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Pedro Arrupe, Vida y legado. Se ha llamado a Pedro Arrupe, S.J., "El segundo fundador" de la Compañia de Jesús. Enfrentado a trascendentales acontecimientos mundiales que contribuyeron a dar forma a …Más
Pedro Arrupe, Vida y legado.

Se ha llamado a Pedro Arrupe, S.J., "El segundo fundador" de la Compañia de Jesús. Enfrentado a trascendentales acontecimientos mundiales que contribuyeron a dar forma a su vida interior, Arrupe fue escogido para guiar a los jesuitas durante el tumultuoso período de renovación eclesial y cultural que siguió al Concilio Vaticano II.
Irapuato
Irapuato
padre rodrigo
Father Peter Arrupe is a Saint!!! Pray for us!!!
Irapuato
Vigésimo aniversario de la muerte del padre Pedro Arrupe OMPRESS-ROMA (4-2-11) Mañana 5 de febrero se cumple el vigésimo aniversario de la muerte del padre Pedro Arrupe. Nacido el 14 de noviembre de 1907 en Bilbao; en octubre de 1914 ingresa en el colegio de los Escolapios de Bilbao, y el 29 de marzo de 1918 ingresa en la Congregación Mariana de S. Estanislao de Kostka, "los Kostkas", dirigida …Más
Vigésimo aniversario de la muerte del padre Pedro Arrupe OMPRESS-ROMA (4-2-11) Mañana 5 de febrero se cumple el vigésimo aniversario de la muerte del padre Pedro Arrupe. Nacido el 14 de noviembre de 1907 en Bilbao; en octubre de 1914 ingresa en el colegio de los Escolapios de Bilbao, y el 29 de marzo de 1918 ingresa en la Congregación Mariana de S. Estanislao de Kostka, "los Kostkas", dirigida por el P. Basterra, el primer jesuita que conoció Arrupe. En 1923 comienza el primer curso de Medicina en la Facultad de San Carlos de Madrid. El 25 de enero de 1927 ingresa en la Compañía de Jesús, en el noviciado de Loyola. Poco después de haber comenzado sus estudios de Filosofía en Oña (Burgos), el gobierno de la República firma el decreto de disolución de la Compañía en España (1932) con lo que el padre Arrupe parte al destierro con sus compañeros y profesores. Continuará sus estudios en Marneffe (Bélgica). Para cursar Teología le envían a Valkenburg (Holanda). El 30 de julio de 1936 recibe la ordenación sacerdotal en Marneffe. El 6 de junio de 1938 recibe una carta del Padre General destinándole a la misión de Japón, y viaja a Yokohama. En junio 1940 es destinado a la parroquia de Yamaguchi, tan llena de recuerdos de San Francisco Javier. Al día siguiente de entrar Japón en la II Guerra Mundial, 8 de diciembre 1941, le meten en la cárcel acusándole de “espía”. Le recluyen en un cuartucho de dos por dos metros. Al cabo de un mes es puesto en libertad, debido a la admiración que provocó su buen comportamiento y su conversación con carceleros y jueces. Pocos meses después le nombran maestro de novicios. Parte para el noviciado de Nagatsuka, una colina a las afueras de Hiroshima. El 6 de agosto de 1945, a las ocho de la mañana, Arrupe es testigo de la explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima. Inmediatamente, convierte el noviciado en un hospital de emergencia. Más de ciento cincuenta personas, abrasadas por la irradiación, son atendidas por una comunidad que apenas cuenta con medios y elementos para ello. Más tarde, Arrupe escribiría un libro sobre esta experiencia: “Yo viví la bomba atómica”. Es nombrado superior de todos los jesuitas de Japón, con el cargo de Viceprovincial el 24 de marzo 1954. Es elegido general de la Compañía de Jesús el 22 de mayo de 1965. El 7 de agosto de 1981, de vuelta de Oriente, a donde había ido a visitar a los jesuitas de aquella parte del mundo, ya en Roma, en el taxi que le conducía del aeropuerto a la ciudad, sufre una trombosis cerebral que le deja incapacitado del lado derecho. Al día siguiente, le administran el sacramento de los enfermos. El 26 de agosto de ese año, el Papa Juan Pablo II nombra un delegado personal para atender al gobierno de la Compañía en la persona del jesuita Paolo Dezza. El 3 de septiembre de 1983, reunida por fin la Congregación General, el P. Arrupe presenta su renuncia al cargo ante todos los Padres congregados. Pocos días después, el P. Peter-Hans Kolvenbach es elegido General de la Compañía. Después de casi diez años de dolorosa inactividad y de ofrenda física y psíquica por la Compañía, la Iglesia y la Humanidad, el 5 de febrero de 1991 entrega su alma a Dios en la casa generalicia de los jesuitas en Roma. Días antes, ya en agonía, le había visitado Juan Pablo II. www.revistaecclesia.com/content/view/23483/63