 11,2).

Además la tradición va respaldada por el testimonio de los miembros idóneos de la Iglesia a quienes se les a confiado de generación en generación, para seguir los buenos ejemplos de vivencia de la fe enseñada, como se refiere San Pablo:
"Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar a otros" (II Tim 2,2). Otras citas bíblicas que respaldan lo expuesto: Dt 32,7; Pr 22,28; Mt 10,20; Lc 10,16; Jn 16,12-13; II Tim 1,13-14; Col 4,7-10. Por "tradición viva" de la Iglesia se entiende la liturgia, la predicación, la catequesis, el arte... que son algunos canales por los cuales se transmite la verdad revelada. Las obras escritas de los Padres de los primeros siglos de la Iglesia, que fueron discípulos directos de Jesús, de los apóstoles y de los escritores del nuevo testamento.

48. ¿
Qué Importancia tiene la tradición oral?

Jesús y sus apóstoles, dejaron el deposito de la fe oral y escrita (cf II Tes 2,15), a su única Iglesia para que no existieran dudas de cómo interpretar las verdades reveladas en la Biblia, y las mantenemos de generación en generación, porque somos herederos directos de las primeras comunidades a las que se les dijo: "Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os
prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados , si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!" (I Corintios 15,1-2). La tradición oral de la Iglesia guarda todo cuanto dijeron los apóstoles cara a cara, así como el testimonio de su ejemplo de vida (Cf II Juan 0,12; III Juan 0,14; I Tim 6,20; Hch 15,41; Col 4,7-10), guarda lo que fue predicado a viva voz, aquello que se refiere San Juan 21,25 que no podrían contener ni todos los libros del mundo; el sentido real de las Escrituras revelado por Cristo, "Y comenzando por Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían" (Lucas 24,27 ). Esto que Jesús habla camino a Emaús es los que nos ha abierto para siempre el sentido y la correcta visión de las Escritura (cf Lucas 24,32), y no solo para aquellos discípulos sino para todas las generaciones, que necesitamos esa misma luz, esa es la importancia de la tradición oral.

Debes considerar, mi querido amigo, que la Tradición de la Iglesia es la forma y el contenido de lo que la Iglesia ha transmitido de generación en generación, la forma de interpretar el contenido de la Escritura (como Jesús y sus primeros discípulos la interpretaron) y la manera como ha comprendido el misterio santo de Dios a través de la teología y de cómo ha celebrado este misterio en su liturgia.

No podemos despreciar las palabras, el buen ejemplo de su vida, tenemos que seguir tanto su palabra escrita como su testimonio personal de virtud (cf II Tim 1,13-14) como lo reafirma el mismo San Pablo:
"Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced ; y el Dios de paz estará con vosotros" (Filipenses 4,9) .

Sabiendo que Jesús de Nazaret, fundo su Iglesia, sobre sus doce Apóstoles y les dejó a ellos todo Poder y Autoridad (Lucas 9,1; Mateo 10,40), nos damos cuenta que la Biblia no es la única autoridad de fe, porque el Magisterio de la Iglesia (Mateo 28,20; II Pedro 1,20-21), junto a la Biblia (Mateo 7,26-27; II Timoteo3,16- 4,4; Santiago 1,21-27.) y la Tradición Oral (cf Tes 2,15; Cor 11,2) son las principales autoridades que Jesús instituyó.

Primeramente Jesucristo invistió de poder y autoridad a Pedro y a los apóstoles (Marcos 3,16; Lucas 10,18-20), y a sus sucesores los obispos y presbíteros (cf Hechos 15,22), la Iglesia existió antes que el Nuevo Testamento se escribiera, de hecho, los miembros de la Iglesia son quienes cumple la misión de escribir, reunir y canonizar las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento.

Junto a la Biblia (tradición escrita) es importante la tradición oral, como lo dice la Palabra, son los fundamentos de la fe cristiana: “Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta” (II Tes 2,15). San Juan nos relata que: “Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Juan 20,30-31). Y luego añade: "Aunque tengo mucho que escribirles, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verles y hablarles de viva voz, para que nuestro gozo sea completo" (II Juan 0,12).

Como hemos analizado, es mucho lo que Cristo y sus discípulos indicaron solo a viva voz (cf Juan 21,25), y San Pablo en II Tes 2,15 y en II Tim 1,13-14 se nos manda a guardar, creer y practicar esas orientaciones a viva voz (a eso llamamos la tradición cristiana), que la Iglesia ha mantenido, de generación en generación, y está recopilada en escritos de los primeros discípulos de los apóstoles, y en la liturgia.

En algunas traducciones de la Biblia, que usan los protestantes, no siempre traducen el vocablo griego “Paradosis” como correctamente corresponde “Tradición” sino que en los pasajes que se condena alguna tradición por ser contraria a la fe, si la traducen bien (Tradición), pero cuando en un pasaje bíblico se habla de las buenas tradiciones cristianas que debemos guardar, traducen el mismos vocablo “Paradosis” como “instrucción” o “doctrina”, lo cual cambia y tuerce el sentido de la Escritura, siendo que en griego (el lenguaje de N.T) instrucción se escribe “paideia” y doctrina se escribe: didace, didescalia, o eterodidaskaleo, ninguna de ellas sinónimo de (tradición). Los mismos Sectarios en sus primeras versiones de la reina-Valera traducían: Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conservais las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido” (1 Corintios 11,2). Otras citas, para profundizar el tema de la tradición, son: I Cor 11,23; II Tes 3,6; Fil 4,9; I Tim 6,20; II Tim 2,2; II Juan 0,12 y III Juan 0,14.

La Iglesia Católica, es custodia del deposito de la fe (oral y escrita) y ambas tradiciones son muy importantes para poder entender la voluntad de Dios. Por ejemplo la Iglesia ha entendido el Antiguo Testamento según las interpretaciones que Jesús dejo a sus discípulos, gracias a la tradición oral, ya que el evangelio no cuenta que fue lo que dijo textualmente, pero respalda la enseñanza de la Iglesia aludiendo que fue directamente Cristo quién nos lo develó: “Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras” (Lucas 24,27). Y los discípulos desde un principio valoraron tanto las Escrituras, como el testimonio de lo que vieron y oyeron: “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4,19-20).

Los Apóstoles nos enseñan que junto a la Escritura van la doctrina y la pedagogía pues la Iglesia es Maestra de la Palabra: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para convencer, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas” (II Tim 3,16- 4,4). En esto consiste el Magisterio de la Iglesia, en que Dios nos encargo la misión de enseñar: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,19-20). Por esto San Pablo alaba a quienes guardan las tradiciones que son conforme a la enseñanza de los apóstoles (cf I Cor 11,2) es decir a los que estamos en comunión con el magisterio de la Iglesia.

49. ¿Cristo si Iglesia no? ¿Qué Importancia tiene la Iglesia?

La Iglesia es importante para los verdaderos discípulos del Señor Jesús, por ser una institución requerida, instituida y organizada por la voluntad de Dios.

Al cuestionamiento de algunos sectarios diciendo que solo Cristo es necesario y la Iglesia no, porque se tiene la opción de una relación personal con Dios; les responde el Señor edificando una sola Iglesia “… y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia …” (Mateo 16,18), dando poder a la única Iglesia, que es importante porque es el Cuerpo Místico del verdadero salvador, “… Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo” (Efesios 5,23). La Iglesia si es de radical importancia porque "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28).

Aunque dolorosamente la Iglesia es despreciada por algunas personas, es la amada del Jesucristo bíblico, “… Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada” (Efesios 5,25-27), quién le da el poder y la comisión de evangelizar, distribuir las gracias; de ser maestra y pastora de toda la creación: «Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo” (Hechos 20,28), y a la cual le garantizó la victoria “…edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella …” (Mateo 16,18). Todos los creyentes en Cristo debemos creer y obedecer a la Iglesia, porque Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida” (Juan 5,24) Y luego añade a los miembros de su Iglesia: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» (Lucas 10,16) por tanto quienes rechazan a la Iglesia rechazan a quién la edificó, y adquirió con su Divina Sangre, a quién diariamente nos advierte: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. (Mateo 7,21)

50. ¿Porque seguir Tradiciones cuando Jesús las condenó?

Es cierto el Señor condenó las tradiciones que inventaron las sectas de los Fariseos y Saduceos (cf Mc 7,5-13; Gal 1,14; Col 2,16-23), porque enseñaban doctrinas que estaban en contradicción con el amor que debemos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Pero Jesús no condena todas las tradiciones, sino sólo aquellas que no tienen fundamento en la verdad reveladas por nuestro Dios. Jesús y sus apóstoles predicaron a viva voz, y la recopilación de esas santas enseñanzas, se les denomina "la tradición apostólica, así como a escritos de los "Padres de la Iglesia", sobre estos fundamentos, San Juan nos advierte: "En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (I Juan 2,24). La tradición oral de la Santa Iglesia, se apoya en los escritos bíblicos de los primeros discípulos de Jesús y de sus apóstoles, que datan de los primeros siglos de la cristiandad, por eso San Pablo refiriéndose a las tradiciones apostólicas nos escribió: “Así que, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta” (II Tes 2,15). “Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis” (II Tes 3,6). “Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido” (I Corintios 11,2).

Además la tradición va respaldada por el testimonio de los miembros idóneos de la Iglesia a quienes se les a confiado de generación en generación, para seguir los buenos ejemplos de vivencia de la fe enseñada, como se refiere San Pablo: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar a otros” (II Tim 2,2). Otras citas bíblicas que respaldan lo expuesto: Dt 32,7; Pr 22,28; Mt 10,20; Lc 10,16; Jn 16,12-13; II Tim 1,13-14; Col 4,7-10. Por "tradición viva" de la Iglesia se entiende la liturgia, la predicación, la catequesis, el arte... que son algunos canales por los cuales se transmite la verdad revelada. Las obras escritas de los Padres de los primeros siglos de la Iglesia, que fueron discípulos directos de Jesús, de los apóstoles y de los escritores del nuevo testamento.

51. ¿Qué Importancia tiene la tradición oral?

Jesús y sus apóstoles, dejaron el deposito de la fe oral y escrita (cf II Tes 2,15), a su única Iglesia para que no existieran dudas de cómo interpretar las verdades reveladas en la Biblia, y las mantenemos de generación en generación, porque somos herederos directos de las primeras comunidades a las que se les dijo: “Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano!” (I Corintios 15,1-2). La tradición oral de la Iglesia guarda todo cuanto dijeron los apóstoles cara a cara, así como el testimonio de su ejemplo de vida (Cf II Juan 0,12; III Juan 0,14; I Tim 6,20; Hch 15,41; Col 4,7-10), guarda lo que fue predicado a viva voz, aquello que se refiere San Juan 21,25 que no podrían contener ni todos los libros del mundo; el sentido real de las Escrituras revelado por Cristo, “Y comenzando por Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (Lucas 24,27). Esto que Jesús habla camino a Emaús es los que nos ha abierto para siempre el sentido y la correcta visión de las Escritura (cf Lucas 24,32), y no solo para aquellos discípulos sino para todas las generaciones, que necesitamos esa misma luz, esa es la importancia de la tradición oral.

Debes considerar, mi querido amigo, que la Tradición de la Iglesia es la forma y el contenido de lo que la Iglesia ha transmitido de generación en generación, la forma de interpretar el contenido de la Escritura (como Jesús y sus primeros discípulos la interpretaron) y la manera como ha comprendido el misterio santo de Dios a través de la teología y de cómo ha celebrado este misterio en su liturgia.

No podemos despreciar las palabras, el buen ejemplo de su vida, tenemos que seguir tanto su palabra escrita como su testimonio personal de virtud (cf II Tim 1,13-14) como lo reafirma el mismo San Pablo: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced ; y el Dios de paz estará con vosotros” (Filipenses 4,9) .

52. ¿Quién canonizó los libros de la Biblia?

La Iglesia Católica, el Papa y los Obispos, sucesores de Pedro y los Apóstoles en el cuarto siglo del cristianismo, se reunieron en concilio, a la Luz del Espíritu Santo, para discernir cuales de los escritos y cartas apostólicas, que estaban en diferente países, dispersas entre las distintas comunidades Cristianas, formaban parte del Libro Santo, y cuales libros de las escrituras del pueblo Judío debían considerarse parte del Antiguo Testamento, y así se nombraron Santos unos escritos, que pasaron a formar parte de la Sagradas Escrituras, y los Obispos ratificaron la totalidad de libros del Antiguo Testamento contenidos en la versión en lengua griega denominada los “Setenta”, algunos de los cuales actualmente no son aceptados por las sectas protestantes, mientras que consideraron necesario someter los del Nuevo Testamento a la infabilidad Papal, y el Papa de entonces en comunión los Obispos, canonizó los libros y cartas tal como actualmente están en el Nuevo Testamento, ejerciendo la autoridad que Dios le delegó (cf Mateo 16,19), y descartando aquellos escritos que no consideró que fuesen autentica Palabra de Dios, obedeciendo el mandato Bíblico: “Desechad lo malo” (I Tes 5,22).

53. ¿Son Iguales las Biblias de las Sectas a la de la Iglesia Católica?

Algunas sectas le han quitado, hasta siete libros de Antiguo Testamentos a sus Biblias, estos Libros Sagrados son: Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría y además fragmentos de los libros de Ester (10,4-16,24) y Daniel (2,24-30;13;14). Las Sectas han dado más valor al canones realizador por los Judíos (que en algunos casos excluyen estos libros), en vez de dar el justo valor al Canon que fue realizado por los cristianos, siendo que después de la venida del Mesías, la única autoridad la tiene los discípulos de Cristo (cf Mateo 18,18).

Las traducciones de algunas sectas no son muy confiables, utilizan vocablos muy difíciles de comprender en pasajes claves, como para oscurecer la verdad, por ejemplo ellos traducen:
"A quienes le remitieres los pecados, les son remitidos; y a quienes los retuviereis, les son retenidos" (Juan 20,23) para tratar de tapar la institución del Sacramento del Perdón, colocando una palabra difícil de comprender por la gente sencilla, pero al fin al cabo “remitir” es sinónimo de indultar o perdonar y es por eso que en las versiones Católicas sabiamente se traduce: "A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes no se los perdonen, les quedan retenidos" (Juan 20,23). También hay casos en que una misma palabra o vocablo se traducen con distintos significados de acuerdo a la conveniencia.

Los auto-denominados "Testigos de Jehová", utilizan la versión con más graves errores de traducción, introduciendo cambios y adulteración a la Palabra de Dios, agravando a sus interpretaciones torcidas, las contradicciones que surgen es sus traducciones adulteradas y caprichosas.


Además hay sectas que le añaden libros a la Revelación de Dios, como es el casos principalmente de los Mormones, los Bautistas y Adventistas y otros que también idolatran los escritos y tradiciones de sus fundadores, de los cuales han surgido otras sectas completa y abiertamente contrarías al Santo Evangelio de Cristo, por no tomar en cuenta a la Santa Biblia que dice: “Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo”. (II Juan 0,9) llegando a sustituir y negar las más sagradas verdades de fe y hasta el extremo de negar la trilogía de Dios, blasfemando al Dios Cristo céntrico, revelado por las Escrituras: Padre, Hijo y Espíritu Santo, pues han actuado olvidándose la severa amenaza Bíblica: “Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: «Si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro” (Apocalipsis 22,19).

54. ¿Porque el Antiguo Testamento para los Católicos tiene siete libros más que las versiones de las Sectas Protestantes?

