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Comentarios a la pasión de Jesús según Santo Tomás de Aquino I; Necesidad de la Pasión; P. Pierre Martínez IVE. ARTÍCULO 1 De la pasión de Cristo Dificultades. Parece que no fué necesario que Cristo …Más
Comentarios a la pasión de Jesús según Santo Tomás de Aquino I; Necesidad de la Pasión; P. Pierre Martínez IVE.

ARTÍCULO 1

De la pasión de Cristo

Dificultades. Parece que no fué necesario que Cristo padeciese por la liberación del género humano.

1. Sólo por Dios podía ser librado el género humano, según las palabras de, Isaías: “¿No soy yo el Señor y fuera de mi no hay otro Dios? Dios justo, salvador; no hay otro sino yo” (Is 45,21). En Dios no cabe necesidad, porque esto es opuesto a su omnipotencia luego no fué necesario que Cristo padeciera.

2. Lo necesario se opone a lo voluntario; pero Cristo padeció voluntariamente, pues dice Isaías: “Se ofreció porque Él quiso” (Is 53,7); luego no fué necesario que padeciese:

3. Dícese en un salmo: “Todos los caminos del Señor son misericordia y verdad” (Ps 24,10); pero no parece necesario que padeciera por parte de la misericordia divina, la cual, como reparte gratis sus dones, así gratis puede perdonar las deudas, sin satisfacción. Tampoco parece necesario por parte de la justicia de Dios, por lo que el hombre había merecido la condenación eterna; luego parece que no fué necesario que Cristo padeciese por la liberación de los hombres.

4. La naturaleza angélica es más excelente que la humana; como lo prueba Dionisio; pero Cristo no padeció por la reparación de la naturaleza angélica, que había pecado; luego parece que ni fué necesario que por la salud del género humano padeciese.

Por otra parte, se lee en San Juan: “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que obtenga la vida eterna” (Jn 3,14-15). Esto se entiende de la exaltación en la cruz; luego parece que fué preciso que Cristo padeciese.

Respuesta. Según la doctrina del Filósofo, lo “necesario” se entiende de muchas, maneras: Primero, es necesario aquello que, según su naturaleza, no puede ser de otro modo. Y es evidente que, así entendido, no fué necesario que Cristo padeciese, ni por parte de Dios ni por parte de los hombres.

De otro modo se dice una cosa necesaria por razón de una causa exterior, la cual, si es eficiente o motriz, crea una necesidad de coacción, como la de uno que no puede caminar porque violentamente es detenido. –Pero, si esa causa exterior que impone necesidad es el fin, se dirá que una cosa es necesaria por razón de un fin; v. gr.; cuando ese fin o de ningún modo puede ser obtenido o no puede serlo convenientemente.

Según esto no fué necesario que Cristo padeciese con necesidad de coacción: ni por parte de Dios, que decretó la pasión de Cristo; ni por parte del mismo Cristo, que voluntariamente padeció.

Pero fué necesario por necesidad del fin. El cual puede entenderse de tres maneras; Primero, por parte nuestra, que fuimos libertados por su pasión, según la sentencia citada: “Es preciso que sea levantado el Hijo del hombre; para que todo el que crea en Él no perezca, sino que alcance la vida eterna” (Jn 3,14). –Segunda, por parte del mismo Cristo, que por la humildad de la pasión; mereció la gloria de la exaltación. A esto se refiere lo que se lee en San Lucas: “Fue preciso que el Hijo del, hombre padeciera esto y así entrar en su gloria” (Lc 24,26). –Tercera, de parte de Dios, cuyas determinaciones sobre la pasión de Cristo fueran profetizadas en la Sagrada Escritura y prefiguradas en las observancias del Viejo Testamento. Y viene a este propósito lo que leemos en San Lucas (Lc 22,22): “El Hijo del hombre se va, según está decretado”; y también: “Estas son las cosas que os he hablado estando con vosotros, porque era necesario que se cumpliera cuanto está escrito de mí en la Ley, en los Profetas y en los Salmos. Porque está escrito que era preciso que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos” (Lc 24,44-46).

Soluciones. 1. La objeción esa procede de la necesidad de coacción de parte de Dios.

2. Esa otra procede de la necesidad de coacción de parte de Cristo.

3. La liberación del hombre por la pasión de Cristo convenía tanto a la misericordia de Dios como a su justicia. A la justicia, porque mediante la pasión satisfizo por el pecado del género humano, y así fué el hombre liberado por la justicia de Cristo. Convenía también a la misericordia, porque, no pudiendo el hombre satisfacer por sí mismo el pecado de toda la naturaleza, como atrás queda probado (S.Th. 3,1,2ad2), le dió Dios a su Hijo que satisficiese, según la sentencia del Apóstol a los Romanos: “Todos son justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que tienen en Jesucristo, a quien Dios ha puesto como sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre” (Ro 3,24-25). Y ésta fué mayor misericordia que si hubiera perdonado los pecados sin satisfacción alguna. Por esto dice San Pablo a los Efesios: “Dios, que es rico en misericordia, por la excesiva caridad con que nos amó, estando muertos por los pecados, nos dió vida en Cristo” (Ef 2,4-5).

4. El pecado del ángel no fué remediable como lo era el pecado del hombre, según se dijo en la Primera Parte (S.Th. 1,64,2).
Mónica Mamani compartió esto
Revelador
Christus Spes mea
gracias padre 👍 👍 👍