Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada. Domingo cuarto después de Pentecostés La siguiente meditación nos invita a profundizar tres aspectos muy importantes, que salen …Más
Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada.

Domingo cuarto después de Pentecostés

La siguiente meditación nos invita a profundizar tres aspectos muy importantes, que salen a nuestro encuentro en el Evangelio de este domingo cuarto después de Pentecostés: La predicación del Señor, La barca de Pedro y la pesca milagrosa.

Todos estos aspectos tienen una relación entre sí: La predicación, el anuncio de la Palabra de Dios.

El evangelio nos muestra esta extraordinaria escena, la pesca milagrosa, después de la predicación de Jesús: Mis hermanos, toda la vida de Jesús está impresa con el distintivo de la predicación…, el anuncio del reino de Dios, la búsqueda de la oveja perdida, como lo meditábamos el domingo pasado. Es el buen pastor que porta sobre sus espaldas a la oveja que se le había perdido, la busca hasta encontrarla, la alimenta y la protege del lobo, de sus enemigos.

El objetivo esencial de la predicación es la salvación: Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. 1Tim 2,4.

Este deseo de Dios se realiza en Cristo Nuestro Salvador. Él es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo…, que con su muerte y su resurrección, nos da los medios de la salvación…, quita los pecados del mundo, porque el pecado es un obstáculo para la salvación. El sacramento de la Penitencia es necesario para salvarse a todos los que después del Bautismo han cometido algún pecado mortal (692). Catecismo Mayor San Pío X.

La predicación dentro de la barca de Pedro, simboliza el anuncio de la Palabra de Dios que lleva la santa Iglesia Católica a todo el mundo, y que no tiene otro fin que la conversión y la salvación de las almas, este mensaje de salvación no puede tener su principio y su fin sino dentro de la barca. Fuera de la Iglesia Católica no hay salvación… (Extra Ecclesiam Nulla Salus: “Creemos de todo corazón y profesamos con nuestros labios una sola Iglesia, no la de los herejes, sino la santa Iglesia Romana, católica y apostólica, fuera de la cual creemos que nadie puede salvarse El Papa Inocencio III en el año 1208).

Y como dice san Ambrosio: La segunda barca es de los gentiles que vienen a la primera barca con Pedro para ayudar…, es así que Cristo extiende su gracia a aquellos que le aceptan, se convierten y se bautizan dentro de la Iglesia de Cristo: Y les dijo: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Mc 16,15-16

Pedro, al mando de su tripulación en la barca, deben pescar, siguiendo el mandato de su divino Maestro: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” Mt 28,1820.

He aquí la pesca milagrosa: convertir a los gentiles, derrocar a los ídolos, plantar la Cruz de Cristo como bandera de salvación… Es la barca de Pedro, que él, como jefe visible de la Santa Iglesia Católica, debe llevar a buen puerto la barca…, con el distintivo de su Maestro: PREDICAR, CONVERTIR Y SALVAR ALMAS PARA DIOS.

Sin Cristo no puede haber pesca
: no hay conversión, no hay salvación…, no hay anuncio del mensaje salvífico: "Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada. Lc 5,5

Es Cristo quien obra el Milagro
, con Él se puede pescar, hay conversión, hay salvación… Pero para que se dé el milagro hay que obedecer al Maestro, seguir sus mandamientos…, convertir y salvar…, escucha bien hermano, escuchar al maestro y no al mundo, no a ideologías raras que nada tiene que ver con el Evangelio, ni a idealismos masónicos que contradicen a Cristo y no buscan la salvación de nadie.

Ni siquiera a maestros con apariencia celeste y divina con falsa doctrina: Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciaren otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Gal 1,6-9.
adeste fideles
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