Porque los mismos concilios de Obispos de Cristo de todas la naciones, que canonizaron (nombraron santo) a los libros del Nuevo Testamento, también con toda autoridad canonizaron esos siete libros (Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría) dentro los 46 libros Antiguo Testamento, además estos libros se encuentra en la versión griega del Antiguo Testamento llamada de los “Setenta”, la cual los apóstoles citan textualmente unas trescientas veces en el Nuevo Testamento, y cuando Jesús de Nazaret cita el Antiguo Testamento lo hace en más del 90% de las veces de la versión en idioma griego llamada de los Setenta, por ejemplo lo leemos en Lucas 4,18-19 cuando proclama: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” y si Jesús para citar a Isaías 61,1-2 lo hace con la versión de los Setenta, es porque Jesús utiliza y aprueba esta versión que contiene entre sus 46 Libros Sagrados los libros Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría y además los fragmentos de los libros de Ester (10,4-16,24) y Daniel (2,24-30;13;14), que entre algunos Judíos del Siglo Primero después de Cristo, trataron de eliminar, pero los cristianos le damos su justo valor, porque sabemos que son importante (cf Isaías 46,9).

Para los Católicos no tiene validez el protocanon donde los Judíos legalistas de Jamnia eliminaron las partes en idioma griego del Antiguo Testamento (único que ellos reconocen como Palabra de Dios), porque los Judíos que rechazaron a Cristo, perdieron la autoridad sobre la viña del Señor (cf Mateo 21,43; Marcos 12,9; Lucas 20,9-19). Los Judíos en el siglo I después de Cristo, realizaron un Canon, de las sagradas Escrituras, y trataron de eliminar de ellas los escritos que se tratasen de la resurrección y la vida eterna, para negar a Cristo en quién ellos no creyeron, y encontraron que en los libros de los Macabeos se mencionaba directamente cinco veces la “resurrección” y tres veces “la vida eterna” e indirectamente hace referencia otras muchas veces más, y como los Macabeos estaban escrito en griego, eliminaron todos los libros que estaban en griego, pero este canon de estos Judío no es valido para los cristianos, porque ellos no admiten a Cristo, y la excusa del idioma griego tampoco es valido, porque los Evangelios y todo el Nuevo Testamento fue escrito en griego, y son palabra divinamente inspirada. Ni siquiera, todos los apegados a la religión Judia aceptaron esa mutilación a las antiguas Escrituras, de hecho los Judíos de la dispersión (Diásopora) en Alejandría realizaron un segundo canon, declarando que se mantenían aceptando como inspirados los libros en idioma griego del Antiguo Testamento, devolviendo entre ellos, el carácter de sagrado a estos libros.

Lo que más corrobora la Santidad de estos libros es que en el Nuevo testamento se cita unas trescientos cincuenta veces al Antiguo Testamento, de las cuales los expertos bíblicos de todas las denominaciones han comprobado que unas trescientas concuerdan literalmente, palabra por palabra, con el Texto griego de los Setenta “LXX”, lo que comprueba que los apóstoles se servían de la versión griega de los Setenta, como texto sagrado por excelencia, y además demuestra que los libros Deuterocanónicos que ella contiene eran aprobados por los Apóstoles. Aparte hay que decir que ya muchas de las Sectas o Iglesias protestantes ya incluyen de nuevo estos libros en sus Biblias, lastima que en Latinoamérica casi no la distribuya así, pero la Iglesia Católica si difunde la versión Ecuménica “Dios Habla Hoy” que trae la aprobación de la mayoría de la totalidad de las autoridades de las distintas denominaciones cristianas, que es una traducción directa de la Vulgata, y contiene estos siete libros llamados Deuterocanónicos. Para los verdaderos cristianos católicos, lo que tiene validez y es el mandato divino: Examinar, discernir y canonizar las profecías, responsabilidad que recae sobre los discípulos de Jesús y sus sucesores: “No extingáis el Espíritu; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno, absteneos de todo genero de mal” (I Tesalonicenses 5,19-22).

55. ¿Que otras evidencia tenemos que son revelados los Libros Deuterocanónicos?

Se pudiera mencionar muchas otras evidencias teológicas, históricas o arqueológicas a favor de cada uno de estos libros, pero nos referirnos solamente a las evidencias Bíblicas:

1° - Los dirigentes de la religión Judía perdieron su poder sobres las cosas de Dios: “¿Qué, pues, hará el Señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores y dará a otros su viña” (Marcos 12,9). Por tanto, el canon que realizan en el siglo I después de Cristo, donde eliminan siete libros sagrados, no tiene valides.

2° - Que Cristo dio toda autoridad a su Iglesia “Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades” (Lucas 9,1). “Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo” (Mateo 18,18). Y la Iglesia ejerciendo su autoridad desde el tiempo de los apóstoles, recibió completa la colección del Antiguo Testamento, sin hacer distinción entre protocanónicos o deuterocanónicos.

3° - Que la Iglesia tiene el poder y la misión de discernir las Profecías (cf I Juan 4,1; Hechos 17,11), y debe examinar las revelaciones, con la ayuda del Espíritu Santo, para su perfecta edificación: “No extingáis el Espíritu de Dios; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno, absteneos de todo genero de mal” (I Tesalonicenses 5,19-22). Y cumpliendo esta misión realizó estudios y concilios, y con su poder la Iglesia canonizó la colección de 46 libros del Antiguo Testamento y 27 libros del Nuevo en los primeros siglos de la cristiandad.

4° - El Nuevo Testamento cita unas 300 veces la versión griega “Los Setenta” y casi todas la veces que Jesús cita las antiguas Escrituras también lo hace usando la versión que contiene los 46 libros, lo cual demuestra que los libros Deuterocanónicos que ella contiene eran aprobados por Jesús y los Apóstoles escritores del Nuevo Testamento.

5° - A él Profeta Baruc, el libro de Neemias nombra tres veces, y el libro de Jeremías lo menciona veinte veces, y dice que además su discípulo Barun escribe en un Libro los mensajes recibidos de Dios (Lee Jeremías 56,5-8).

Capitulo V: El Obispo de Roma

56. ¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?

Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).

Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16,18-19). “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” ( Marcos 16,15).

El nombre de Pedro antes de encontrarse con Jesús era Simón Bar-Jona hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador del lago de Genesaret, que vivía con su mujer y su suegra en la aldea de Betsaida en la región de Galilea. Pedro junto con su hermano Andrés seguidor de Juan el Bautista, y sus amigos y compañeros de trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su nombre por Pedro, Kefa en arameo o Cefas en griego, que quiere decir "piedra" o "roca" (Juan 1,40-42); invitándolo a hacer desde entonces "pescador de hombres"(Lucas 5,10).

Pedro siempre encabeza la lista de los doce apóstoles del Señor (cf Mateo 10,2; Marcos 3,16; Lucas 6,14; Hechos 1,13), él mismo se nombra como "siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pedro 1,1) "testigo de los sufrimientos de Cristo" (1Pedro 5,1), aparece como el portavoz de los apóstoles ( Mateo 18,21-22; Marcos 10,28), A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,37), en la transfiguración en el monte Tabor (Marcos 9,2); ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin (Marcos 13,3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la "Ultima Cena" (Lucas 22,7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Marcos 14,32-33). "Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como columnas de la Iglesia…" (Gálatas 2,9).

El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro (Mateo 14,25-31); ante el abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (cf Juan 6,68); en un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18,10). Asimismo, después de la resurrección se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces “Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua” (Juan 21,7) Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. (Juan 21:15-17)

El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de Pedro, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"; ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente" (comparar con Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). No obstante, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: "Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!" (Juan 1,49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: "!En verdad tú eres el Hijo de Dios!" (Mateo14,33). Pero solamente a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo 16,17). Seguidamente Jesús agrega: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla"(Mateo 18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el "pastor principal" (1Pedro 5,4). Por último, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las "llaves del reino de los cielos" (cf Mateo 16,19; Apocalipsis 3,7), de "atar y desatar en la tierra y en el cielo". Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo que Pedro haga con su Iglesia en el mundo.

57. ¿Existe alguna profecía en el Antiguo Testamento que confirme, la Misión del Universal de San Pedro y sus Sucesores?

Si, la Biblia confirma las tareas y todos los Títulos que se le dan a los sucesores de Pedro, en el Primado Universal del verdadero Nuevo Pueblo de Dios, las siguientes citas sirven de contexto a las Palabras de Jesús sobre Pedro en el evangelio. "Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un Padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá” (Isaías 22,21-22). “Y vosotros seréis llamados «Sacerdotes de Yahveh», «Ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis” (Isaías 61,6). “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot.” (Malaquías 1, 11).

58. ¿Cuál es el Origen del Papado?

El origen es la voluntad de Jesucristo, que instituyó la dirección de su Iglesia, sobre la base de San Pedro, a quien le dio a autoridad para gobernarla en su nombre, por eso a Pedro y a sus sucesores se les llama: Vicario de Cristo. El Papa, como sucesor de Pedro, es garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión de ser Pastor de la Iglesia Universal: “Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro” (Marcos 3,16). Y Jesucristo le dice: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.” (Mt 16:18-19). Solo Pedro recibe la misión de confirmar en la fe a los discípulos, misión que va acompañada de la asistencia de Cristo: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32).

El origen del Papado es la voluntad de Jesús, que entre todos sus seguidores solo a Pedro le otorga el poder y la misión de apacentar su Iglesia …Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,17). Y a sus escogidos apóstoles les añade: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» (Lucas 10,16).

59. ¿Porque la Iglesia Católica llama “Santo Padre” o “Papa” al Obispo de Roma ?

Porque Simón llamado Cefas que quiere decir, "Piedra", a quien Jesús designó como primer Papa de su Iglesia, instituyó en Roma su sede (1 Pe 5,13), siendo el primer Obispo de Roma, desde donde dirigió la Iglesia Católica, que significa Universal, hasta que fue crucificado en la misma ciudad de Roma, como lo había profetizado Cristo (cf Juan 21,18-19) y donde fue sepultado, en el lugar que el Imperio Romano denominaba el “Colina Vaticano”, donde los primeros discípulos de Cristo, edificaron años después la Basílica de “San Pedro”, y desde donde se ha dirigido la Iglesia de Cristo, pues ininterrumpidamente el Obispo de Roma, desde hace 2000 años ha sucedido en el cargo y en sus funciones a Pedro, como cabeza visible de la Iglesia en el tierra. Los Católicos lo llamamos: Padre, porque reconocemos en el Papa, el cumplimiento de la profecía de Isaías, que dijo que a quién se le entregaran las llaves del reino, sería llamado “Padre” (cf Isaías 22,21-22). Además llamamos Padre a nuestros Sacerdotes, porque son representantes de Dios ante nosotros, y como decía San Pablo a Filemón, ellos nos engendran a una vida en Cristo (cf Flm 0,10), y a los mismos apóstoles en el Nuevo Testamento hablan muchas veces de su paternidad espiritual sobre sus discípulos, y en las cartas muchas veces llaman hijos a sus seguidores (cf 1Jn 3,18; Tito 1,4; 1Ti 1,2; 2Ti 1,2).

60. ¿Es pecado llamar "Padre" a los Obispos o Sacerdotes?

Por su puesto que no es pecado, por el contrario debemos honrar a nuestros padres (cf Lucas 18,20), tanto en el sentido material como espiritual, en la Biblia el profeta Elías es llamado “padre” en sentido espiritual por su discípulo Eliseo (cf II Re 2,12), en ese mismo sentido Jesús y todo el pueblo de Israel llama “padre” a Abraham (cf Lc 16,24), y San Esteban antes de morir martirizado llama “hermanos” al pueblo en general y “padres” a los ancianos y a los patriarcas (Lee Hch 7,2).

Las Sectas, dan cada uno sus propias interpretaciones de la Biblia, aumentando cada vez más sus errores, contracciones y divisiones, por no toman en cuenta aquella severa advertencia que nuestro Primer Papa, que dijo que la Biblia no es de interpretación personal, sino que solo la Iglesia que Jesús fundó, puede interpretarla, inspirados en la plenitud del Espíritu Santo, transmitido, por la imposición de las manos, de generación en generación, desde los apóstoles hasta nuestros días. “Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios” (II Pedro 1:20). Por eso las Sectas Protestantes, dicen que es pecado y nos critican, por la errada interpretación que hacen de un pasaje Bíblico, en que Jesús pidiendo a sus discípulos que sean humildes y les pide que no sean hipócritas como los dirigentes de la secta de los Fariseos que explotan al rebaño, les dice: «Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo" (Mateo 23,8-9). Lo que Jesús condena es que los están en autoridad abusen de poder y la exploten a sus dirigidos, que los manipulen a su antojo o aprovechen su autoridad en perjuicio de los demás o para apropiarse de sus vienes. Además Cristo llamó “padre” a San José, y lo obedeció y honro como relata el evangelio de San Lucas y el propio Jesús al referirse al patriarca Abraham también lo llama "Padre" y continuamente en la Biblia vemos varios ejemplos donde los apóstoles: se llaman “Padres” de sus discípulos (cf Flm 0,8), a los cuales en las cartas apostólicas mucha veces llaman “Hijos míos” (cf 1Jn 3,18; I Tes 2,7), o el propio San Pablo llama a sus discípulos Tito y Timoteo “verdaderos hijos en la fe” (cf Tito 1,4; 1Ti 1,2) por ser San Pablo verdadero “padre” espiritual en la fe para ellos.

Por eso la Santa Biblia, hay que entenderla en el contexto, y no se puede interpretar sino por la Iglesia que Cristo edificó y por medio de quién la Inspiró: “El Espíritu Santo”. La misma Biblia, llama Padres o Patriarcas, a todos los ungidos de Dios, a sus siervos y a los Sacerdotes. Demuestra el error de las sectas, el hecho el mismo “Dios Padre” llama “padre” a los líderes espirituales en toda la Biblia, por ejemplo: “No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido” (Génesis 17,5). Dios en la Biblia no prohibe el uso de títulos o jerarquías, sino el abuso de autoridad, y la falta de humildad, Dios mismo es quién da grandes Títulos a sus siervos: "Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un Padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá”. (Isaías 22,21-22). “Y vosotros seréis llamados «Sacerdotes de Yahveh», «Ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis” (Isaías 61,6).

60. ¿Pedro dejó de ser Pasto Universal al negar tres veces a Cristo en su Pasión?

Jesús desde antes de su pasión, predijo estas negaciones de Pedro, y sin embargo le encarga la tarea de confirmar en la fe al resto de los discípulos, con la asistencia especial de su oración: "Dijo también el Señor: - Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes" (Lucas 22,31-32). Pedro quien es el único del grupo de los apóstoles que niega "tres veces" a su Maestro, en el patio de la casa del sumo sacerdote (Lucas 22,34. 54-62); sigue siendo su elegido, y a pesar de que el Señor conocía de antemano su debilidad humana (Lucas 5,8), al confirmarle por "tres veces" que él será el "pastor de sus corderos y de sus ovejas" (cf Juan 21,15-17).

Pedro no perdió su rango, porque el Apóstol Pedro se arrepintió de corazón, y Cristo Resucitado le impuso de penitencia una confesión de amor y lealtad, y junto con el perdón le ratifica ese magisterio pastoral, este lo vemos relatado en el evangelio según San Juan, después de su Resurrección: “Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: “¿Me quieres?” y le dijo: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero”. Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,15-17).

61. ¿Jesucristo otorgó a San Pedro un rango especial?

