La Misión de Colocación de Medallas de Protección en Ciudades (bendecidas por un Sacerdote)

OH MADRE Y REINA....MADRE DE LA HUMANIDAD, MADRE Y REINA DEL CIELO Y DE LA TIERRA

Oración escrita por Madre Adela, SCTJM, en la Basílica del Santo Rosario, Pompeya, Italia, el 11 de Febrero de 2016, Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, ante los restos del Beato Bartolo Longo. Esta oración es para la misión de la colocación de las medallas de protección en los límites costeros y en las ciudades
Oh Madre y Reina del cielo y de la tierra, Madre de la humanidad, recurrimos al poder de tu Maternidad para pedirte ante todo por nuestra santidad, fruto de una auténtica comunión con el Corazón de tu Hijo. También recurrimos a ti, confiados en el poder de tu protección maternal: protégenos de todos los males que nos amenazan, espirituales, físicos, morales, relacionales, y también de los males que nos amenazan a través de las fuerzas de la naturaleza. Males que amenazan a toda la humanidad....personas, familias, ciudades, naciones y
continentes.
Reina del cielo y de la tierra, nos confiamos y consagramos bajo tu mirada misericordiosa y bajo tu poderosa protección materna. Somos tuyos y todo lo que somos y tenemos es tuyo. Ponemos todo bajo tu autoridad y tu mediación materna.
Colocamos estas Medallas Milagrosas y pedimos que con este poderoso sacramental dado a nosotros por tu mano materna, que se detengan todos los desastres naturales que amenazan nuestras tierras y sus habitantes, ciudades y naciones enteras. Por el poder que el Señor te ha concedido,
dándote autoridad materna sobre el cielo y la tierra, sobre toda la creación, consagramos cada espacio donde estas medallas milagrosas son colocadas, de manera que toda tormenta espiritual, moral o natural sea disipada ante la poderosa presencia de tu mano materna, manifestada en estas medallas y en esta oración. Que cada tormenta en el océano, cada aumento en el nivel del mar, cada desbordamiento o inundación de agua, vientos con fuerza de huracán, los tornados, erupciones volcánicas y el movimiento de las placas sísmicas y sustratos, sean detenidos y disipados ante la presencia materna de la Reina del cielo y de la tierra. Que ninguna fuerza de la naturaleza amenace la vida humana, hogares o tierras habitadas.
Reina del cielo y de la tierra, ruega por nosotros.
Reina de toda la creación, ruega por nosotros.
Reina del Santo Rosario, ruega por nosotros.
Madre de la humanidad, ruega por nosotros.
Que los Dos Corazones reinen en nuestros corazones, en nuestras familias, ciudades, naciones y en toda la creación.
Instrucciones
Los que estén encargados de enterrar las medallas milagrosas a lo largo de las diferentes costas junto al mar o en las playas de sus respectivos países, deben rezar los Misterios Luminosos del Santo Rosario antes de comenzar la misión.
Deben rezar esta oración antes de enterrar las medallas a lo largo de la costa, junto al mar, las medallas milagrosas que previamente haya sido bendecidas para este fin. (Las medallas milagrosas se colocan después de rezar el Santo
Rosario y terminar esta oración.)
12 medallas deben ser colocadas en cada área, una medalla cada 12 metros. El objetivo principal es que cada área sea
consagrada con las medallas, a pesar de que la medición no sea exacta y pueda ser que no cubra toda la zona. Es un signo que representa la consagración de esta área bajo su protección y mano maternas. La oración y el entierro de 12 medallas en cada área es lo más importante, un símbolo de la Corona de la Virgen y de las 12 estrellas que rodean los Dos Corazones en la parte posterior de la Medalla Milagrosa. (Sería imposible cubrir todas las costas, pero mediante la distribución de las 12 medallas cada 12 metros entre cada una, cubrirá un espacio significativo, representativo de toda la zona.)
Si usted conoce personas que deseen colaborar con esta campaña de cubrir las costas con las Medallas Milagrosas en diferentes países y ciudades, por favor, háganoslo saber, así les podemos dar medallas bendecidas ya para este fin.
Esta misión responde a la intuición que la Santísima Virgen depositó en el corazón de Madre Adela el 22 de agosto de 2015, fiesta del Reinado de María, como un signo para pedir la protección de nuestra Madre Santísima de todos los peligros naturales que amenazan la vida humana , ciudades y naciones.
Fundadora. SCTJM