¿Qué hay detrás de lo Oculto?

Created on Wednesday, 28 January 2015 17:17

Written by Roberto O´Farrill

En este capítulo, Ana Catalina describe una revelación en la que vio a una mujer rogando a los discípulos de Jesús que lo llevaran a su casa donde estaba su hijo a punto de morir. Luego refiere el milagro y lo que sucedió después: “Jesús tomó al niño del lecho en sus brazos y acercó el pecho del niño a su pecho y su rostro al del niño, y sopló sobre él. Entonces el niño abrió los ojos; se incorporó luego, y Jesús puso al niño delante de sí, y dijo a los discípulos que pusieran sus manos sobre la cabeza del niño y lo bendijeran. Así lo hicieron. El niño se sintió completamente sano y Jesús lo llevó a sus ansiosos padres, que lo abrazaron, y se echaron a los pies de Jesús. La mujer exclamó: -Grande es el Dios de Israel. Es sobre todos los dioses. Mi marido ya me lo había dicho, y yo no quiero servir sino a ese Dios sólo. Se habían reunido entre tanto muchas personas, que le trajeron a sus niños… Se quejaban las madres que tenían tantas desgracias con sus criaturas y que su sacerdotisa no podía ayudarles en todos los casos. Mandó Jesús que llamasen a esa sacerdotisa. Vino ésta de mala gana, y no quería entrar. Estaba cubierta con su velo. Jesús la mandó acercarse. Ella no quería mirarlo de frente, y apartaba el rostro. Su comportamiento era como el de los endemoniados, que eran obligados por una fuerza interior a apartar su mirada de la de Jesús; con todo, se sentía obligada por el mandato de Jesús a acercarse. Jesús dijo entonces a los paganos reunidos allí, hombre y mujeres: -Yo les quiero mostrar qué ciencia y poder veneran en esta mujer y en su arte. Mandó a los espíritus que saliesen de ella. Salió entonces, a vista de todos, como un vapor negro de ella en forma de toda clase de animales asquerosos, serpientes, sapos, ratas y dragones. Era una vista espantosa, y Jesús dijo: -Miren qué doctrina siguen ustedes. La mujer cayó de rodillas y comenzó a llorar y a gemir. Luego se tornó tranquila y obsecuente, y Jesús le mandó que dijese ante todos cómo procedía para sanar a los niños. Ella, entre lágrimas, aun contra su voluntad, dijo que primero, por medio de artes de magia demoníaca, los hacia enfermar, y luego, al parecer, los volvía a sanar para honra de su ídolo y de sus dioses”.

En esta visión, la beata Ana Catalina Emmerick describe que también vio cómo Jesús desenmascaró el engaño del mal al evidenciar que ese ídolo, ...

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