Papa Francisco, yo lo único que puedo decir, es que usted tiene la bendición de Dios, Y DE LA VIRGEN MARÍA que le de la sabiduría y el entendimiento que necesita para podernos llevar de la mamo a todos nosotros los hermanos católicos, que somos como sus hijos y que siempre necesitamos de un padre que nos guíe por el camino del bien. Yo soy una mujer que tiene sus 5 hijos, y muchas ganas de VIVIR y ver que ellos salgan adelante y luchen por ser mejores, siempre les trato de hablar de Dios, y me escuchan eso es importante y no perder la fe y amor a los demás. Aunque yo trato de mantenerlos unidos a mis tradiciones, religión y costumbres.
Yo doy Gracias a Dios por permitirme dirigirme a usted estas palabras, Que Dios lo Bendiga siempre. Amén.

Querido Papa Francisco, en mis oraciones diarias y lectuira del evangelio, pido a Dios Padre, a Jesús Misericordioso, a la Virgen madre María, que te protejan siempre y velen por tus santas intenciones. Eres único y me conmueve tu cercanía a nosotros que somos el pueblo de Dios. Que Él te bendiga, te cuide en salud para que permanezca en tí esa energía que Espíritu Santo te alienta en todas tus acciones…

Oh mi Dios Padre Celestial que nos diste a tu hijo humanado nuestro señor Jesucristo, me presento ante ti para rendirte honor y alabanza y para suplicarte que protejas a nuestro amado Papa Francisco de todo mal y peligro, de cualquier fuerza oscura por ambición de poder, llénalo de fortaleza, sabiduría. Oh mi buen Señor Jesús séllalo con tu santa sangre, que nadie se atreva a hacerle daño porque Tú estás en él y él en Ti, es nuestra luz que nos guía a través del espíritu santo y de la santa iglesia para que te busquemos, nos arrepintamos y seamos cada vez mas humildes de corazón como lo es él. Mamita María te entregamos a nuestro Papa para que los cubras con tu santo manto, como cubriste a tu adorado hijo. Jesús mío yo confío en Ti, porque si Dios está conmigo quién contra mí? Que Dios te bendiga Papito Francisco. La Justicia divina reinará. Amén.

Queremos ser, con el papa Francisco,
con nuestros obispos pastores,
con todas las comunidades cristianas,
una Iglesia sencilla y servidora,
que anuncie con alegría el Evangelio de Jesús,
que ame y cuide la naturaleza y la Tierra, casa de todos,
que trabaje junto a otros para hacer un mundo de hermanos,
que se alegre con María, y con Ella se haga fuerte en la fe y la esperanza,
porque para Dios “no hay nada imposible”.
- Que así sea -