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jamacor
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Si ves este documental, querrás ir de viaje a Jordania. Tuve la suerte de viajar a Jordania en distintas ocasiones y caminar por el desfiladero de Petra buscando el Tesoro. También sentí la velocidad …Más
Si ves este documental, querrás ir de viaje a Jordania.

Tuve la suerte de viajar a Jordania en distintas ocasiones y caminar por el desfiladero de Petra buscando el Tesoro. También sentí la velocidad y la belleza en el desierto de Wadi Rum, floté en el Mar Muerto como manda la tradición (y la física), aluciné con los pececillos de colores en la claridad de las aguas del Golfo de Aqaba y me enseñaron, como a Moisés, la Tierra Prometida en la cima del Monte Nebo. Obviamente eso no significa ser Indiana Jones, pero tengo que decir que Jordania me ofreció la posibilidad de intentarlo y, sobre todo, de no dejar nunca de soñar.

Jordania, con todo lo que tiene para ofrecer, es uno de los países más preparados para el turismo. No tiene un visado farragoso (se adquiere en el mismo aeropuerto/frontera terrestre por 40 dinares). Las distancias raramente se hacen insalvables. Su desarrollada infraestructura (de carreteras y turística) hace que necesitemos pocas horas para ir de un lugar a otro, que haya tantas camas que reservar hotel sea sencillo (incluso sobre la marcha) y que los sobresaltos que tengamos se deban a razones “emocionales” al contemplar rincones históricos y geológicos de gran belleza. Una vez nos hemos decantado por Jordania como nuestro destino de viaje, sólo falta decidir un itinerario factible y aquellos lugares que ver y que queremos formen parte de una experiencia inolvidable.

He aquí nueve imprescindibles para un viaje a Jordania de aproximadamente una semana de duración en el que nos haremos bien a la idea de lo mucho que tiene que ofrecer este país:
Ammán, puerta de entrada al universo jordano

No pretendo engañar a nadie. Ammán no está entre las cien ciudades más bellas del mundo. Ni tan siquiera entre las quinientas. De hecho muchos turistas sólo la ven de pasada cuando llegan (o se marchan) al Aeropuerto Internacional Queen Alia. Desordenada rozando el caos, ruidosa, calurosa y con un tráfico que podríamos calificar de infernal. Esos son sólo algunos de los calificativos que me vienen a la cabeza de la capital del Reino Hachemita de Jordania. Pero aún siempre recomiendo visitarla. ¿Y por qué? Porque se trata de una de las ciudades habitadas de forma continuada más antiguas del planeta, porque permite tomar el pulso a un país entero, porque entre una shisha y un buen té podemos convertir lo caótico en encantador… Y, por supuesto, porque tiene una ciudadela romana fantástica en mitad del embrollo urbano sobre los cimientos de la vieja Rabbath-Ammon.

Es perfecta para hacer compras en Souk Jara, el gran zoco de la ciudad, subirnos a lo alto de alguna de sus colinas a admirar un atardecer prodigioso y, por tanto, aclimatarnos al carácter jordano que, aunque pretende ser urbanita, aún no ha cambiado su hospitalaria manera de ver la vida y a quienes llegamos de fuera.

También se utiliza de base para llevar a cabo no pocas visitas por el país ya sea por libre o en www.civitatis.com/es/aman/ con ida y vuelta en el día.
Monte Nebo y la visión de Moisés

“A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá” (Deuteronomio 34.1-12). La Biblia cuenta como Moisés llega hasta la cima del Monte Nebo y entonces Dios le muestra la Tierra Prometida, aunque no le permite ir al otro lado. De hecho las Santas Escrituras sitúan el Monte Nebo como la última morada del profeta (además de ser uno de los escondites donde estuvo el Arca de la Alianza). La tradición popular hizo que éste monte de más de 800 metros de altura desde en el que se llega a ver incluso Jerusalén durante días claros, fuese el bíblico Nebo, la tumba geográfica y espiritual de Moisés. Un rincón perfecto para disfrutar de uno de los mejores atardeceres del país.

En el lugar fue levantada una iglesia bizantina allá por el siglo IV, que sería reedificada sobre sus ruinas por los franciscanos a principios del siglo XX. Por suerte conserva los primeros mosaicos que allí se realizaron, y los cuales se pueden admirar en una visita bastante recomendable. Es una parada de carácter religioso, pura Tierra Santa, pero también tiene un enorme poso de Historia. Y quien sabe si veremos brillar al otro lado la cúpula de la Roca de Jerusalén

Mádaba y su gran mapa de Tierra Santa

Apenas una decena de kilómetros separan el Monte Nebo de la vieja capital del Reino de Moab. Mádaba hoy día es una parada obligada de visitantes y peregrinos que llegan a Jordania para admirar algunos de los mejores mosaicos bizantinos de Oriente Medio, sobre todo uno en especial. Y es que el suelo de la iglesia cristiana-ortodoxa de San Jorge conserva un gigantesco mosaico-mapa que refleja cómo era Tierra Santa allá por el siglo VI d.C, la cual no debía ser demasiado distinta a la época en la que sucedieron los principales capítulos narrados en los Evangelios en los que aparece Jesús de Nazaret. Jerusalén al detalle, las tierras de Palestina, la península egipcia del Sinaí, el curso del río Jordán, el Mar Muerto… todos aparecen en mayor o menor detalle. Este curioso mapa ha proporcionado información a los arqueólogos e historiadores sobre ciudades perdidas y escenarios bíblicos. Y eso que sólo ha sobrevivido una décima parte del mosaico original.

