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Ciclo: "Hispanoamérica en su literatura". Parte I. Impartido por Lucrecio Pérez Blanco. Días 14 y 21 de enero, y 4,11 y 18 de febrero de 1993. Fundación Universitaria Española: Bernardo de BalbuenaMás
Ciclo: "Hispanoamérica en su literatura". Parte I.

Impartido por Lucrecio Pérez Blanco. Días 14 y 21 de enero, y 4,11 y 18 de febrero de 1993. Fundación Universitaria Española: Bernardo de Balbuena (Valdepeñas, España, 1568 - San Juan de Puerto Rico, 1627) Religioso y poeta español. Marchó muy joven a México, donde ingresó en un seminario y fue ordenado sacerdote. En 1619 fue nombrado obispo de San Juan de Puerto Rico. Dotado de un gran talento como versificador, se muestra afín a los postulados de Ariosto y Boiardo en sus poemas épicos, y a los de Teócrito y Virgilio en los pastoriles. Entre los primeros destacan Bernardo o la victoria de Roncesvalles, publicado en 1624 y que tiene como figura central a Bernardo del Carpio, y Grandeza mexicana, poema que ensalza la colonización española al evocar un imperio donde nunca se pone el sol, cuya gran gesta es haber trasplantado su modo de vida a un territorio salvaje e inferior. Cabe destacar asimismo Siglo de oro en las selvas de Erífile (1608), obra pastoril en prosa y verso.
La Grandeza Mexicana Contenido
La obra, perteneciente al género de la corografía, se divide en nueve capítulos, cuyos contenidos se reparten en:
Capítulo I. De la famosa México el asiento.
En este primer apartado el autor saluda a Doña Isabel de Tovar, alaba su linaje y sus virtudes, y procede a describir la ciudad de México y su asiento en medio de un lago, se hacen observaciones sobre el clima de la urbe, los edificios, los paisajes, las huertas, los jardines y las calzadas llenas de gente procedente de diferentes lugares. Concluye el primer capítulo con reflexiones sobre la ambición y maestría de construir una ciudad sobre el agua.

Capítulo II. Origen y grandeza de edificios.

En el segundo capítulo Balbuena construye una concepción latina de México mediante el uso de alegorías que la equiparan a las antiguas ciudades romanas, a la propia España y otras grandes civilizaciones; alaba su traza, semejante a un tablero de ajedrez, y dedica bellos pasajes a la rica arquitectura de la ciudad y sus iglesias.

Capítulo III. Caballos, calles, trato y cumplimiento.

El tercer capítulo se articula esencialmente en la admiración que despierta en Balbuena los caballos novohispanos, los cuales equipara con corceles famosos de la historia para realzar su valía; manifiesta admiración por la destreza de los jinetes que cabalgan por la plaza de la ciudad y enumera con sumo detalle los colores y adornos que portan tanto el jinete como el animal; por último, incluye algunos versos sobre las ricas mercancías que llegan y se comercian en la capital.

Capítulo IV. Letras, virtudes, variedad de oficios.

El capítulo comienza describiendo los diversos oficios que se ejercen en la ciudad, alaba a las diferentes industrias, los materiales con los que trabajan los artesamos y declara su admiración por aquellos que se dedican a las artes, continua con una dura condena a la pobreza de los pueblos mezquinos y deja en claro su preferencia por México, pues en ella puede encontrar toda clase de hombres eminentes e ilustres, bellas escuelas, virtudes, caridad y todo lo bueno que debe poseer un gran pueblo.

Capítulo V. Regalos, ocasiones de contento.

Balbuena continúa su obra narrando el regocijo que experimenta al hallarse en la Ciudad de México, pues en ella encuentra tanto santidad y fiestas como elegancia y comedias, letras y las modas más nuevas. Describe los carruajes, el trato afable de los habitantes y las buenas costumbres de las damas, así como las riquezas, la música y todos los manjares que se encuentran en la capital.
es.wikipedia.org/wiki/Bernardo_de_Balbuena