Blasfemias sin límites en la “primavera eclesial”
La exhibición también contará con un sin número de muñecas Barbie y Ken adaptadas a figuras inspiradas en el budismo, judaísmo, musulmán y otras representativas en creencias populares argentinas.
Es hacer de lo sagrado una profanación. Es dar a la gente el camino de una religión del hombre y sólo al gusto del hombre. Si el artista no es capaz de plasmar la fe en Cristo en lo que hace, se convierte en un falso profeta más en su trabajo, en su vida diaria.
Todo en la vida debe ser la obra divina de la fe. Si se obra humanamente, de manera profana, mundana, terrenal, es que no hay fe en el corazón, sino que la mente está llena de muchas ideas que impiden plasmar la fe en lo que se hace.
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