Adelita
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Observen bien los signos de los tiempos

También éstas hacen eco a las palabras de advertencia del Señor: “Estad siempre vigilantes y orad para que podáis escapar de todo lo que está por suceder” (Lc 21:36). El signo más importante de los tiempos, necesario es repetirlo, es la pérdida de la fe en la misma Iglesia, es la apostasía y la impostura de la verdad.

El Padre Joaquim Alonso, archivista oficial de Fátima, que había frecuentado varias veces a Sor Lucía, explicaba que en el tercer secreto se habla de un “estado crítico de la fe... una crisis de la fe”. Y agregaba: “en el período previo al triunfo del Corazón Inmaculado de María ocurrirán cosas terribles que son el objeto del tercer secreto. ¿Cuáles? Si “en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe”… se puede deducir que en otras partes de la Iglesia estos dogmas o se oscurecerán o aún se perderán… Por tanto es probable que el texto se refiera concretamente a la crisis de la fe de la Iglesia y a la negligencia de los mismos Pastores”. Luego, el mismo Padre Alonso dirá que en el tercer secreto se hablaría de luchas intestinas en el seno de la Iglesia y también de graves negligencias pastorales de la alta jerarquía, de “deficiencias de la alta jerarquía de la Iglesia”. En el célebre libro entrevista de Vittorio Messori al entonces Cardenal Joseph Ratzinger, “Informe sobre la fe”, el entrevistado decía que el tercer secreto tenía que ver principalmente sobre la fe, sobre la pérdida de la fe en la Iglesia. Esa es la mayor catástrofe, cuando en el seno de la propia Iglesia se reniega de Cristo, de sus enseñanzas y se tuercen sus palabras. Ya siendo Papa, Benedicto XVI en su visita de 2010 al santuario mariano portugués, decía “Se engañaría quien pensare que la misión profética de Fátima haya concluido”. O sea que la profecía está abierta al futuro, precisamente a nuestros días.

Las apariciones de Akita, fueron aprobadas primero localmente por el obispo del lugar, Mons. Ito, y luego en Roma por el Prefecto de la Congregación de la Fe, el entonces Cardenal Ratzinger. En aquella ocasión dijo el Cardenal que el mensaje de Akita es el mismo mensaje de Fátima. Incluso formalmente hubo coincidencias como las fechas de la última aparición de Fátima y la de Akita, ambas el 13 de octubre (1917 y 1973 respectivamente). En Akita el ángel custodio le enseña a la Hermana Inés Sasagawa la misma jaculatoria enseñada en Fátima y que debe decirse al final de cada decena del Rosario. En el mensaje del 13 de octubre de 1973, después de advertir seriamente que si los hombres no se convierten Dios infligirá un terrible castigo a la humanidad, dice la Santísima Virgen: “La obra del demonio se infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros… iglesias y altares serán saqueados. La Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor. El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza[2]. Si los pecados aumentan en número y gravedad no habrá ya perdón para ellos”.

La pérdida de la fe, la negación de Jesucristo como Salvador, único Salvador, corre paralelamente al aumento del pecado en el mundo en número y gravedad.

P. Justo Antonio Lofeudo

Rosas para la Gospa | 16 junio, 2016 |