Si, como ya hemos visto, en todo el Nuevo testamento se nota que Pedro es le líder de los Apóstoles por mandato directo de Dios. Como se lee en el capitulo 16 del evangelio según San Mateo, Cristo le da a Pedro el Primado de la Iglesia, los demás se sujetaron a su autoridad, como vemos a el Domingo de Resurrección, el Señor mando mensajeras: “Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo” (Marcos 16,7) Como vemos en la Biblia, los apóstoles reconocen la primacía de Pedro, así por ejemplo Juan lo deja entrar de primero al sepulcro vació el domingo de resurrección (Juan 20,3-8); igualmente, Pablo manifiesta que Cristo se apareció a Pedro, y luego a los doce (1Corintios 15,5; véase también Lucas 24,34). Después de la ascensión de Jesús, Pedro dirige la Iglesia y es el interprete de la antiguas escrituras (cf Hechos 1,15-26), fue Pedro quien toma la palabra ante los ciento veinte creyentes, en la escogencia de Matías en reemplazo de Judas (cf Hechos 1,15); vemos a S. Pedro como vocero de toda la Iglesia en Pentecostés (cf Hechos 2,14-42), es el primero que empieza a proclamar a Cristo resucitado (Hechos 2,14-32), "Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas"(Hechos 2,41), es el primero en hacer un milagro público al curar al cojo de nacimiento en el templo de la Ciudad Santa (Hechos 3,6), después se dedica a predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (Hechos 3,12ss), también es el vocero en el Templo (cf Hechos 3,11) y ante el consejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades religiosas del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo (Hechos 4,8ss). Pedro y los demás apóstoles, responden a la prohibición del Sanedrín de enseñar en el nombre de Jesús: “Pedro y los apóstoles contestaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5,29) también es máxima autoridad en el concilio de los Apóstoles en Jerusalén (cf Hechos 15,7-29), y se respeta y honra mucho a San Pedro "... Hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cubriese a alguno de ellos" (Hechos 5,15). San Pablo, apóstol de los gentiles viaja a Jerusalén para conocerlo (Gálatas 1,18). Pedro pone al descubierto la mentira del trágico caso de Ananías y Safira (Hechos 5,1-10); y reprende a Simón (el mago), que había ofrecido dinero a los apóstoles para obtener el Espíritu Santo con la imposición de las manos (Hechos 8,18-23). La predicación de Pedro en la casa del capitán romano Cornelio, trae como resultado el bautismo y la aceptación del mensaje de Dios de una familia no judía (Hechos 10,44-48). Este hecho generó en algunos creyentes de Jerusalén grandes dudas (lee Hechos 11,1-3); pero ante la explicación de Pedro de sus actos, "todos se callaron y alabaron a Dios" (Hechos 11,18). Además cuando el rey Herodes lo manda a prisión, se eleva en toda la Iglesia una oración por él (Hechos 12,5), lo que provoca la intervención milagrosa de un ángel del Señor que lo saca de la cárcel (Hechos 6-10). En el incidente ocurrido en la iglesia de Antioquía sobre la cuestión de imponer la circuncisión a los cristianos procedentes del paganismo, Pablo le llama la atención a Pedro por tomar partido en este punto (Gálatas 2,11-14). Sin embargo, Pablo lo que le reprocha es su forma de actuar, pero no pone en tela de juicio su misión de jefe del colegio apostólico y de la Iglesia de Cristo. Incluso, es el mismo Pedro quien pone fin a la discusión (Hechos 15, 6-11); lo que contó además con las palabras de Santiago a favor suyo (Hechos13-14). Por todo esto, Pedro aparece como el primer apóstol de los paganos (Hechos 15,7), y también de los judíos (Gálatas 2,7-8).

62. ¿Porque la Iglesia Católica dice que el Papa es Infalible?

Porque Cristo al darle la misión de confirmar la fe de toda la Iglesia, le promete, interceder por él, para que su fe no desfallezca, por eso el Papa es infalible en los asuntos de fe, porque cuenta con la ayuda especial de Dios, para cumplir su magisterio de interpretar y difundir las Escritura a la luz del Espíritu Santo y guiarnos por camino seguro: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32). Como vemos entre los apóstoles solo a Pedro se le da el poder y la misión de confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, y por eso Cristo ruega por él, para que no equivoque nunca en los asuntos referentes a la fe. "El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).

La asistencia divina es también concedida a los sucesores de los apóstoles, cuando enseñan en comunión con el sucesor de Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definición infalible y sin pronunciarse de una "manera definitiva", proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseñanza que conduce a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres. A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse...con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25) que, aunque distinto del asentimiento de la fe, es una prolongación de él.

“Seguid todos al obispo como Jesucristo (sigue) a su Padre, y al presbiterio como a los apóstoles; en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia” (San Ignacio de Antioquía, Smyrn. 8,1).

Pedro y los demás Papas siguen siendo hombres, con defectos, virtudes y con necesidad de la misericordia divina, porque a pesar de su investidura y misión están en un proceso de perfección al igual que todo cristiano, recurren frecuentemente al sacramento de la confesión ante otros sacerdotes, pero cuando obran en Nombre de Cristo como Piedra de la Iglesia, para dirigirla son infalibles en los aspectos de Fe por la garantía de Cristo, que le encomienda confirmar la fe de sus hermanos y por eso el Primer Papa empieza una de sus cartas de esta forma: "Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra” (II Pedro 1,1).

63. ¿Para que necesitamos de la acción Pastoral del Papa?

Para mantener la tan anhelada unidad del Pueblo de Dios (Juan 17,11-21), con la necesaria armonía entre creyentes (Rom 12,16), en torno a la sana doctrina del Señor, para garantizar la correcta interpretación de su Palabra (II Pedro 1,20-21), para que todos tengamos un mismo sentir (II Cor 13,11) y los mismos criterios (I Cor 1,10) es una prioridad para todos, su trabajo pastoral, para que confirme nuestra fe (cf Lucas 22,31-32), para el mejor seguimiento del Evangelio, porque El Papa confirma las verdades reveladas en la Biblia, y su apropiada interpretación, porque: "Así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas" (I Corintios 12,28). Es necesario el Magisterio de la Iglesia, que ejercen los Obispos (entre ellos El Papa y los Cardenales), para que tengamos la seguridad y garantía de las interpretación de la Biblia, de lo contrario no sabríamos cual interpretación fuese la correcta y se introducirían cambios y errores que darían lugar a divisiones, eso precisamente es lo que pasa en las sectas que cada ves se dividen más, y van surgiendo nuevas denominaciones, que se contradicen entre sí, en muchos puntos importantes, porque cada uno de sus líderes, van dando nuevos sentidos distintos a la Palabra de Dios, introduciendo cambios erróneos, tanto a la doctrina, como a la practica de la fe.

Capitulo VI: La Jerarquía de la Iglesia

64. ¿Por qué hay que obedecer al Papa y a los Obispos, puesto que Dios se puede comunicar directamente con cada Persona?

Hay que obedecer, porque ellos son los sucesores de los Apóstoles a los que Jesús les ungió con poder, y les dijo: “El que los recibe a ustedes a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. (Mateo 10,40). “Yo les digo: todo lo que atén en la tierra, el cielo lo considerará atado, y todo lo que desaten en la tierra, será tenido por desatado en el Cielo” (Mateo 18,18).

Algunos sectarios proclaman que la Iglesia no importa, solo Cristo, pasando por alto que Jesucristo la edificó (Mt 16,18), le delegó su poder(Mt 18, 18), le prometió su asistencia hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18; 28,20; Juan 17,20-21), la Iglesia es el amada por Cristo (cf Efesios 5,25-27), y al hablarnos de la corrección fraterna, nos dice: “Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y Él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra. Y si no oyere á ellos, dilo á la Iglesia: y si no oyere á la Iglesia, tenle por étnico y publicano. (Mateo 18,15-17).

Además El Papa, y los Obispos, como sucesores de los Apóstoles, son garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque reciben de Jesucristo el poder y la misión de pastorear a la Iglesia Católica, que significa universal (Juan 21,15-17; Efesios 5,25-27), para mantenerla firme en la fe, integra en la esperanza y unida en la caridad. La Biblia nos dice: “Expresen su respeto a Cristo siendo sumisos unos a otros” (Efesios 5,21), por eso quienes obedecemos a la Biblia tenemos que obedecer a la Iglesia y sus ministros (Cf Hebreos 13,17; Eclesiástico. 7,30-31) en razón que es el cuerpo místico de Cristo (Efesios 5,23).

65. ¿Por qué existen Sucesores de los Apóstoles en la Iglesia?

Para continuar la misión que Jesús encomendó a su Iglesia hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18; 28,20) por eso los apóstoles desde el principio de su acción, prepararon y eligieron sus sucesores conscientes de que la misión de la Iglesia, durará hasta el fin del mundo, el proceso de sucesión comienza inmediatamente después la ascensión de Jesús a los Cielos, cuando se hace la sustitución de Judas Iscariote (el traidor, que ya estaba muerto), por un discípulo con características idóneas (Hechos 1,15-26). Luego por imposición de las manos (Sacramento del Orden) se nombran Diáconos (Hechos 6,1-7) también se delega autoridad y se eligen embajadores u obispos: “Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos” (Hechos 15,22) “Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con vosotros, como una madre cuida con cariño de sus hijos” (I Tesalonicenses 2,7). También se dan normas y pautas de cómo deben ser los sucesores: “Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). “Y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos, confíalo a hombres fieles, que sean capaces a su vez, de instruir a otros” (II Tim 2,2).

“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,18-20). La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal (Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17,20-21). Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que es apostólica (heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19), por eso la llamamos romana, porque es dirigida por los sucesores de San Pedro, que fijaron su residencia en Roma.

66. ¿Qué es la Gran Apostasía?

Jesús nos previene que al final de los tiempos, las virtudes de muchos se enfriarán, dando lugar a un proceso de deserción donde muchos creyentes se apartarán de la sana doctrina del Evangelio, para seguir doctrinas falsas, fábulas contrarias al amor de Dios. Esa deserción no abarcará la Iglesia, ni su mayoría, solo una parte que se separará de la Iglesia para seguir por otros caminos, recordemos que las fuerzas del Infierno la podrán prevalecer contra la Iglesia: “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas” (I Timoteo 4,1).

La apostasía es cuando un creyente en Jesucristo, bautizado en su única Iglesia, reniega de la fe en Cristo y despotrica contra su amada Iglesia, abandonándola para abrazar otra fe contraria, sobre este periodo el Señor nos alerta: “Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará”. (Mateo 24,11-13).

"Dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.» (Lucas 9,62).
Por eso debemos perseverar en nuestra fe católica en Cristo encarnado, crucificado y resucitado, librarnos de todo engaño, revisando todo lo que la Santa Biblia dice respecto a cada tema, para no equivocar o torcer, el sentido del Libro Sagrado, pues las referencias Bíblicas, hay que entenderlas según su contexto, atentos y cuidadosos como lo manda la Biblia: "¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo" (Hebreos 3,12).

«No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21)
hay que perseverar en las enseñanzas de Jesús y de su Iglesia “... Manténte fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (cf Ap 2,10). “Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda. (Apocalipsis 21,8).

67. ¿La Biblia nos manda a guardar fidelidad y obediencia a la Iglesia?

Por supuesto que si, la Biblia junto con el deposito de la fe oral, e innumerables escritos que datan de los tiempos de los apóstoles lo corroboran, por ejemplo en Efesios 2,20 leemos: "Edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo". En Hebreos 13,17 tenemos una comisión muy clara: "Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna". Y San Pedro el primer Papa, añade: “Acordaos de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de vuestros apóstoles que es el mismo del Señor y Salvador” (II Pedro 3,2).

Además debemos seguir el ejemplo de los primeros discípulos de Cristo se sometieron a la autoridad de San Pedro, en los siguientes pasaje se demuestra que él fue su líder y la máxima autoridad de la Iglesia, después de la ascensión del Señor al Cielo, en primer lugar leamos parte de la predicación, el día de Pentecostés: “Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os que de esto bien claro y prestad atención a mis palabras” (Hechos 2,14). Ahora en el primer Concilio de la Iglesia, veamos como prevalece su autoridad delegada por Jesús, para mostrar la correcta doctrina, y aclarar las dudas, que surgían por interpretaciones erróneas de algunos nuevos creyentes: “Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran»”. (Hechos 15,7). Y complementemos con su propia presentación, en sus cartas pastorales: "Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que viven como extranjeros en la Dispersión: en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos” (I Pedro 1,1).

68. ¿Algunas Sectas dicen que Jesús prohibió tener rangos porque quiso todos nos llamemos Hermanos?

Lo dirán por criticarnos o quizás por hipocresía, ya que ellos se auto proclaman con distintos títulos como Pastores, Evangelistas, Conferencistas y etc., sin tener muchas veces ningún grado de instrucción, ni la preparación bíblica, filosófica y teológica que tienen nuestros Sacerdotes Católicos, que se preparan por más de siete años de estudios académicos. Es por eso que no debemos caer en el error de tomar literalmente una frase de Jesús en Mateo 23,8: "y vosotros sois todos hermanos", porque sabemos que una cita sin contexto es un simple pretexto, y según el Nuevo Testamento, Jesús estructuró a su única y Santa Iglesia con rangos y funciones especificas, para el mejor cumplimiento de nuestra misión aquí en la tierra, puedes verificarlo en la Primera Carta de San Pablo a los Corintios en los capítulos 12 y 13 completos, para no caer en caprichosos pretextos. Donde por ejemplo en el verso (12,28) se lee: “Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas; lo tercero maestros; luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen el don de lenguas”

69. ¿Quiso Jesucristo que tengan rango o jerarquías sus discípulos?

Si, en todo el Nuevo testamento se nota, que Cristo ordenó su Iglesia, para que respetando sus dirigentes se mantenga unida, dando testimonio de su evangelio, hasta que Él vuelva en gloría, colocando una Piedra, o Papa que la mantenga firme en la fe: El mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo”. (Efesios 4,11-13).

70. ¿Porqué debemos obedecer a nuestros Sacerdotes, Obispos y al Papa?

Porque son representantes de Cristo, y sucesores de los apóstoles, a quienes el señor les dijo: “Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) y esa es la Voluntad de Dios, expresada desde antiguo en su Santa Palabra, que honremos a sus siervos quienes ministran en su Nombre, por su mandato directo: “Con todas tus fuerzas ama al que te hizo, y a sus ministros no abandones. Teme al Señor y honra el Sacerdote, dale su porción como te está prescrito: primicias, sacrificios de reparación, pierna de las ofrendas, oblación de santidad y primicias de las cosas sagradas” (Eclesiástico. 7,30-31).

Les obedecemos, por nuestro propio bien, porque ellos son delegados de Cristo (Mateo 10,40) y nos dirigen por el camino revelado en las Escrituras que nos manda: “Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna” (Hebreos 13,17).

71. ¿Necesitamos del Papa y el Magisterio de la Iglesia?

Por supuesto que si, no podemos ser tan soberbios, para despreciar la dirección y guía que Dios a dispuesto para toda su Iglesia. Jesucristo dejo su autoridad delegada, no en Palabras escritas en paginas, sino en Personas marcadas por su testimonio, para regir su pueblo con justicia, en santidad y comunión de amor. Debemos obedecer la Palabra de Dios que nos aclara: “Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas” (I Corintios 12,28). “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad” (I Corintios 12,11).

72. ¿Para qué necesitas tú al Papa?

La primera comunidad de Apóstoles, que Jesús formó, lo necesitó, y sí Cristo lo considero necesario y útil, para sus primeros discípulos, los Santos Apóstoles, cuanto más nosotros pobres pecadores, lo necesitaremos. No debemos pecar considerarnos auto suficientes, sino que debemos ser humilde, buscar y recurrir a todas las ayudas que Dios nos mando, para el correcto seguimiento de Cristo y su Palabra; “Para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo”. (Efesios 4,12). El Papa confirma la verdad, del Evangelio, y la correcta interpretación de la Biblia, para los tiempos que vivimos, pues él actúa el Nombre del Señor, cumpliendo la misión que Jesús le encomendó a Pedro y sus sucesores de apacentar sus ovejas, hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18-19).

73. ¿Quién Recopiló los Libros de la Biblia?

