Medjugorje - Aparición a Mirjana del 2 de febrero de 2018 “Queridos hijos, vosotros a los que mi Hijo ama, vosotros a los que yo amo inmensamente con mi amor maternal, no permitáis que el egoísmo y …Más
Medjugorje - Aparición a Mirjana del 2 de febrero de 2018
“Queridos hijos, vosotros a los que mi Hijo ama, vosotros a los que yo amo inmensamente con mi amor maternal, no permitáis que el egoísmo y amarse demasiado a sí mismos reine en el mundo; no permitáis que el amor y la bondad estén ocultos. Vosotros que sois amados, vosotros que habéis conocido el amor de mi Hijo, recordad que ser amados significa amar. Hijos míos, tened fe. Cuando tenéis fe sois felices y difundís la paz: vuestra alma exulta de alegría; en esta alma está mi Hijo. Cuando os dais por fe, cuando os dais por amor, cuando hacéis el bien a vuestro prójimo mi Hijo está en vuestra alma y sonríe. Apóstoles de mi amor, yo me dirijo a vosotros como Madre, os reúno en torno a mí y deseo conduciros por el camino del amor y de la fe, por el camino que conduce a la Luz del mundo. Por causa del amor y de la fe estoy aquí; porque deseo con mi bendición maternal daros la esperanza y la fuerza en vuestro camino. Porque el camino que conduce a mi Hijo no es fácil: está lleno de renuncias, de darse, de sacrificio, de perdón y mucho, mucho amor; pero este camino conduce a la paz y a la alegría. Hijos míos, no creáis a las falsas voces que os hablan de cosas falsas y de la luz falsa. Vosotros, hijos míos, volved a la Sagrada Escritura. Con inmenso amor os miro y por la gracia de Dios me manifiesto a vosotros. Hijos míos, encaminaos conmigo: que vuestra alma exulte de alegría. Os doy las gracias”.
“Queridos hijos, vosotros a los que mi Hijo ama, vosotros a los que yo amo inmensamente con mi amor maternal, no permitáis que el egoísmo y amarse demasiado a sí mismos reine en el mundo; no permitáis que el amor y la bondad estén ocultos. Vosotros que sois amados, vosotros que habéis conocido el amor de mi Hijo, recordad que ser amados significa amar. Hijos míos, tened fe. Cuando tenéis fe sois felices y difundís la paz: vuestra alma exulta de alegría; en esta alma está mi Hijo. Cuando os dais por fe, cuando os dais por amor, cuando hacéis el bien a vuestro prójimo mi Hijo está en vuestra alma y sonríe. Apóstoles de mi amor, yo me dirijo a vosotros como Madre, os reúno en torno a mí y deseo conduciros por el camino del amor y de la fe, por el camino que conduce a la Luz del mundo. Por causa del amor y de la fe estoy aquí; porque deseo con mi bendición maternal daros la esperanza y la fuerza en vuestro camino. Porque el camino que conduce a mi Hijo no es fácil: está lleno de renuncias, de darse, de sacrificio, de perdón y mucho, mucho amor; pero este camino conduce a la paz y a la alegría. Hijos míos, no creáis a las falsas voces que os hablan de cosas falsas y de la luz falsa. Vosotros, hijos míos, volved a la Sagrada Escritura. Con inmenso amor os miro y por la gracia de Dios me manifiesto a vosotros. Hijos míos, encaminaos conmigo: que vuestra alma exulte de alegría. Os doy las gracias”.