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El Papa ante aborto: “Nuestra respuesta es un sí decidido y sin vacilaciones a la vida” VATICANO, 20 Sep. 13 / 09:01 am (ACI).- El Papa Francisco reiteró esta mañana su clara postura ante la “cultura …Más
El Papa ante aborto: “Nuestra respuesta es un sí decidido y sin vacilaciones a la vida”

VATICANO, 20 Sep. 13 / 09:01 am (ACI).-

El Papa Francisco reiteró esta mañana su clara postura ante la “cultura del descarte” del aborto, que busca la eliminación de los seres humanos más débiles, y dijo que “nuestra respuesta a esta mentalidad es un ‘sí’ decidido y sin vacilaciones a la vida” que es siempre sagrada e inviolable.
ACI Prensa presenta una traducción del discurso íntegro pronunciado en italiano esta mañana por el Pontífice ante los ginecólogos católicos participantes del encuentro promovido por la Federación Internacional de las Asociaciones de Médicos Católicos. Este discurso cobra mayor importancia luego de que algunos medios seculares manipularan una extensa entrevista hecha al Papa y publicada ayer, intentando presentar al Santo Padre como opuesto a la lucha pro-vida y pro-familia.
Discurso del Papa Francisco:
“Les pido perdón por la tardanza, porque hoy… esta mañana ha sido muy complicada por las audiencias. Les pido disculpas.
1. La primera reflexión que quisiera compartir con ustedes es esta: asistimos hoy a una situación paradójica, que tiene que ver con la profesión médica. De una parte constatamos –y damos gracias a Dios– los progresos de la medicina, gracias al trabajo de científicos que, con pasión y sin descanso, se dedican a la investigación de nuevas curas. Sin embargo y de otra parte, vemos también el peligro de que el médico olvide su propia identidad de servidor de la vida. La desorientación cultural ha atacado también algo que parecía un ámbito inatacable, ¡el vuestro, la medicina! Por su naturaleza al servicio de la vida, las profesiones sanitarias son inducidas a veces a no respetar la vida misma.
En vez de ello, como nos recuerda la Encíclica Caritas in veritate ‘la apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo. Cuando una sociedad se encamina hacia la negación y la supresión de la vida, acaba por no encontrar la motivación y la energía necesaria para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre. Si se pierde la sensibilidad personal y social para acoger una nueva vida, también se marchitan otras formas de acogida provechosas para la vida social. La acogida de la vida forja las energías morales y capacita para la ayuda recíproca’ (n. 28).
La situación paradójica se ve en el hecho de que, mientras se atribuyen a la persona nuevos derechos, a veces presuntos derechos, no siempre se tutela la vida como valor primario y derecho primordial de cada hombre. El fin último del actuar médico es siempre la defensa y la promoción de la vida.
2. El segundo punto: en este contexto contradictorio, la Iglesia hace un llamado a las consciencias, a las consciencias de todos los profesionales y voluntarios de la sanidad, de manera particular de ustedes los ginecólogos, llamados a colaborar en el nacimiento de nuevas vidas humanas. La vuestra es una singular vocación y misión, que necesita de estudio, de consciencia y de humanidad. En un tiempo, las mujeres que ayudaban al parto eran llamadas ‘comadres’: como una madre con la otra, con la verdadera madre. Ustedes también son ‘comadres’ y ‘compadres’, también ustedes.
Una difundida mentalidad de lo útil, de la ‘cultura del descarte’, que hoy esclaviza los corazones y las inteligencias de tantos, tiene un altísimo costo: exige eliminar seres humanos, sobre todo si física o socialmente son más débiles. Nuestra respuesta a esta mentalidad es un ‘sí’ decidido y sin vacilaciones a la vida. ‘El primer derecho de una persona humana es su vida. Ella tiene otros bienes y algunos de ellos son más preciosos; pero aquél es el fundamental, condición para todos los demás’ (Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración sobre el aborto provocado, 18 de noviembre de 1974, 11).