La misión Papal, de confirmar en la verdad, a los seguidores auténticos de Cristo, se ha llevado a cabo continuamente, desde que Cristo ascendió a los cielos, hasta nuestros días, por ejemplo, aproximadamente 397 años después de Cristo, todos los Obispos del mundo se reunieron, a la Luz del Espíritu de Dios, para discernir cuales de los escritos y cartas apostólicas, que estaban dispersas entre las distintas comunidades Cristianas originarias, formarían parte del Libro Santo, y cuales libros de las escrituras del pueblo de Israel debían considerarse parte de las Sagradas Escrituras, y los Obispos ratificaron los libros del Antiguo Testamento, algunos de los cuales actualmente no son aceptados por las sectas protestantes, mientras que consideraron necesario someter los del nuevo a la infabilidad Papal, y el Papa de entonces, canonizó los libros y cartas tal como actualmente están en el Nuevo Testamento, ejerciendo la autoridad que Dios le delegó, descartando aquellos escrito que no consideró que fuesen Palabra de Dios, es curiosos, que las sectas si aceptan todos los Libros del Nuevo Testamento, tal como por un decreto Papal fueron Canonizados, y tengan dudas de los que fueron declarado Libros Santos, por el concilio de Obispos. La Iglesia existió antes que la Biblia, y la Iglesia reunió las Sagradas Escrituras y las Canonizó. (Canonizar significa declarar Santo).

Fue solamente en el año 393 d.C. que los obispos se unieron con los sacerdotes y laicos para discernir cuáles libros son inspirados, o también "canónicos". La Iglesia tenía el poder de hacer eso porque Jesús le dio el poder de atar y desatar (cf Mt 18, 18) y prometió enviar al Espíritu Santo para la plenitud de la verdad (Jn 14, 26).

En el siglo XV Martín Lutero (inspirador de la gran apostasía) pensó que los primeros cristianos usaban el "canon judío de Palestina" (los libros escritos en hebreo), 39 libros. Pero en realidad los 46 libros del "canon Alejandrino" o "traducción de los Sesenta" (la traducción al griego de los libros hebreos, pues el griego era el idioma internacional de este tiempo) era aceptado por la gran mayoría de los judíos dispersos por todo el mundo (la "diáspora"). Alejandría era el más grande e importante centro judío en el mundo de habla griega.

Alrededor de los años 90-100 d.C. algunos líderes judíos se reunieron para tratar el tema del canon (conocido como el canon de Palestina) quitando los siete libros, su objetivo era regresar al canon hebreo, y distinguirse así de los cristianos. Con la excusa que lo que no fue escrito en hebreo no era inspirado (aunque Eclesiástico y 1 de Macabeos estaban originalmente escritos en hebreo y Arameo. Sin embargo, la discusión entre ellos siguió por muchos años, y sus decisiones no fueron universalmente reconocidas. Había mucho desacuerdo entre los diferentes grupos y sectas judís. Los saduceos solamente confiaban en el Torá, los fariseos no podían decidir sobre Ester, Cantares y Eclesiastés. Solamente en el segundo siglo d.C. los fariseos decidieron 39 libros. El apóstol Pablo, que viajó por todo el mundo de hablar griego, utilizaba la versión de los LXX. Cuando a san Jerónimo se le pidió que tradujera la Biblia en latín (en 382 d.C.) optó por seguir la decisión de los judíos y rechazó los siete libros, llamándolos "apócrifos". Esta decisión de Jerónimo fue rechazada por los concilios ya mencionados, y Jerónimo aceptó la decisión de los concilios.

Al fin y al cabo, los judíos expulsaron a los cristianos de la sinagoga y no les dejaron participar en la decisión sobre el canon. Hoyen día muchos se basan en las decisiones judías sobre el canon. Ahora bien, esos mismos judíos habían ya decidido rechazar a Jesús como Mesías: ¿por qué dar a ellos la autoridad sobre el canon del AT? Si ellos rechazaron a Jesús y por eso el dijo: “¿Qué, pues, hará el Señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores y dará a otros su viña” (Marcos 12,9).

Los sectarios y los demás reformadores decidieron seguir la decisión judía de basar el canon del AT sobre el idioma hebreo y sacaron los siete libros de su Biblia. Los llamaron "apócrifos" siguiendo la idea de los judíos (no conversos al cristianismo), los cuales ya no tenían autoridad alguna para los creyentes en Cristo Jesús, porque la Autoridad ya había sido entregada a los discípulos del Mesías (cf Mateo 18,18; Lucas 9,1) es decir a la Iglesia (cf Mateo 16,18-19).

Gracias a Dios ya muchos han corregido este error, siguiendo el concejo bíblico “Y no den oídos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad” (Tito 1,14), actualmente muchas denominaciones protestantes están aceptando todos los libros del Antiguo Testamento, incluyendo los siete que antes negaban, los cuales anexan a sus versiones de la Biblia, acotando que se llaman Deuterocanónicos.

74. ¿Son Iguales las Biblias de las Sectas a la Biblia de la Iglesia del Señor?

La Biblia protestante es diferente de la católica. Como ya mencionamos en las respuestas anteriores, algunas sectas le han quitado, hasta siete libros de Antiguo Testamentos a sus Biblias, estos Libros Sagrados son: Tobías, Judith, Baruc, Eclesiástico, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría y fragmentos de los libros de Ester y Daniel, además sus traducciones no son muy confiables, por ejemplo, los auto proclamados "Testigos de Jehová", utilizan una versión con muy graves errores de traducción, introduciendo cambios y adulteración a la Palabra de Dios, agravando el error de darles interpretaciones torcidas, contradictorias y fuera de contexto. Mirando el índice de libros que contiene la Biblia contamos 66 libros, mientras que la Biblia católica y la Biblia ortodoxa contienen siete libros más. En la Biblia protestante faltan 1 y 2 Macabeos, Tobías (o Tobít), Judit, Baruc, Sabiduría, y Eclesiástico (o Sirácides) conocidos como "deuterocanónicos". Los hermanos no católicos llaman a los siete libros deuterocanónicos "Apócrifos", aunque no es un término muy exacto para lo que se quiere señalar, ya que "apócrifo" significa etimológicamente "escondido", haciendo alusión al autor, que es "desconocido" y suele "esconderse" tras un pseudónimo. En este sentido hay otros libros "apócrifos" que sin embargo forman parte de los libros inspirados (como la carta a los Hebreos, que no fue escrita directamente por Pablo, pero que lleva su nombre). Como sea, la realidad es que los protestantes no admiten estos libros como inspirados.

Además hay sectas que le añaden libros a la Revelación de Dios, como el casos de los Mormones, y otros que también idolatran los escritos y tradiciones de sus fundadores; olvidando la severa sentencia de Bíblica: "Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: «Si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro.» (Apocalipsis 22,19). Nota: Existen traducciones de la Biblia que son ecuménicas, es decir que son aceptadas, tanto por la Santa Iglesia Católica, como por la mayoría de todas las otras denominaciones cristianas, que aún no están en plena comunión con la Iglesia. Por ejemplo: la versión "Dios habla hoy".

Capitulo VII: Novísimos

75. ¿Porque los Católicos creemos en el Purgatorio, si en la Biblia no se menciona esa palabra?

Ciertamente en la Biblia no se menciona la palabra "Purgatorio", y de hecho esa palabra quizás ni existía para ese entonces, pero si se menciona en la Biblia: un lugar de los muertos llamado en hebreo “Seol” (cf Génesis 37,35) y en griego “Hades” (Mateo 11,23), este lugar de los muertos no lo podemos ignorar que existe y es otro diferente al Cielo y al Infierno, el Seol es distinto al lugar de tormento de los condenados llamado Genema, lago de azufre o abismo del Infierno y este lugar de los muertos es también diferente al Paraíso o Cielo de los redimidos. “Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encuentras” (Salmos 139,8).

En las Sagradas Escrituras están todas las bases teológicas de esta tradición oral, de los que el Señor y sus primeros seguidores predicaron a viva Voz. “Pues también Cristo, para llevarnos a Dios, murió una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espíritu En el espíritu fue también a predicar a los espíritus encarcelados en otro tiempo incrédulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los días en que Noé construía el Arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a través del agua; a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo, que, habiendo ido al cielo, está a la diestra de Dios, y le están sometidos los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades.” (I Pedro 3,18).

El Purgatorio es un estado de vida de purificación, intermedio entre la muerte y el cielo, no es un estado definitivo, sino una antesala a la vida en el cielo, para las almas de aquellos personas que mueren en amistad con Dios, pero no estaban completamente purificados, de algunos pecados veniales, entonces para el paso al Cielo, vienen al gran salón de belleza, para revestirse por los méritos de Cristo, de la pureza total necesaria, para entrar a la gran celebración del Cielo Las Bodas del Cordero(cf ).

Veamos que escribe San Pablo sobre ese proceso de purificación al que llamamos Purgatorio: “Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como buen arquitecto, puse el cimiento, y otro construye encima. ¡Mire cada cual cómo construye! Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo. Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa. Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. El, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego” (I Corintios 3,10-15). El nombre que le demos al proceso de purificación de nuestras almas, es lo de menos, el hecho es que creámoslo o dudemos existe ese paso purificador que llamamos: “Purgatorio”. “Dijo Dios: «Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: «¡El es mi pueblo!» y él dirá: «¡Yahveh es mi Dios!»” (Zacarías 13,9).

En el Santo Evangelio leemos: “El que insulte al Hijo del Hombre será perdonado; en cambio, el que insulte al Espíritu Santo no será perdonado, ni en esta vida ni en la otra” (Mateo 12,32). Y como enseñanza sobre Reino de los Cielos, nos aconseja “Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo” (Lucas 12,58-59).

Las almas de los condenados no pasa por el purgatorio, solo tienen entrada en la purificación: las almas que están seguras de ser admitidas a la bienaventuranza, el alma sabe que no está preparada para la comunión intima, con Dios, porque debe quitar las escorias de su tibieza, debe despertarse para un amor total, sin desviaciones. “Por eso, nosotros que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor" (Hebreos 12,28-27).

“Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y
a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel” (Hebreos 12,22-24).

76. ¿Para que es necesario el Purgatorio?

Es necesario para purificarnos totalmente, para entrar en la presencia de Dios, porque dice la Palabra: "La Sabiduría: " Es un hálito del poder de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla" (Sabiduría 7,25).

Al decir la Carta a los Efecios que nada impuro entrará en el Cielo, es necesario que Dios limpie todas y cada una nuestras imperfecciones con la Sangre del Cordero, por los Méritos de Cristo, antes de entrar al Cielo, por su infinita bondad, para que el mismo Señor nos presente ante la sus Ángeles: “Santos entre los Santos e irreprochables”: "Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso, que es ser idólatra, participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios" (Efesios 5,5).

«
El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo (Mateo 22,2) Y a esta fiesta de reino debemos llegar purificados, como nos advierte Jesús: «Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" El se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes" (Mateo 22,11-12).

El Purgatorio es un estado de vida, de preparación, para nuestro paso al Cielo, viene a ser un estado de vida transitoria, para revestirnos de la pureza total requerida, para entrar a la gran celebración del Cielo. En atención a la Divina misericordia: “Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. Él salva a los espíritus hundidos… (Salmos 34,19), como en el caso del profeta Jonás: “Dijo: Desde mi angustia clamé a Yahveh y él me respondió; desde el seno del seol grité, y tú oíste mi voz (Jonás 2,3), hasta poder agradecer la salda de ese estado: “Gracias te doy de todo corazón, Señor Dios mío, daré gloria a tu nombre por siempre, pues grande es tu amor para conmigo, tú has librado mi alma del fondo del seol” (Salmos 86,12-13)

77. ¿Es Posible Recibir una Purificación total en la vida aquí en la Tierra?

Por supuesto que si, y en la Iglesia hay infinidad de testimonios, de personas Santas, que han resaltado en el cumplimiento heroico de virtudes cristianas, y entran directo al Cielo, claro está también, todas aquellas personas, que han recibido el Sacramento de la Reconciliación, en su agonía, y se han purificado totalmente, antes de morir, como el caso del Ladro que murió en el Calvario crucificado, y arrepentido de todo sus pecados, al lado de Jesús de Nazaret, y como lo narra Lucas 23,43: "Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso".

Es el caso que en el Cielo, estaremos en presencia de Dios y no podremos mantenernos de pie, ante su santa presencia, por más Siervos suyos que nos creamos, si no estamos totalmente purificados, como dice Efesios 1,4 que debemos presentarnos: santos inmaculados e irreprochable ante la Suprema Presencia de Dios, para eso Él mismo nos purga. Pongamos el ejemplo del Profeta Isaías, que siendo un siervo de Dios, en el templo, recibe la visita de Dios (y su purificación), leamos reacción de Isaías, su confesión y la purificación: "Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!» Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.» Y percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra»? Dije: «Heme aquí: envíame»" (Isaías 6,5-8). Sí el Profeta Isaías, necesitó esa purificación para estar frente a la Gloría de Dios, cuanto más nosotros la necesitaremos, que quizás habitamos entre una humanidad mucho más impura que la de aquella época. Por eso debemos frecuentar los sacramentos, especialmente el de la Confesión o Penitencia, y ofrecer la Eucaristía y obras de misericordias, en reparación por nuestros pecados, para renovar las gracias recibidas en el bautismo, y estar preparados porque no sabemos ni el día ni la hora, en que nos llamará el Señor, a su santa gloría del Cielo.

Que Dios nos conceda la pureza necesaria para gozar de su presencia y poder proclamar junto con San Pablo: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor" (Efesios 1,3-4).

78. ¿
Para que sirven las Indulgencias?

Cuando una persona peca, esto le acarrea ciertas consecuencias: la consecuencia de la culpa y la consecuencia del castigo. La Escritura habla de la primera cuando describe a la culpa como adhiriéndose a nuestras almas, y haciéndolas descoloridas e impuras ante Dios: "Venid, pues, y disputemos –dice Yahveh-: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán" (Isaías 1, 18). Esta idea de la culpa adhiriéndose a nuestras almas aparece en textos que describen el perdón como una limpieza o lavado y el estado de nuestras almas perdonadas como limpias y blancas: "Lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame... Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve" (Salmo 51, 4.9). No sólo incurrimos en culpa, sino también en la pena de castigo cuando pecamos: "Pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré" (Isaías 13, 11). El juicio atañe incluso a las cosas más pequeñas: "Porque toda obra la emplazará Dios a juicio, también todo lo oculto, a ver si es bueno o malo." (Eclesiastés 12, 14).

Cuando alguien se arrepiente, se confiesa y pide perdón, Dios quita su culpa: “Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán” (Isaías 1, 18) y todo castigo eterno "¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera!" (Romanos 5, 9), pero las penas temporales pueden permanecer. Un pasaje que demuestra esto es 2 Samuel 12, en el cual el profeta Natán …
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Mensajero Mariano
Capitulo VIII: La Santísima Trinidad
¿Cuantos Dioses existen?
Existe un solo Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo, creador de cielo y tierra, un solo Dios en tres divinas personas. Dios es comunión de amor, una familia tres personas iguales en dignidad y poder, consustanciales en eterna y perfecta unidad.
El Nombre del Padre es Yahveh: Significa "Yo Soy el que Soy" o “El que es” su raíces …Más
Capitulo VIII: La Santísima Trinidad

¿Cuantos Dioses existen?

Existe un solo Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo, creador de cielo y tierra, un solo Dios en tres divinas personas. Dios es comunión de amor, una familia tres personas iguales en dignidad y poder, consustanciales en eterna y perfecta unidad.

El Nombre del Padre es Yahveh: Significa "Yo Soy el que Soy" o “El que es” su raíces etimológica dicen: "Jesús Salva", manifestó su nombre a Moisés en Éxodo 3,15 pero Jesús nos enseño que debemos llamarlo "Padre Nuestro", y el Espíritu Santo, también nos impulsa llamarlo con amor filial ¡Abbá, Padre! (Romanos 8,15).

