05:35
LA GRACIA del Miércoles 2 de Noviembre de 2016 1ª Lectura (Sab 3,1-9) Lectura del libro de la Sabiduría Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los …Más
LA GRACIA del Miércoles 2 de Noviembre de 2016

1ª Lectura (Sab 3,1-9)

Lectura del libro de la Sabiduría

Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable. En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.

Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

R
Espero ver la bondad del Señor.

L El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor

es la defensa de mi vida, ¿quién

podrá hacerme temblar? /R

L
Lo único que pido, lo único que

busco es vivir en la casa del Señor

toda mi vida, para disfrutar las

bondades del Señor y estar continuamente

en su presencia /R

L
Oye, Señor, mi voz y mis clamores

y tenme compasión. El corazón

me dice que te busque y buscándote

estoy. No rechaces con cólera a tu

siervo /R

L
La bondad del Señor espero ver

en esta misma vida. Ármate de valor

y fortaleza y en el Señor confía /R

(Sal 26).

2ª Lectura (1Jn 3,14-16)

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan

Hermanos: Nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna.

Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros. Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos.

Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

R
Aleluya, aleluya. Vengan, benditos de mi Padre, dice el Señor; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. R Aleluya (Mt 25,34).

Evangelio (Mt 25,31-46)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. A Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá.: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.

Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’. Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.

Palabra del Señor.