Beatos Jacinta y Francisco. Beatos Jacinta y Francisco www.knights4christ.orgMás
Beatos Jacinta y Francisco.

Beatos Jacinta y Francisco
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Para celebrar la fiesta de los Beatos Jacinta y Francisco reflexionemos en las alguns de las palabras del Padre Marcel Nault que dijo en la Conferencia Mundial de Paz de Obispos Católicos, en Fátima, Portugal, en el año 1992: «(...)Enseñar la realidad del Infierno es la tarea más importante e ineludible de la Santa Iglesia Católica. Uno de los grandes Padres de la Iglesia, San Juan Crisóstomo, …Más
Para celebrar la fiesta de los Beatos Jacinta y Francisco reflexionemos en las alguns de las palabras del Padre Marcel Nault que dijo en la Conferencia Mundial de Paz de Obispos Católicos, en Fátima, Portugal, en el año 1992: «(...)Enseñar la realidad del Infierno es la tarea más importante e ineludible de la Santa Iglesia Católica. Uno de los grandes Padres de la Iglesia, San Juan Crisóstomo, continuamente enseñaba que Nuestro Señor Jesucristo predicaba con más frecuencia sobre el Infierno que sobre el Cielo... (...)
¿Por qué piensan que San Agustín cambió su vida? ¡Por temor al Infierno! Yo predico con frecuencia sobre la trágica realidad del Infierno. Es un dogma católico que sacerdotes y obispos ya no predican más. El Papa Pío IX, que pronunció los dogmas de la Infalibilidad del Papa y el de la Inmaculada Concepción de María, y que también emitió su famoso Sílabo condenatorio contra los errores y herejías del mundo moderno, solía pedir a los predicadores que enseñaran a los fieles con mayor frecuencia sobre las Cuatro Postrimerías, en especial sobre el Infierno, así como él mismo daba ejemplo predicando. El Papa pidió esto porque la meditación sobre el Infierno genera santos.
(...) María vino a Fátima como profeta del Altísimo para salvar a las almas del Infierno. El patrono de todos los pastores, San Juan María Vianney, solía predicar que el mayor acto de caridad hacia el prójimo era salvar su alma del Infierno. Y el segundo acto de caridad es el aliviar y librar a las almas de los sufrimientos del Purgatorio. (...)
Hay muchas revelaciones que podemos leer en la biografía de las almas privilegiadas. Algunas almas que están en el Infierno han sido obligadas por Dios a hablarnos para ayudarnos a crecer en nuestra fe. Constituye un pecado mortal de omisión el rehusarse a predicar el Dogma Católico sobre el Infierno. Tales almas condenadas han dicho:"Podríamos soportar estar en el Infierno por mil años. Podríamos soportar estar en el Infierno un millón de años, si supiéramos que un día dejaríamos el Infierno". Amigos míos, debemos meditar, no sólo en el fuego del Infierno, no sólo en la privación de contemplación de Dios, sino también en la eternidad del Infierno. Meditar seriamente frente al Sagrario sobre el Dogma Católico sobre el Infierno. Queridos Obispos, ustedes deben predicar por completo el Evangelio de Jesús, incluyendo la trágica realidad del Infierno eterno.(...)»
La Beata Jacinta de Jesús Marto
exclamó:“¡Qué pena tengo de los pecadores! !Si yo pudiera mostrarles el infierno!”
La Beata Jacinta Marto, dijo en 1920: “Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne”. Es decir todos los pecados en contra del sexto y noveno mandamiento.
Estos dos mandamientos prohíben el adulterio y todo lo que es contrario a la virtud de la castidad.
El sexto mandamiento nos ordena ser castos y modestos en las acciones, en las miradas, en nuestra conducta y en las palabras.
El noveno mandamiento nos ordena que seamos castos y puros aun en lo interior, es decir en la mente y en el corazón.
El sexto mandamiento nos prohíbe toda acción, toda mirada, toda conversación contraria a la castidad, y si se esta casado prohibe la infidelidad en el matrimonio.
¿Qué prohibe el sexto Mandamiento?
Prohibe toda impureza y toda relación sexual fuera del Sacramento del Matrimonio sin excepción.
¿Qué prohibe el noveno Mandamiento?
Nos prohibe todo consentimiento intencionado en pensamientos y deseos impuros; además, todo placer desordenado y voluntario.
En Resumen:
El Sexto mandamiento: Trata de todos los asuntos relacionados con la totalidad de la sexualidad humana. Prohíbe en acción lo que el noveno prohíbe en pensamiento o deseo.