Por supuesto, ir a la iglesia de San Jorge a contemplar el inmenso mapa bajo una luz tenue de velas es uno de los objetivos de los viajeros que llegan hasta aquí. La ciudad es tranquila e interesante, muy cerca de Ammán, el Monte Nebo y, por supuesto, el Mar Muerto. Suele combinarse con éstos en visitas de un día.

Petra, el lugar que supera a tus propios sueños

La joya de la corona, el motivo que paga por sí solo el billete de avión a Jordania, es poder disfrutar de uno de los mejores complejos arqueológicos de todo el mundo. Petra fue una ciudad nabatea con más de dos mil años de historia que guardaba importantes templos funerarios en el interior de unas montañas accesibles a través de un desfiladero. Este capricho de la erosión utilizado por nabateos y romanos permaneció durante muchos siglos abandonado y perdido en los mapas hasta convertirse en una Leyenda de beduinos que aparecía en las historias de fantasía que se narraban junto al calor de una hoguera en el desierto. En el año 1812 el suizo Johann Ludwig Burckhardt, el mismo que hallaría Abu Simbel en Egipto, haciéndose pasar por un jeque árabe en busca de la Tumba de Aarón, redescubrió para el mundo el centro del reino nabateo y aquellos templos de los que hablaban los contadores de historias. Templos y tumbas que habían sido moldeados en la misma roca de las montañas, cañones y desfiladeros.

Para ver Petra, una de las siete nuevas maravillas del mundo, es necesario como mínimo un día completo y así hacerse a la idea del lugar. Pero serían necesarias muchas más etapas para hacer distintas rutas por aquellas montañas que amanecen naranjas y se tiñen de rosa cada amanecer. Un estrecho desfiladero (el Siq) deja a la vista un templo que ya vimos en Indiana Jones y la última Cruzada, el Khasné ó Tesoro. Si cabe, el mejor regalo que podíamos esperar, la postal que todos venimos buscando. Después de él surge una retahíla de tumbas de reyes, una ciudadela en la que intervinieron los romanos (tiene incluso un anfiteatro) y un sendero ascendente con más de un millar de escalones que lleva hasta El Deir (El Monasterio), el edificio más hermoso que los nabateos fueron capaces de construir.

NOTA PRÁCTICA: La base para hacer Petra es la ciudad de Wadi Musa (a 1 hora de Wadi Rum, más de 2 de Aqaba y 3 de Ammán), con alojamientos de todas las categorías. El precio de las entradas es elevado, y se va compensando en función de los días que queramos utilizarlas. Así en 2015 el precio estipulado es de 50 Dinares jordanos (aprox 63€) la entrada de un día, 55 dinares (69€) la de dos días y 60 dinares (75€) la de tres días (ojo, piden pasaporte para evitar reventas, así que mejor no intentar líos innecesarios). Es recomendable madrugar y estar de los primeros en la puerta cuando abran (a las 6:00 am) y así llegar al Khasné (El tesoro) sin demasiada gente ni calor. Cierran a las 18:00 en verano y a las 16:00 en invierno, pero no son demasiado estrictos. Junto a la mañana, las últimas horas de luz de la tarde son los mejores momentos del día para disfrutar y hacer fotografías de Petra. Es al final de la jornada cuando el calificativo de “ciudad rosada” encuentra explicación.

Se organizan visitas nocturnas hasta el tesoro en el que se colocan velas por el suelo y suena música tradicional junto a una historia contada por un lugareño. El intento es mágico pero a veces acude tanta gente que se llega a perder la esencia de lo que se pretende. Tuve la suerte de entrar de noche una vez y no me arrepiento, pero no lo volvería a repetir.

Wadi Rum, quizás uno de los desiertos más hermosos del planeta

Desiertos, paraísos de la insignificancia, pedacitos inertes de sol y silencio donde nuestro mayor reto es reconocernos a nosotros mismos que somos diminutos, inapreciables, tanto como los granos de arena que sólo el viento es capaz de esparcir. Soy un apasionado de los desiertos y de lo que me hacen sentir. Saliendo a buscar los desiertos más asombrosos del planeta tengo la suerte de haber podido guiñarle un ojo a Wadi Rum, el valle de la luna jordano que, en realidad parece Marte, y que guarda unos paisajes sobrenaturales. A mitad de camino entre Petra y Aqaba, el desierto arábigo penetra en Jordania con una alfombra de tierra rojiza y un universo de colinas de piedra, los jebels, que dibujan un escenario de película. Y tanto que de película, ya que todavía queda el lugar donde se escondía junto a sus hombres el mismísimo Lawrence de Arabia (y no Peter O’Toole, el que lo encarna en la película de los años sesenta).

Wadi Rum es un desierto para recorrerlo en 4×4, e incluso en camello (si el tiempo lo permite hasta en globo). Un clásico es dormir en una jaima en un campamento beduino, aunque de un tiempo a esta parte algunos de estos campos se han turistizado tanto hasta volverse circos andantes que pueden llegar a …
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Jordania - una patria con futuro /documental en español.
Un conceptoMás
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