El Nombre del Hijo es Jesucristo, Jesús significa: Salvador, su raíces etimológica dicen: "Yahveh Salva", Cristo significa: Mesías, enviado, elegido. Otro Nombre del Hijo es “Dios con nosotros”: "Ved que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros" (Mateo 1,23).

El Espíritu Santo es llamado Paráclito, que significa abogado, protector o defensor, es el eterno amor de comunión entre el Padre y el Hijo, es el Consolador, es quién inspira toda la palabra de Dios (II Pe 1,21), es el fuego de amor, es maestro e interprete (Juan 14,26) es mucho más que una simple fuerza de Dios, como dicen algunas sectas, el Espíritu santo es una Persona Divina, que nos defiende (Juan 15,26), que se entristece por nuestros problemas y caídas (Efesios 4,30), que intercede por nosotros (Rm 8,26), es quién revela las enseñanzas (Lc 2,42) es inspirador (Mt 10,20; Lc 1,42; 1,67; 2;42-43), es testigo fiel (Hch 5,32) que nos guía (Hch 13,2; 16,6; 28,25-27 Hb 3,7) y que nos llena e ilumina y entra en nosotros por el Bautizo, por la imposición de mano y por la oración, Jesús revelándonos la intimidad de Dios expresa: "Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí" (Juan 15,26).

La trinidad de Dios, se revela plenamente desde el comienzo del Evangelio: “Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajo sobre el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo: “Tú eres mí Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Lucas 3,21-22).

Los que han creen en el evangelio serán bautizados en el Nombre único del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cf Mateo 28,19), pues son tres personas que nos enseñó Cristo (cf I Juan 5,7), y las nombró separadamente, pues le Padre no es el Hijo, y el Hijo no es el Espíritu Santo, a pesar que los tres son el mismo Dios, que eternamente viven y reinan en perfecta y común unión, los creyentes estarán en comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, al ingresar a la Iglesia, porque la Palabra habla de la unidad e interdependencia de las tres Divinas Personas: “Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 15,26). Lo intimo de Dios es eterno, su ser es infinito y por tanto insondable y difícil de entender para nosotros, limitados en el entender, por tanto se hizo Hombre, para revelarnos las tres personas que hay en Él: “Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» (Lucas 11,13).

Algunas Sectas, ante el misterio de la Trinidad, sacan cuentas matemáticas, achacándonos que son tres dioses, diciendo: UNO + UNO + UNO = TRES, pero las matemáticas realmente en el caso de la Santísima Trinidad, corresponde: INFINITO + INFINITO + INFINITO = INFINITO. Porque cómo el Padre es eterno, el Hijo (Juan 1,13-14) y el Espíritu Santo (Génesis 1,2), también son infinitos, por tanto, las matemáticas también nos dan la razón, tres Divinas Personas: un solo Dios verdadero, como lo revelo Jesucristo: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10,30).

¿Qué otras citas Bíblicas nos hablan de la Santísima Trinidad?

La Plena manifestación de este sagrado misterio de la trinidad de Dios, se hace en el Jordán (Juan 1,31-34), cuando Juan el Bautista contempla a las tres Divina: “Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía del cielo decía: “Este es mi Hijo amado, en quién me complazco” (Mateo 3,16-17). Realmente son innumerables las cita bíblica que hablan de la trilogía de Dios, pero leamos algunas: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28,19). El Hijo nos ordena esta unión filial al Dios uno y trino, con esta formula del Bautismo, y la Iglesia, que se basa en la Biblia, comienza todos sus cultos con esta Bendición trinitaria: "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros" (II Corintios 13,14). San Pedro dirige sus cartas a los: "Escogidos según la presencia de Dios Padre, en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz sean multiplicadas"(I Pedro1,2). Pero ya desde el Antiguo Testamento leemos la alabanza de los ángeles a las tres Divinas Personas: "Y se gritaban el uno al otro: «Santo, Santo, Santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.» (Isaías 6,3). Y más aún en el Nuevo Testamento, después de la Epifanía, son muchas la referencia a las tres Divinas personas: “En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito” (Lucas 10,21). ¿En Quién se alegra Jesús? ¿A quién bendice el Hijo? ¿Cuantas Divinas Personas hay en Dios? Jesús el Hijo nos dice: “Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros” (Mateo 10,20). ¿A la decrecha de quién está sentado Jesús intercediendo por nosotros? ¿Cuando Cristo reza a quién dirige su oración? “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17,20-21). San Pablo ora por los discípulos de Efeso y pide: “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente”. (Efesios 1,17). También Judas Tadeo apóstol y pariente cercano de Jesús nos dice: “Queridos hermanos, construyan su vida sobre los fundamentos de su santísima fe, oren en el Espíritu Santo y manténganse en el amor de Dios, aguardando la misericordia de Jesucristo nuestro Señor, que los llevará a la vida eterna” (Judas 9,20-21). San Juan nos reafirma: Porque son tres los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; estos tres son uno” (I Juan 5,7). Y el doctor San Lucas nos narra que los Santos Apóstoles predican: “A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos. Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís” (Hechos 2,32-33). Cree en el Evangelio que nos dice: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes” (Juan 16, 12-15).

86. ¿Pero los Patriarcas solo Adoraron a Yahveh?

Leamos la visita de Dios a Abraham: "Apareciósele Yahveh en la encina de Mambré estando él sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día. Levantó los ojos y he aquí que había tres individuos parados a sur vera. Como los vio acudió desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: «Señor mío, si te he caído en gracia, ea, no pases de largo cerca de tu servidor" (Génesis 18,1-3). Aquí el patriarca Adoró a Dios, que se le manifestó en tres Divinas Personas, y para entender el sentido profundo y el contexto, vemos las palabras de Jesús: "Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró" Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.» (Juan 8,56-58).

EL Antiguo Testamento se prefigura la Trinidad de Dios, claro que sabemos que la plenitud de la revelación de Dios es el Evangelio de Jesucristo, donde ya no en figura (I Corintios 10,11), se cumple a plenitud la Epifanía: donde Dios se muestra como Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mt 3,13; Mc 1,9; Lc 3,21; Jn 1,29) y así ya no queda lugar a duda, todo quién adora al único Dios y Señor, adora al Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pues si, en el Antiguo Testamento, la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la purificación de la carne, “¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo!” (Hebreos 9,14)

87. ¿Cuál es el Nombre de Dios?

El Antigua Testamento (Éxodo 3,15) dice que es “YHWH” palabra hebrea sin vocales que se pronuncia Yavé, significa "Yo Soy el que Soy", Jesús se identifica a sí mismo, en el Nuevo Testamento más de siete veces como “Yo Soy”, por ejemplo dice: “Yo Soy la resurrección y la vida...” “Yo Soy el camino la verdad y la vida...”, etc. La palabra Jehová surgió muchos siglos después de Cristo, mezclando las consonantes del nombre de Yahweh, con las vocales de la palabra Adonais que significa “Señor” resultando Yahowah, de la que se derivó Jëhowah y luego Jehová, por tanto es un sincretismo incorrecto del nombre de Dios, y en las versiones de la Biblia, que usan los protestante, aunque traducen YHWH como Jehová, en sus glosarios o notas complementarias, reconocen que el modo más correcto de traducirlo es Yahveh. De todos modos Jesús nos enseñó a llamarlo “Padre Nuestro” (cf Mateo 6,8-9) “Padre del Cielo” (Mateo 23,9; Lucas 10,21) o “Padre Santo” (cf Juan 17,6 y 17,11), porque un hijo no llama a un padre por su nombre (Efesios 1,17), simplemente lo llamamos Padre o Dios Padre (cf I Pedro1,2).

En el Nuevo Testamento, el Nombre de Dios es “Padre, Hijo y Espíritu Santo” (cf Mt 28,19; Jn 15,26; 16,12-15; II Cor 13,13; Gal 4,6; I Pe 1,2), y como miembros de la Nueva Alianza, el la Sangre de Cristo debemos llamarlo de este modo:
“Porque son tres los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; estos tres son una misma cosa” (I Juan 5,7).

88. ¿Jesucristo es Dios?

Claro que si, toda su vida y su obra redentora lo demuestra, la Santa Biblia simplemente lo confirma, el testimonio de sus milagros y su resurrección, fue la prueba de que sus Palabras eran verdad: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10,30), la Biblia afirma en Hechos 3,15 que Jesús es el autor de la vida, en Mateo 1,23 dice un Ángel a San José que Jesús es: "Dios con nosotros" hecho hombre (encarnado), San Juan lo presenta como la Palabra de Dios encarnada: "En el principio existía la Palabra (Jesucristo) y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe" (Juan 1,1-3). Luego aclara que Jesús es engendrado desde la eternidad en el Padre, que no es creado, ni criatura, sino que Jesús es creador, el unigénito del Padre, que en comunión con el Espíritu Santo, vive y reina eternamente: "La cual (La Palabra encarnada) no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad" (Juan 1,13-14). Por eso en su nacimiento en Belén los pastores y los magos de oriente le adoran (Mt 2,11; Lc 2,11), al resucitar las Mujeres que lo servían lo adoran (Mt 28,9) también sus discípulos (Mt 28,17) e incluso Tomas (el apóstol que había dudado de la resurrección del Señor), al corroborar el extraordinario milagro, proclama la adoración a Jesús diciéndole: “Señor mío y Dios mío” (Juan 20,28), también por eso los ángeles le adoran: “Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: “Y adórenle todos los ángeles de Dios”. (Hebreos 1,6).

Jesús es Dios y por eso acepto que todos lo adoraran, tanto en su nacimiento adoran (Mt 2,11), como en la cruz (Lc 23,40) como en su resurrección (Mt 28,17), como en su ascensión a los cielos: “Ellos después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo” (Lucas 24,52).

Dios promete enviar un mensajero (Juan el Bautista) que le prepare el camino: “He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí... (Malaquías 3,1) el Profeta Isaías al referirse a Juan el Bautista predice, el mensajero enviado para abrir caminos a Dios: “Una voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios”. (Isaías 40,3) y en el Evangelio se presenta a Juan el Bautista allana el camino a Jesús, tal como estaba predicho prepara el camino a Dios que es Jesús: “Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas” (Marcos 1,1-3).

89. ¿Que otros pasajes habla de la Divinidad de Jesucristo?

Desde el Antiguo Testamento (Juan 5,39) y toda la Biblia nos habla de la divinidad de Jesucristo: "Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lucas 24,27), veamos un pasaje clave, la profecía sobre el advenimiento de Jesús en Belén: "Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». Grande es su Señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso" (Isaías 9,5-6). Por eso, Jesús se le rinde la misma honra que se le da a Dios Padre, y la honra que le tributamos al Padre se llama “Adoración”, el mismo Señor dijo: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23).

El Ángel Gabriel da el titulo a Jesús de "Dios con nosotros" y en la anunciación, revela que Jesús es de quién se refería Isaías con el titulo de "Dios Fuerte" y se lo explica a la Virgen con estas simples palabras: "El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre" (Lucas 1,32). Todo el Nuevo Testamento nos hablan de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, tres Divinas Personas, un único Dios, y las bendiciones que los apóstoles nos dejan en sus cartas nos revelan el misterio de la Santísima Trinidad, por ejemplo: "La gracia, la misericordia y la paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con nosotros según la verdad y el amor (II Juan 0,3). "No ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente" (Efesios 1,16-17).

El Salmo 65 dice que Dios es quién acalla el estruendo de los mares y las olas (cf Sal 65,8) y muchos hoy día todavía se preguntan a seca de Jesús: “...«Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?» (cf Marcos 4,41).

Citas en resumen, referentes a la Divinidad de Jesús de Nazaret:

Jesús es el autor de la vida. (Hechos 3,15).

Tiene igualdad con el Padre (cf Juan 5,18; 10,33).

Es eterno, es creador y no criatura (cf Juan 1,1-3; 1,14; 17,5; Col 1,16-17),

Es el Cristo e Hijo de Dios (cf Marcos 14,61-64; Hebreos 1,5-6; Mc 1,1).

Es Dador de Vida (Juan 5,22; 5,26; 11,25-26; I Juan 5,11-12).

Es Digno de Adoración (cf Heb 1,6; Jn 5,23; 20,28; Lc 24,52; Fil 2,11; Ap 1,17).

Tiene rango Divino (cf Filipenses 2,5-7; Col 2,9).

Es Hijo Único de Dios (Juan 1,18; 3,16-18; Marcos 14,61-62; I Jn 4,9 ).

Es Dios y Rey (cf Juan 19,36-37; I Timoteo 1,15-17; 6,15).

Es Rey de reyes y Señor de señores (cf I Timoteo 6,15; Ap 17,14).

El Hijo del Hombre (Ap 14,17; Sal 136,3; Dn 7,13).

Tiene el Nombre-sobre-todo-nombre (Fil 2,9-10; Isaías 45,23).

Es Dios hecho Hombre (cf Juan 1,13-14; Isaías 9,5-6; Filipenses 2,8; I Juan 4,2).

Es Dios y Salvador (cf Ti 1,4; 2,13; II Pe 1,1; 1-11; Lc 2,11; Jn 4,42; Hechos 4,12; Judas 0,25 ).

Es Todopoderoso (cf Apocalipsis 1,8).

Es Dios sobre todas la cosas (cf Romanos 9,5).

Tiene unidad con el Padre (cf Juan 10,30-33; 14,7;15,25; 17,9-11;17,18-23; II Juan 0,3; II Cor 5,19).

Es uno con el Padre y el Espíritu Santo (cf Mt 28,19; Jn 15,26; 16,12.15; II Cor 13,13; I Pe 1,2; I Jn 5,7;Rom 5,1-5; Gal 4,6).

90. ¿Quienes son los "Testigo de Jehová"?

Existe una secta con terribles errores que se hacen llamar Testigo de Jehová, pero niegan la divinidad de Jesucristo, niegan la existencia del Espíritu Santo, falsifican las frases bíblicas, y se guían por interpretaciones caprichosas de esas poco confiables, traducciones adulteradas de la Biblia que utilizan. Cosa mala es hacerle caso a una de las peores sectas que han salido de USA y que han manipulado groseramente la Biblia en más de 345 versículos y se han equivocado más de 8 veces en profetizar el fin del mundo. A esta abominable secta el Señor les responde: “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro” (Mateo 12,30-32). Eso Testigos de Jehová, ni siquiera puede considerarse una secta cristiana, por negar todos los dogmas de fe del cristianismo, y los sacramentos que Jesús instituyó. La Palabra nos advierte que debemos tener cuidado con estos falsos profetas: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4). De los cuales nos alerta la Palabra que debemos estar atentos y vigilantes, como lo advierte el Señor: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos" (Mateo 7,15-17).

La Biblia habla claramente de la divinidad de Cristo, dice que Jesús merece la misma adoración que se le rinde a Dios Padre: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23). Jesús nos revela que quién no cree en el Hijo enviado, no conoce al Padre, ni puede dar testimonio de Él (Juan 5,37) en las Sagradas Escrituras Dios revela que es Padre, Hijo y Espíritu Santo (cf Mt 28,19; Jn 15,26; II Cor 13,13; I Pe 1,2; I Jn 5,7) ¿Qué valor puede tener el testimonio de quienes no creen el la Biblia? ¿Sí dicen creer en la Biblia porque niegan todas estás cosas importantes que están en Ella?. En realidad los partidarios de esa secta, no son testigos del Padre, el Testigo verás del Padre, es su Unigénito Jesucristo, que dijo: “Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lucas 10,22). Los Apóstoles de Jesús sus discípulos y nosotros sus sucesores y herederos auténticos, somos los verdaderos testigos e hijos de Yahveh: “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Juan 1,18). Porque afirma el Maestro: “Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto” (Juan 14,7).

91. ¿Quienes niega la Divinidad de Jesucristo pueden servir a Dios Padre?

La Buena Nueva nos revela que la misma adoración que debemos a Dios Padre Yahveh, le debemos a su unigénito Jesucristo: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23) “Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo” (Juan 5,26).

Alguno que niegue la trilogía de Dios revelada por Cristo mismo en el Evangelio, no puede ser testigo valido del Padre de nuestro Señor Jesús: “Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de ” (Juan 15,26).

El Capítulo cinco de San Juan nos describe la obra del Hijo único de Dios, Jesús de Nazaret dijo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10,30), la Biblia nos enseña que la adoración va dirigida única y exclusivamente a Dios (cf Lucas 4,8) y Jesús recibió la adoración de los Reyes Magos (Mateo 2,11), de las mujeres que le seguían (Mateo 28,9), de sus discípulos (cf Juan 20,28; Lucas 24,52; Mateo 28,17) y de hasta los ángeles del cielo deben adorarlo (Hebreos 1,6), lo que demuestra que Jesús es el Dios, Él fue muy claro en afirmar: “...El que me rechaza a mi, rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama” (Lucas 11,23) “El que me odia a mí, también odia a mi Padre” (Juan 15,25). San Juan nos dice que todo el que niega que Dios vino en carne es del bando del anticristo, y aclara que quienes niegan la divinidad de Jesús, niegan a Dios Padre "Yahveh" que lo envió: "¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (I Juan 2,22-24).

92. ¿El hablar en Lenguas es la única Señal de haber recibido el Espíritu Santo?

El don de “hablar en leguas” es un carisma del Espíritu Santo, para edificación personal (I Cor 14,4) y sí va acompañado con el don de discernimiento o interpretación de lenguas, sirve para provecho de toda la comunidad de creyentes (I Cor 14,5), es una señal para quienes no creen (I Cor 14,22), es uno de muchos dones espirituales que puede derramar en nosotros el Espíritu de Dios, es una manifestación carismática, entre una gran diversidad de dones que pueden manifestar en las personas que han recibido al Espíritu Santo, pero no es la única evidencia, ni siquiera la más importante señal de haber recibido el Espíritu de Dios, por eso San Pablo nos escribe: “Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me faltara amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el Don de profecía y descubriera todos los misterios, el saber más elevado, aunque tuviera tanta fe como para trasladar los montes, si me falta el amor no soy nada” (I Cor 13,1-2). El Espíritu de Santo nos regala diferentes dones, carismas y frutos, todos esos regalos los reparte dentro de la Iglesia, a quién quiere: “Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas” (I Corintios 12,8-10) “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad” (I Corintios 12,11).

Algunas pequeñas y serradas sectas llegan a afirmar que la única evidencia de tener el Espíritu Santo, es el hablar en lenguas, pero en la Biblia no es así, por ejemplo: Santa Isabel y Zacarías padres de Juan el Bautista cuando estaban llenos del Espíritu Santo ¿Hablaron en lenguas? “Y aconteció que cuando oyó Isabel la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Isabel fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz: Bendita tú entre las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre” (Lucas 1,41), y Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a recitar versos proféticos (cf Lucas 1,67-79) en lugar de hablar en lenguas, además la Biblia no menciona que Jesús halla “hablado en Leguas” ¿Puede ser hablar en lenguas la única evidencia de que entonces? ¿Puede ser de este modo tan caprichoso la evidencia de la presencia del Espíritu Santo en nosotros? La Biblia responde: “Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe” (Romanos 12,6). “Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas” (I Corintios 12,28), no todo el que recibe el Espíritu Santo recibe el Don del Lenguas, sino dones distintos para cada uno, por eso San Pablo en los versos siguientes (29-30) pregunta ¿Son todos Apóstoles o todos profetas? ¿Pueden hacer todos milagros? ¿Hablan todos en lenguas?.

La evidencia principal de ser discípulos de Jesús es la fe con obras (Stgo 2,14-18), la esperanza sin limites (I Cor 13,7) y sobre todo el amor a Dios sobre todas la cosas y al prójimo como a nosotros mismo (Mateo 22,37-40 ), por eso Jesús nos repite: “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mateo 7,16-17). Sí tenemos al Espíritu de Dios y somos hijos de la Luz tendremos los frutos del Espíritu Santo que son: Caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo (cf Gal 5,22), los frutos de la luz, a saber: Bondad justicia y verdad (Efesios 5,9) y los frutos de la sabiduría: Modestia, conducta noble, paz, rectitud, comprensión, moderación, indulgencia, imparcialidad, autenticidad y buenas obras, en todo lo bueno (cf Sant 3,13-18), y el Evangelio nos da esta señal: “Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras” (Mateo 7,20).
Mensajero Mariano
¿Qué es el Ecumenismo?
Es la acción de buscar, apoyar y propiciar la unidad del Pueblo Santo de Dios, de congregar en unidad de fe y doctrina, a todos los seguidores de Jesucristo, para la perfecta comunión de la Iglesia. Estas iniciativas ecuménicas nacen de la oración de Jesús al Padre en Juan 17,21 donde le ruega: "Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también …Más
¿Qué es el Ecumenismo?

Es la acción de buscar, apoyar y propiciar la unidad del Pueblo Santo de Dios, de congregar en unidad de fe y doctrina, a todos los seguidores de Jesucristo, para la perfecta comunión de la Iglesia. Estas iniciativas ecuménicas nacen de la oración de Jesús al Padre en Juan 17,21 donde le ruega: "Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado".

Los Concilios Ecuménicos: son la reunión de los Obispos representantes de todos las partes del mundo para, discernir profundizar en las verdades de fe, para corregir las fallas, desmentir las herejías, y procurar la unidad de la Iglesia del Señor. Un ejemplo de concilio lo vemos en el capitulo 15 del libro de los Hechos de los Apóstoles: "Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés. Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para tratar este asunto. Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran" (Hechos 15,5-7), en los siguientes versículos vemos como toman una determinación conforme a las Escrituras, en comunión, con la autoridad de Pedro (El primer Papa), y al final se envía una carta o encíclica, a la Iglesia Universal, para aclaración del asunto, y para el correcto orden de la Iglesia y no volver a caer las mismas dudas, por eso a este tipo de decretos en los concilios se les sueles llamar "Dogma de Fe". “Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis” (II Tesalonicenses 3,6).

¿Qué dice la Biblia acerca de los que dividen la Iglesia creando Sectas?

La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4), “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 0,16), y revela que los que causan divisiones son burladores que se guían por las bajas pasiones y no por el Espíritu de Dios (cf Judas 0,18-19), de los cuales hay que tener mucho cuidado porque quieren contaminarnos (cf Judas 0,20), es por eso debemos estar alertas y preparados para defender la única fe revelada por Dios (Judas 0,3).

También San Pablo nos ruega que luchemos por la unidad y acuerdo dentro de la Iglesia para que hayan divisiones, rivalidades o sectas (cf I Cor 1,10-11) y reprende a los pretendían crear sectas, con estas palabras: "Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (I Cor 1,12-13), luego acusa a los sectarios de ser carnales, o movidos por los bajos instintos y añade: "Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no procedéis al modo humano? ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio" (I Cor 3,4-5).

El deseo de Dios expresado en Juan 17,21 es que todos sus seguidores sean unidos, vivan en comunión perfecta, y no existan divisiones o contiendas entre los cristianos, por eso leemos está grave sentencia en el Nuevo Testamento: "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gálatas 5,19-21). Debemos estar muy pendientes, y no dejarnos embaucar, y recordar siempre la advertencia de Jesús: «No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21).

¿Qué debemos hacer frente a quienes pertenecen a las Sectas?

Debemos tratarlos sin ningún tipo de discriminación, Jesús nos habla de la corrección fraterna, recordando que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, tratando con nuestro ejemplo y oración que vuelvan a la Iglesia que Cristo edificó, San Pablo nos aconseja: "Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele" (Tito 3,10), estas palabra de, son un reto para ponerlas en practica, y para llevarles la luz de la corrección a nuestros “hermanos esperados” tenemos que empezar por conocer más nuestra fe Católica, profundizar en el conocimiento doctrinal y bíblico, para ser apóstoles de la verdad de Dios, para la corrección fraterna y para unidad tan requerida por el evangelio de Jesucristo, sin caer en discusiones y polémicas (cf II Tim 2,17; Tito 3,9-11).

Guiados siempre por su Espíritu Santo que nos recuerda: "Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos" (Romanos 16,17-18). Hay que tener cuidado con los que causan o suscitan las divisiones, no ponernos a sintonizar sus manipuladores programas, para cuidar el gran tesoro de la Fe que Dios nos regalo en su infinita misericordia, y debemos mantenernos en comunión con nuestros Obispos y el Magisterio: “Porque el Obispo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). Los creadores de sectas, aparentan conocer mucho la Biblia, pero niegan las verdades reveladas en ella, llevan a sus seguidores a memorizar minúsculos fragmentos, tomados fuera de contexto y a desconocen gran parte de la Escritura, la cual ignoran casi por completo, en cambio en la Iglesia Católica, basta con asistir diariamente a Misa dos años y ya habremos oído toda la Biblia completa, por eso, hay que estar alerta frente las sectas y sus palabras seductoras: “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades” (II Timoteo 4,3).

Pero sobre todo tener siempre presente la advertencia de Jesucristo: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7,15) y de los escritores bíblicos: “Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio” (I Timoteo 6,3-5).

¿Se Pueden combinar la fe en Jesucristo con las prácticas de otras religiones?

La fe cristiana es incompatible con las otras creencias como: ateismo (negar la existencia de Dios), politeísmo (tener múltiples divinidades) panteísmo (negar la existencia del creador, todo es dios) gnosticismo (de conocimiento oculto no intelectual), y toda forma de paganismo porque van en contraposición de la revelación del evangelio de Jesucristo, Dios hecho hombre para redimirnos; a la adoración que le debemos a nuestro Dios uno y trino; pero lamentablemente surgen algunas sectas con doctrinas y prácticas de esoterismo, reencarnación, superstición e hinduismo mezclado y presentado con un lenguaje aparentemente cristiano, contraviniendo los concejos de San Pablo: ¡No unciros en yugo desigual con los infieles! Pues ¿qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? ¿Qué armonía entre Cristo y Beliar? ¿Qué participación entre el fiel y el infiel? ¿Qué conformidad entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros somos santuario de Dios vivo, como dijo Dios: Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Por tanto, salid de entre ellos y apartaos, dice el Señor. No toquéis cosa impura, y yo os acogeré. (II Corintios 6,14-17).

La Iglesia católica participa y propicia el dialogo interreligioso, procurando el bien, ante todos los hombres: “En lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres” (Romanos 12,18). Pero no tolera el sincretismo o mezcla de creencias, en atención a la Escritura: “Pero si lo que inmolan los gentiles, ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! Y yo no quiero que entréis en comunión con los demonios. No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios”(I Corintios 10,20-21) ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? ¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce. (Santiago 3,11).

Entre las señales del fin de los tiempos la Biblia menciona: la Apostasía (renegar de la enseñanza de Jesucristo, despotricar de la fe católica) y la venida del Anticristo. Para muchos se dice que estamos al principio de la Apostasía, es decir, que aún no hemos llegado al culmen, techo o culminación de esa apostasía. “Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. (I Juan 2,18) La Biblia habla de Anticristos o de precursores del Anticristo: que son los movimientos esotéricos tan de moda hoy en día, astrólogos, futurólogos, canalización, energías, Feng-shui, panteísmo, etc, de la New Age, que tiene tanta fuerza, con sus practicas ocultistas condenadas desde antiguo por la Escritura: “… No practiquéis encantamiento ni astrología”. (Levítico 19,26) “No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos”. (Deuteronomio 18,10). También como precursores del Anticristo se entienden los teólogos desviados de la sana doctrina, sociedades secretas y de los falsos profetas “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades” (II Timoteo 4,3).

¿Todas las religiones son malas?

Gústeles o no a las sectas, el cristianismo es una religión, es el modo veras de comunión con Dios, que Jesús nos reveló. La palabra “Religión” significa: "volver a ligar con Dios", es muy parecido al significado del vocablo "Conversión" usado mucho en el Evangelio tanto por Juan Bautista, como por Jesucristo. Claro que Jesús no estuvo de acuerdo con los falso profetas de apariencia religiosa, pero eso no quiere decir que el Señor condena a los verdaderos religiosos, al contrario Jesús vino precisamente a enseñarnos, el camino al Padre, para re ligarnos con Él, eso es la verdadera y buena religión. Desconocer la religión, es negar el Evangelio, que nos dice: "Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha" (Juan 9,31). Al respecto los Apóstoles nos instruyen, con estas palabras: "Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana. La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo" (Santiago 1,27). “Por eso, nosotros que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia” (Hebreos 12,28).

¿Hay todos los medios para obtener La Salvación en las Sectas?

En la Iglesia que Jesús edificó, podemos estar seguros que Él la sostendrá hasta la consumación de los tiempos, y que las fuerzas del mal no la podrán vencer, ni hacer caer nunca en el error, ni en la apostasía, en ningún tiempo, pues Jesús prometió: Que ni las puertas del infierno podrían vencer su Iglesia, “...Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20). Jesucristo, nos alerta que si no estamos unidos a él en su Iglesia, corremos el riesgo de la perdición eterna, porque las otras denominaciones niegan muchas verdades de fe que Dios nos ha revelado: “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada” (Mateo 12,30-31). Las Sectas desprecian el Magisterio de San Pedro garante de la unidad tan requerida por el evangelio, por tanto, siempre tendrán dudas de cómo interpretar las escrituras, pues ellas no cuentan con autoridades ungidas con el poder y la misión de dirigir, corregir y exhortar al Pueblo de Dios, y a sus representantes regionales, porque están separados del tronco original (La Iglesia que Jesús fundó), y están separadas entre ellas mismas, sobre lo cual, nos aclara estás palabras de Jesús: "Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden" (Juan 15,5-6). San Pablo añade: “Un solo miembro no basta para formar un cuerpo, sin que hace falta muchos” (I Cor 12,14), para mayor aclaratoria aconsejo leer completo el capítulo quince de San Juan y sus concordancias.

Sabemos que solo en la Iglesia Católica contamos con todos los medios que Dios nos regaló en Jesucristo para salvarnos, con la totalidad de Sacramentos, y la sana doctrina guardada de generación en generación, por eso no podemos arriesgarnos con las sectas, que no cuentan con todos los medios de salvación y niegan verdades fundamentales que Dios ha revelado desde antiguo, sustituyéndolos por novedosas interpretaciones de su fundadores, debemos estar alerta y recordar la sentencia de Jesucristo: "No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial" (Mateo 7,21).

¿Es correcto seguir formando barreras que dividan a los cristianos?

Claro que no es bueno, porque es el anhelo de Dios, es congregarnos en un solo rebaño, bajo la guía del único Pastor, por eso nos dice su palabra: "Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio" (I Corintios 1,10). Los verdaderos cristianos debemos distinguir en el amor mutuo y al prójimo según la orden de Jesús: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros" (Juan 13,34) por tanto San Pablo, nos pide que nos soportemos unos a otros por amor: “Poniendo empeño en conservar la unidad de Espíritu con el vinculo de paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados (Efesios 4,3-4), compara la Iglesia con el cuerpo, explicando las razones de la unión: “Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo Cuerpo, ya fuéramos judíos o griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu” (I Corintios 12,12-13) y nos pide que todos los creyentes permanezcamos unánimes en un mismo sentir: "Para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros" (I Corintios 12,25).

¿Para que es necesaria la unidad de la Iglesia?

El Evangelio según San Juan, dice que la unidad de los creyentes es un requisito para que el mundo crea en Jesús, es decir: para que la humanidad se convierta hace falta que todos los que creemos que Jesucristo es el Señor, nos unamos, y tengamos según el modelo de Hechos 2,44 todo en común: “Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos” (Efesios 4,4-6).

La unidad es necesaria para que el Mundo crea, y sepa cual es el autentico mensaje de Dios, revelado en su Unigénito, por eso Jesús al pedir por sus discípulos y sus sucesores, ruega al Padre, con estas palabras: “Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad. No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí” (Juan 17,18-23). Recuerden leer completo este capitulo, donde está la oración Sacerdotal Jesús por su Iglesia, el Nuevo Pueblo Santo.

Si aceptamos a Jesús como Nuestro único y suficiente Salvador, debemos aceptar también a la única Iglesia edificada por Él (cf Mateo 16,18), su verdadero Cuerpo Místico (cf Romanos 12,5; Galatas 3,28; Efesio 4,4) del que todos los creyentes formamos parte en comunión (cf I Corintios 12,27), porque: “El mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo”. (Efesios 4,11-13).
Mensajero Mariano
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?
La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro …Más
¿La Santa Biblia es de interpretación Personal?

La Palabra de Dios no es de interpretación individual. Solo los apóstoles de Cristo y sus continuos sucesores, que han guardado el depósito de la tradición oral, sin interrupción (de generación en generación), están autorizados a interpretar la sagrada Biblia a la luz del Espíritu Santo y de acuerdo a los signos de los tiempos. Por eso San Pedro, nuestro primer Papa nos dice: "Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios". (II Pedro 1,20-21).

La errada idea de la libre interpretación personal de la Biblia, tan promocionada por Martín Lutero, y tan difundida por el protestantismo, es la causa principal de las divisiones entre las comunidades surgidas en la reforma protestante (cf I Timoteo 1,6); pues cada vez que se les ocurre a alguien una nueva (o torcida) interpretación de algún pasaje bíblico; aparece una nueva secta, esa es la principal causa que no exista la unidad (tan requerida por Cristo en Juan 17,11-23), por esas interpretaciones particulares es que surgen, cada día, nuevas sectas o novedosas denominaciones (contradictorias entre sí) y nuevas fracturas entre los protestantes. Lamentablemente seguirán dividiéndose, mientras no exista en ellas, la analogía de la fe, tan requerida en Rom 12,4-16. Por “analogía de la fe” entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación. Es decir, las verdades reveladas, se complementan y tienen que tener coherencia con el plan de Dios (I Timoteo 1,3-5; Eclesiastés 3,11-16).

Respaldados en las Cartas de San Pedro, para los Católicos, “...La interpretación de la Escritura, queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios” (CIC # 119).

¿La Biblia es la única autoridad de fe?

Sabiendo que Jesús de Nazaret, fundo su única y suficiente Iglesia, sobre sus doce Apóstoles y les dejó a ellos todo Poder y Autoridad (Lucas 9,1; Mateo 10,40), nos damos cuenta que la Biblia no es la única autoridad de fe, porque el Magisterio de la Iglesia (Mateo 28,20; II Pedro 1,20-21), junto a la Biblia (Mateo 7,26-27; II Timoteo3,16- 4,4; Santiago 1,21-27.) y la Tradición Oral (cf Tes 2,15; Cor 11,2) son las principales autoridades que Jesús instituyó.

Primeramente Jesucristo invistió de poder y autoridad a Pedro y a los apóstoles (Marcos 3,16; Lucas 10,18-20), y a sus sucesores los obispos y presbíteros (cf Hechos 15,22) , la Iglesia existió antes que el Nuevo Testamento se escribiera, de hecho, los miembros de la Iglesia son quienes cumple la misión de escribir, reunir y canonizar las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento.

Junto a la Biblia (tradición escrita) es importante la tradición oral, como lo dice la Palabra, son los fundamentos de la fe cristiana: "Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta" (II Tes 2,15) . San Juan nos relata que: "Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20,30-31). Y luego añade: "Aunque tengo mucho que escribirles, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a verles y hablarles de viva voz, para que nuestro gozo sea completo" (II Juan 0,12).

Como hemos analizado, es mucho lo que Cristo y sus discípulos indicaron solo a viva voz (cf Juan 21,25), y San Pablo en II Tes 2,15 y en II Tim 1,13-14 se nos manda a guardar, creer y practicar esas orientaciones a viva voz (a eso llamamos la tradición cristiana), que la Iglesia ha mantenido, de generación en generación, y está recopilada en escritos de los primeros discípulos de los apóstoles, y en la liturgia.

En algunas traducciones de la Biblia, que usan los protestantes, no siempre traducen el vocablo griego " Paradosis" como correctamente corresponde "Tradición" sino que en los pasajes que se condena alguna tradición por ser contraria a la fe, si la traducen bien (Tradición), pero cuando en un pasaje bíblico se habla de las buenas tradiciones cristianas que debemos guardar, traducen el mismos vocablo " Paradosis" como "instrucción" o "doctrina", lo cual cambia y tuerce el sentido de la Escritura, siendo que en griego (el lenguaje de N.T) instrucción se escribe "paideia" y doctrina se escribe: didace, didescalia, o eterodidaskaleo, ninguna de ellas sinónimo de (tradición). Los mismos Sectarios en sus primeras versiones de la reina-Valera traducían: "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conservais las Tradiciones (Paradosis) tal como os la he transmitido" (1 Corintios 11,2). Otras citas, para profundizar el tema de la tradición, son: I Cor 11,23; II Tes 3,6; Fil 4,9; I Tim 6,20; II Tim 2,2; II Juan 0,12 y III Juan 0,14.

La Iglesia Católica, es custodia del deposito de la fe (oral y escrita) y ambas tradiciones son muy importantes para poder entender la voluntad de Dios. Por ejemplo la Iglesia ha entendido el Antiguo Testamento según las interpretaciones que Jesús dejo a sus discípulos, gracias a la tradición oral, ya que el evangelio no cuenta que fue lo que dijo textualmente, pero respalda la enseñanza de la Iglesia aludiendo que fue directamente Cristo quién nos lo develó: "Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras" (Lucas 24,27). Y los discípulos desde un principio valoraron tanto las Escrituras, como el testimonio de lo que vieron y oyeron: "Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4,19-20).

Los Apóstoles nos enseñan que junto a la Escritura van la doctrina y la pedagogía pues la Iglesia es Maestra de la Palabra: "Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para convencer, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena. Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas" (II Tim 3,16- 4,4). En esto consiste el Magisterio de la Iglesia, en que Dios nos encargo la misión de enseñar: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,19-20). Por esto San Pablo alaba a quienes guardan las tradiciones que son conforme a la enseñanza de los apóstoles (cf I Cor 11,2) es decir a los que estamos en comunión con el magisterio de la Iglesia.

¿Quiso Cristo que una sola persona dirigiera su Iglesia a nivel mundial?

Si, por eso Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).

Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16,18-19). “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” ( Marcos 16,15).

El nombre de Pedro antes de encontrarse con Jesús era Simón Bar-Jona hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador del lago de Genesaret, que vivía con su mujer y su suegra en la aldea de Betsaida en la región de Galilea. Pedro junto con su hermano Andrés seguidor de Juan el Bautista, y sus amigos y compañeros de trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su nombre por Pedro, Kefa en arameo o Cefas en griego, que quiere decir "piedra" o "roca" (Juan 1,40-42); invitándolo a hacer desde entonces "pescador de hombres"(Lucas 5,10).

Pedro siempre encabeza la lista de los doce apóstoles del Señor (cf Mateo 10,2; Marcos 3,16; Lucas 6,14; Hechos 1,13), él mismo se nombra como "siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pedro 1,1) "testigo de los sufrimientos de Cristo" (1Pedro 5,1), aparece como el portavoz de los apóstoles ( Mateo 18,21-22; Marcos 10,28), A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,37), en la transfiguración en el monte Tabor (Marcos 9,2); ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin (Marcos 13,3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la "Ultima Cena" (Lucas 22,7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Marcos 14,32-33). "Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como columnas de la Iglesia…" (Gálatas 2,9).

El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro (Mateo 14,25-31); ante el abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (cf Juan 6,68); en un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18,10). Asimismo, después de la resurrección se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces “Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua” (Juan 21,7) Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. (Juan 21:15-17)

El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de Pedro, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"; ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente" (comparar con Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). No obstante, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: "Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!" (Juan 1,49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: "!En verdad tú eres el Hijo de Dios!" (Mateo14,33). Pero solamente a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo 16,17). Seguidamente Jesús agrega: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla"(Mateo 18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el "pastor principal" (1Pedro 5,4). Por último, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las "llaves del reino de los cielos" (cf Mateo 16,19; Apocalipsis 3,7), de "atar y desatar en la tierra y en el cielo". Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo que Pedro haga con su Iglesia en el mundo.

¿Existe alguna profecía en el Antiguo Testamento que confirme, la Misión del Universal de San Pedro y sus Sucesores?

Si, la Biblia confirma las tareas y todos los Títulos que se le dan a los sucesores de Pedro, en el Primado Universal del verdadero Nuevo Pueblo de Dios, las siguientes citas sirven de contexto a las Palabras de Jesús sobre Pedro en el evangelio. "Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un Padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá” (Isaías 22,21-22). “Y vosotros seréis llamados «Sacerdotes de Yahveh», «Ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis” (Isaías 61,6). “Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot.” (Malaquías 1, 11).

¿
Cuál es el Origen del Papado?

El origen es la voluntad de Jesucristo, que instituyó la dirección de su Iglesia, sobre la base de San Pedro, a quien le dio a autoridad para gobernarla en su nombre, por eso a Pedro y a sus sucesores se les llama: Vicario de Cristo. El Papa, como sucesor de Pedro, es garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión de ser Pastor de la Iglesia Universal: “Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro” (Marcos 3,16). Y Jesucristo le dice: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.” (Mt 16:18-19). Solo Pedro recibe la misión de confirmar en la fe a los discípulos, misión que va acompañada de la asistencia de Cristo: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32).

El origen del Papado es la voluntad de Jesús, que entre todos sus seguidores solo a Pedro le otorga el poder y la misión de apacentar su Iglesia …Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,17). Y a sus escogidos apóstoles les añade: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» (Lucas 10,16).

¿
Porque la Iglesia Católica llama “Santo Padre” o “Papa” al Obispo de Roma ?

Porque Simón llamado Cefas que quiere decir, "Piedra", a quien Jesús designó como primer Papa de su Iglesia, instituyó en Roma su sede (1 Pe 5,13), siendo el primer Obispo de Roma, desde donde dirigió la Iglesia Católica, que significa Universal, hasta que fue crucificado en la misma ciudad de Roma, como lo había profetizado Cristo (cf Juan 21,18-19) y donde fue sepultado, en el lugar que el Imperio Romano denominaba el “Colina Vaticano”, donde los primeros discípulos de Cristo, edificaron años después la Basílica de “San Pedro”, y desde donde se ha dirigido la Iglesia de Cristo, pues ininterrumpidamente el Obispo de Roma, desde hace 2000 años ha sucedido en el cargo y en sus funciones a Pedro, como cabeza visible de la Iglesia en el tierra. Los Católicos lo llamamos: Padre, porque reconocemos en el Papa, el cumplimiento de la profecía de Isaías, que dijo que a quién se le entregaran las llaves del reino, sería llamado “Padre” (cf Isaías 22,21-22). Además llamamos Padre a nuestros Sacerdotes, porque son representantes de Dios ante nosotros, y como decía San Pablo a Filemón, ellos nos engendran a una vida en Cristo (cf Flm 0,10), y a los mismos apóstoles en el Nuevo Testamento hablan muchas veces de su paternidad espiritual sobre sus discípulos, y en las cartas muchas veces llaman hijos a sus seguidores (cf 1Jn 3,18; Tito 1,4; 1Ti 1,2; 2Ti 1,2).

¿Quienes son los "Testigo de Jehová"?

Existe una secta con terribles errores que se hacen llamar Testigo de Jehová, pero niegan la divinidad de Jesucristo, niegan la existencia del Espíritu Santo, falsifican las frases bíblicas, y se guían por interpretaciones caprichosas de esas poco confiables, traducciones adulteradas de la Biblia que utilizan. Cosa mala es hacerle caso a una de las peores sectas que han salido de USA y que han manipulado groseramente la Biblia en más de 345 versículos y se han equivocado más de 8 veces en profetizar el fin del mundo. A esta abominable secta el Señor les responde: “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro” (Mateo 12,30-32). Eso Testigos de Jehová, ni siquiera puede considerarse una secta cristiana, por negar todos los dogmas de fe del cristianismo, y los sacramentos que Jesús instituyó. La Palabra nos advierte que debemos tener cuidado con estos falsos profetas: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4). De los cuales nos alerta la Palabra que debemos estar atentos y vigilantes, como lo advierte el Señor: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos" (Mateo 7,15-17).

La Biblia habla claramente de la divinidad de Cristo, dice que Jesús merece la misma adoración que se le rinde a Dios Padre: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23). Jesús nos revela que quién no cree en el Hijo enviado, no conoce al Padre, ni puede dar testimonio de Él (Juan 5,37) en las Sagradas Escrituras Dios revela que es Padre, Hijo y Espíritu Santo (cf Mt 28,19; Jn 15,26; II Cor 13,13; I Pe 1,2; I Jn 5,7) ¿Qué valor puede tener el testimonio de quienes no creen el la Biblia? ¿Sí dicen creer en la Biblia porque niegan todas estás cosas importantes que están en Ella?. En realidad los partidarios de esa secta, no son testigos del Padre, el Testigo verás del Padre, es su Unigénito Jesucristo, que dijo: “Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Lucas 10,22). Los Apóstoles de Jesús sus discípulos y nosotros sus sucesores y herederos auténticos, somos los verdaderos testigos e hijos de Yahveh: “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Juan 1,18). Porque afirma el Maestro: “Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto” (Juan 14,7).

91. ¿Quienes niega la Divinidad de Jesucristo pueden servir a Dios Padre?

La Buena Nueva nos revela que la misma adoración que debemos a Dios Padre Yahveh, le debemos a su unigénito Jesucristo: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5,23) “Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo” (Juan 5,26).

Alguno que niegue la trilogía de Dios revelada por Cristo mismo en el Evangelio, no puede ser testigo valido del Padre de nuestro Señor Jesús: “Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de ” (Juan 15,26).

El Capítulo cinco de San Juan nos describe la obra del Hijo único de Dios, Jesús de Nazaret dijo: “Yo y el Padre somos uno” (Juan 10,30), la Biblia nos enseña que la adoración va dirigida única y exclusivamente a Dios (cf Lucas 4,8) y Jesús recibió la adoración de los Reyes Magos (Mateo 2,11), de las mujeres que le seguían (Mateo 28,9), de sus discípulos (cf Juan 20,28; Lucas 24,52; Mateo 28,17) y de hasta los ángeles del cielo deben adorarlo (Hebreos 1,6), lo que demuestra que Jesús es el Dios, Él fue muy claro en afirmar: “...El que me rechaza a mi, rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama” (Lucas 11,23) “El que me odia a mí, también odia a mi Padre” (Juan 15,25). San Juan nos dice que todo el que niega que Dios vino en carne es del bando del anticristo, y aclara que quienes niegan la divinidad de Jesús, niegan a Dios Padre "Yahveh" que lo envió: "¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (I Juan 2,22-24).

¿El hablar en Lenguas es la única Señal de haber recibido el Espíritu Santo?

El don de “hablar en leguas” es un carisma del Espíritu Santo, para edificación personal (I Cor 14,4) y sí va acompañado con el don de discernimiento o interpretación de lenguas, sirve para provecho de toda la comunidad de creyentes (I Cor 14,5), es una señal para quienes no creen (I Cor 14,22), es uno de muchos dones espirituales que puede derramar en nosotros el Espíritu de Dios, es una manifestación carismática, entre una gran diversidad de dones que pueden manifestar en las personas que han recibido al Espíritu Santo, pero no es la única evidencia, ni siquiera la más importante señal de haber recibido el Espíritu de Dios, por eso San Pablo nos escribe: “Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me faltara amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el Don de profecía y descubriera todos los misterios, el saber más elevado, aunque tuviera tanta fe como para trasladar los montes, si me falta el amor no soy nada” (I Cor 13,1-2). El Espíritu de Santo nos regala diferentes dones, carismas y frutos, todos esos regalos los reparte dentro de la Iglesia, a quién quiere: “Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas” (I Corintios 12,8-10) “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad” (I Corintios 12,11).

Algunas pequeñas y serradas sectas llegan a afirmar que la única evidencia de tener el Espíritu Santo, es el hablar en lenguas, pero en la Biblia no es así, por ejemplo: Santa Isabel y Zacarías padres de Juan el Bautista cuando estaban llenos del Espíritu Santo ¿Hablaron en lenguas? “Y aconteció que cuando oyó Isabel la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Isabel fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz: Bendita tú entre las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre” (Lucas 1,41), y Zacarías, lleno del Espíritu Santo, empezó a recitar versos proféticos (cf Lucas 1,67-79) en lugar de hablar en lenguas, además la Biblia no menciona que Jesús halla “hablado en Leguas” ¿Puede ser hablar en lenguas la única evidencia de que entonces? ¿Puede ser de este modo tan caprichoso la evidencia de la presencia del Espíritu Santo en nosotros? La Biblia responde: “Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe” (Romanos 12,6). “Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas” (I Corintios 12,28), no todo el que recibe el Espíritu Santo recibe el Don del Lenguas, sino dones distintos para cada uno, por eso San Pablo en los versos siguientes (29-30) pregunta ¿Son todos Apóstoles o todos profetas? ¿Pueden hacer todos milagros? ¿Hablan todos en lenguas?.

La evidencia principal de ser discípulos de Jesús es la fe con obras (Stgo 2,14-18), la esperanza sin limites (I Cor 13,7) y sobre todo el amor a Dios sobre todas la cosas y al prójimo como a nosotros mismo (Mateo 22,37-40 ), por eso Jesús nos repite: “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos” (Mateo 7,16-17). Sí tenemos al Espíritu de Dios y somos hijos de la Luz tendremos los frutos del Espíritu Santo que son: Caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo (cf Gal 5,22), los frutos de la luz, a saber: Bondad justicia y verdad (Efesios 5,9) y los frutos de la sabiduría: Modestia, conducta noble, paz, rectitud, comprensión, moderación, indulgencia, imparcialidad, autenticidad y buenas obras, en todo lo bueno (cf Sant 3,13-18), y el Evangelio nos da esta señal: “Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras” (Mateo 7,20).
Adelita
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!VIVA EL PAPA FRANCISCO!
!DIOS y la Virgen Maria le bendiga y le protega siempre!Más
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Mensajero Mariano
¿Que garantiza la sucesión Apostólica del Papa Francisco?
Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues, …Más
¿Que garantiza la sucesión Apostólica del Papa Francisco?

Si Cristo es verdadero, y sabemos que lo es, siempre (en todo día, año y tiempo) su Iglesia tiene y tendrá en sus obispos auténticos sucesores de los apóstoles, que jamás caerán en error o apostasía, porque Jesús prometió a sus discípulos y a sus sucesores, estar presente en la medio de la Iglesia hasta el fin asistirlo: " Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado; Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mateo 28,18-20). "Cada uno de losobispos, por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares" (LG 23). Como tales ejercen "su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada" (LG 23), asistidos por los presbíteros y los diáconos. Pero, como miembros del colegio episcopal, cada uno de ellos participa de la solicitud por todas las Iglesias (cf. CD 3), que ejercen primeramente "dirigiendo bien su propia Iglesia, como porción de la Iglesia universal", contribuyen eficazmente "al Bien de todo el Cuerpo místico que es también el Cuerpo de las Iglesias" (LG 23). Esta solicitud se extenderá particularmente a los pobres (cf. Ga 2, 10), a los perseguidos por la fe y a los misioneros que trabajan por toda la tierra.

La garantía de está perfecta sucesión es la perenne presencia de Cristo en su Iglesia, su promesa de siempre poder vencer al mal ( Mateo 16,18), su asistencia por medio del Espíritu Santo, su perfecta mediación ante el Padre por su Iglesia, porque se la prepara como esposa pura y santa (cf Efesios 5,27), y en su oración por sus discípulos, avala la sucesión de generaciones: "No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, para que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17,20-21) . Para quienes creemos que la oración de Jesús es efectiva y perfecta mediación ante Dios Padre, tenemos que creer que su Iglesia es una para todas las naciones y ha de mantenerse unida en un mismo sentir, con una sola interpretación de la palabra para que el mundo crea, que es Santa (cf Efesios 5,27) sacramento de Dios para toda la humanidad, eso significa Católica (de todos los pueblos y razas), que esapostólica(heredera de los primeros discípulos y guardiana de sus palabras y escritos, según 2 Tes 2,15) y que está sujeta a la autoridades delegadas por Jesús hasta que el vuelva el gloría (Mateo 16,18-19), por eso la llamamos romana, porque es dirigida por los sucesores de San Pedro, que fijaron su residencia en Roma.

Jesucristo funda la Iglesia sobre la roca que es Pedro y les confía a éste y a sus sucesores el ser guardianes y garantes de la comunión en una misma fe, confirmando en ella a sus hermanos. Esta comunión que conforma la unidad de la Iglesia se da sólo en la verdad de una única fe sostenida y comunicada por el testimonio de los Apóstoles y sus sucesores en todo lugar y por los siglos de los siglos. El término "herejía" viene del griegoheresis (=elección) que en la Sagrada Escritura aparece con el sentido de grupo o facción, o también de división. En este sentido adquirió ya un carácter negativo y condenatorio en los primeros tiempos de la Iglesia. El Código de Derecho Canónico, que norma la vida de la comunidad católica, señala que «se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma» (Código de Derecho Canónico - CIC can. 751).
La herejía, por tanto, es la oposición voluntaria a la autoridad de Dios depositada en Pedro, los Apóstoles y sus sucesores y lleva a la excomunión inmediata o latae sententiae (Ver CIC can. 1364), es decir, a la separación de los sacramentos de la Iglesia.

Oremos por la conversión todos los que promocionan la desobediencia al Santo Papa Francisco con calumnias e infundados teorías conspirativas.

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Rezo por todos los que nos critican y oponen, gracias por hacernos más bienaventurados, rezamos todos necesitamos conversión y salvación.

Que nuca nadie se desanime, recuerden que al final El Inmaculado Corazón de Maria triunfará. segun lo reveló el Santo Espíritu de Dios, al Profeta Mayor de estos tiempos San Luis María Grignion de Montfort hace 300 año. En el numeral 114 del Tratado de la Verdadera Devoción.
Mensajero Mariano
"El amor mira a través de un telescopio, mientras que la envidia lo hace a través de un microscopio". Henry Wheeler Shaw
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"El amor mira a través de un telescopio, mientras que la envidia lo hace a través de un microscopio". Henry Wheeler Shaw

EL PAPA FRANCISCO

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Poner a la gente, a partir de los más necesitados, en el centro de este movimiento solidario. Que la solidaridad sea la respuesta a la globalización. Tener fantasía creativa para contrarrestar la cultura del descarte

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¿Juzgas a los demás? El Papa Francisco tiene algo que decirte

Gracias a todos por sus comentarios, Dios les bendiga ricamente, les agradezco a todos los que oran por este humilde ministerio de evangelización. Agradezco a todos los que oran por Venezuela, desde el Papa Francisco hasta el más pequeño de los bautizados, la oración de cada uno es muy importante en esta hora. Gracias a todos.

Rezo por todos los que nos critican y oponen, gracias por hacernos más bienaventurados, rezamos todos necesitamos conversión y salvación.

Que nuca nadie se desanime, recuerden que al final El Inmaculado Corazón de Maria triunfará. segun lo reveló el Santo Espíritu de Dios, al Profeta Mayor de estos tiempos San Luis María Grignion de Montfort hace 300 año. En el numeral 114 del Tratado de la Verdadera Devoción.
solosole
Chi segue porcoglio segue la bestia!!!
Mensajero Mariano
FRANCISCO UN PAPA GIGANTE CON UNA DEVOCIÓN A LA VIRGEN MARÍA MAYOR QUE A LA DEL PAPA JUAN PABLO II
EL PAPA FRANCISCO ES ATACADO POR LA EXTREMA IZQUIERDA Y LA DERECHA EXTREMA, son las palabras del Reverendo Padre Luciano Ciciarelli, Sacerdote Montfortiano, quien es representante mundial de la Con...
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Mensajero Mariano
Que Dios bendiga e ilumine a cada una de las personas que han visto nuestros vídeos, la Preciosa Sangre de Jesucristo selle los lugares donde se han vistos estos vídos amen
216 España
209 Estados Unidos de América
207 México
163 República Italiana
76 Argentina
72 Venezuela
69 Colombia
53 Gran Bretaña
46 Cuba
44 Honduras
39 El Salvador
31 Puerto Rico
27 Canadá
27 República Dominicana
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Que Dios bendiga e ilumine a cada una de las personas que han visto nuestros vídeos, la Preciosa Sangre de Jesucristo selle los lugares donde se han vistos estos vídos amen
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22 Costa Rica

22 Nicaragua

19 Ecuador

18 Irlanda

17 Panamá

16 Perú

15 Chile

14 Polonia

12 Alemania

12 Guatemala

11 Nueva Zelanda

8 China

7 Francia

6 India

5 Corea, República de

4 Paraguay

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3 República Checa

3 Holanda

3 Filipinas

3 Eslovaquia (República Eslovaca)

3 Taiwán

3 Ucrania

2 Azerbaiyán

2 Brasil

2 Belice

2 Suiza

2 Letonia

2 Senegal

2 Uruguay

1 Afganistán

1 Bélgica

1 Bolivia

1 Zaire

1 Etiopía

1 Finlandia

1 Hungría

1 Indonesia

1 Irán (República Islámica)

1 Líbano

1 Sri Lanka

1 Myanmar

1 Nigeria

1 Noruega

1 Pakistán

1 Arabia Saudita

1 Suecia

1 Tanzanía
1 Sudáfrica
Un comentario más de Mensajero Mariano
Mensajero Mariano
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Rezo por todos los que nos critican y oponen, gracias por hacernos más bienaventurados, rezamos todos necesitamos conversión y salvación.

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Papa Francisco Consagró a Venezuela a Nuestra Señora de Coromoto
El Papa Francisco Consagró a Venezuela a Nuestra Señora de Coromotowww.youtube.com/watch
Gracias Su Santidad Francisco, por orar por nosotros los venezolanos, tenemos la confianza en que Dios nos ayudará, no por nuestros méritos, que no tenemos ninguno, sino por su gran misericordia, y en atención a las suplicas que usted amado …Más
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Gracias Su Santidad Francisco, por orar por nosotros los venezolanos, tenemos la confianza en que Dios nos ayudará, no por nuestros méritos, que no tenemos ninguno, sino por su gran misericordia, y en atención a las suplicas que usted amado Sucesor de Pedro, ha realizado en favor nuestro, muchas gracias. Que la Santísima Virgen lo siga acompañando amen

Gracias Papa Francisco por consagrar nuestra querida Venezuela a la protección Materna Nuestra Señora de Coromoto. (En el minuto 13)

Dios te bendiga amado Sucesor de San Pedro.
Enzo de la Virgen
¿Para que es necesaria la unidad de la Iglesia?
El Evangelio según San Juan, dice que la unidad de los creyentes es un requisito para que el mundo crea en Jesús, es decir: para que la humanidad se convierta hace falta que todos los que creemos que Jesucristo es el Señor, nos unamos, y tengamos según el modelo de Hechos 2,44 todo en común: “Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la …Más
¿Para que es necesaria la unidad de la Iglesia?

El Evangelio según San Juan, dice que la unidad de los creyentes es un requisito para que el mundo crea en Jesús, es decir: para que la humanidad se convierta hace falta que todos los que creemos que Jesucristo es el Señor, nos unamos, y tengamos según el modelo de Hechos 2,44 todo en común: “Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos” (Efesios 4,4-6).

La unidad es necesaria para que el Mundo crea, y sepa cual es el autentico mensaje de Dios, revelado en su Unigénito, por eso Jesús al pedir por sus discípulos y sus sucesores, ruega al Padre, con estas palabras: “Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad. No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí” (Juan 17,18-23). Recuerden leer completo este capitulo, donde está la oración Sacerdotal Jesús por su Iglesia, el Nuevo Pueblo Santo.

Si aceptamos a Jesús como Nuestro único y suficiente Salvador, debemos aceptar también a la única Iglesia edificada por Él (cf Mateo 16,18), su verdadero Cuerpo Místico (cf Romanos 12,5; Galatas 3,28; Efesio 4,4) del que todos los creyentes formamos parte en comunión (cf I Corintios 12,27), porque: “El mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo”. (Efesios 4,11-13).
Yugo
SOLO UN PEQUEÑO REMANENTE DE CATÓLICOS SEGUIRA FIEL A LA RELIGIÓN APOSTOLICA TRADICIONAL DE 20 SIGLOS DE VERDAD,DENTRO DE ESE TIEMPO HA HABIDO MARTIRES SANTOS Y SANTAS ,NO IBAN ERRADOS SEGUIAN LA GRAN VERDAD DE LOS MANDAMIENTOS Y NO SE PUEDEN CAMBIAR POR MISERICORDIA NI NADA .
SER PARTE DE ESE GRUPO HERMANOSMás
SOLO UN PEQUEÑO REMANENTE DE CATÓLICOS SEGUIRA FIEL A LA RELIGIÓN APOSTOLICA TRADICIONAL DE 20 SIGLOS DE VERDAD,DENTRO DE ESE TIEMPO HA HABIDO MARTIRES SANTOS Y SANTAS ,NO IBAN ERRADOS SEGUIAN LA GRAN VERDAD DE LOS MANDAMIENTOS Y NO SE PUEDEN CAMBIAR POR MISERICORDIA NI NADA .

SER PARTE DE ESE GRUPO HERMANOS
Adelita
Decía el Señor en el mensaje de 6 de noviembre de 1990: «El Santo Padre siempre es dirigido por el Espíritu Santo. Cuando en la Tierra se nombra a un Papa, es el Espíritu...
(Luz Amparo expresa gozo, mientras ve unos rayos de luz que descienden de lo alto iluminando a los que eligen al Papa), el Espíritu Divino, el que lo nombra para que pueda regir la Iglesia, porque la Iglesia es santa y para …Más
Decía el Señor en el mensaje de 6 de noviembre de 1990: «El Santo Padre siempre es dirigido por el Espíritu Santo. Cuando en la Tierra se nombra a un Papa, es el Espíritu...
(Luz Amparo expresa gozo, mientras ve unos rayos de luz que descienden de lo alto iluminando a los que eligen al Papa), el Espíritu Divino, el que lo nombra para que pueda regir la Iglesia, porque la Iglesia es santa y para dirigirla hay que nombrar a un varón santo».
Recordemos también las palabras de Jesús a Simón Pedro: «Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella» (Mt 16, 18).

Amad a la Iglesia, amad al Papa y amad a los componentes de ella. Los hombres la quieren hacer desaparecer, y la Iglesia no puede desaparecer, porque es la Piedra Angular la que la sostiene; es Cristo, y contra Cristo los hombres no tienen poder.

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