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REZANDO JUNTOS. Mateo 18, 1-5. 10. 12-14. 8 de agosto. Ciclo C. Oraciòn del dìa. martes 9 de agosto. 19ª TO. San Mateo 18. 1-5 y 10. 12-14. Ciclo C. Padre mío, pongo mi vida en tus manos y me abandono …Más
REZANDO JUNTOS. Mateo 18, 1-5. 10. 12-14. 8 de agosto. Ciclo C.

Oraciòn del dìa. martes 9 de agosto. 19ª TO. San Mateo 18. 1-5 y 10. 12-14. Ciclo C.

Padre mío, pongo mi vida en tus manos y me abandono a Ti con una confianza total. Haz de mí lo que quieras. Lo que hagas de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Con tal que tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío. Pongo mi vida en tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque para mí amarte es darme, entregarme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre. (Charles de Foucauld)

Me enseñas el camino de la vida y tu palabra guía mis pasos. Vamos a reflexionar en el Evangelio san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14.

Hoy Señor, son tus discípulos los que se acercan a tì, con una pregunta "¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?". Sin reparo llamas a un niño y lo pones en medio de ellos, y les dices, que si no cambian y no se hacen como los niños, no entraràn en el Reino de los cielos y quien se haga como niño es el màs grande en el reino de los cielos y màs aùn quien recibe a un niños te recibe a tì. Què claro y sencillo es tu mensaje, tenemos que ser como los niños. Unos de los males de nuestro mundo, es la malicia, la complicación, la desconfianza, la deshonestidad, la dureza y la impureza. Todo esto es contrario al espíritu de los niños y nos enseñas que tenemos que cambiar, que ese espíritu de grandes que muchas veces nos lleva a estropear todo, lo tenemos que dejar atrás, solo asì seremos grandes en el reino de los cielos.

Señor no permitas que los años vayan enterrando ese niño que todos llevamos dentro, que no se nos quite esa parte de bondad, inocencia, brillo en los ojos, donde no hay malicia ni deseo de perjudicar a nadie. Que el espíritu de los niños siga invadiendo nuestros hogares y las calles. Tantos países envejecidos, sin niños, hacen que sean lugares tristes y alegría.

Señor, Còmo no cuidar a los niños, còmo no cuidar su inocencia, Señor actùa en el corazón de todas aquellas personas, que les quieren robar desde temprana edad su candidez, su pureza y su pudor. No dejes de enviar tus àngeles a cuidarlos y librarlos de todo mal. Aleja de ellos la maldad de los grandes y que jamàs sean despreciados.

Tu amor y misericordia sale al paso de los hombres. y nos aseguras, que eres el Buen Pastor, que si uno se pierde, entre cien, dejas las noventa y nueve, y sales en busca de la oveja perdida, cùantas veces has salido en mi búsqueda y me has encontrado. Què alegría para tì y para mì que he sido esa ovejita perdida, Señor no dejes de salir a mi encuentro, te necesito, pues tiendo a escaparme, Señor no me dejes nunca solo y sale siempre a buscarme. Què alegría para Ti, Mi Padre Dios, cuando uno de nosotros regresa con tu hijo Jesùs al redil.

Mi propósito hoy, es cuidar y mantener parte de ese niño, que necesito tener para llegar al Reino de los cielos, mantendrè la inocencia, pureza y alegría, siempre buscarè hacer el bien y disfrutarè de las cosas sencillas. Vivirè con sencillez mi dià.

Mis queridos niños, Jesùs les ama y nos enseña a todos que tenemos que ser como ustedes, sencillos, alegres, inocentes, que su corazoncito siempre tenga buenos sentimientos y deseos, busquen siempre hacer el bien, y sepan que Jesùs les abraza, bendice y les admira mucho.
P. Dennis Doren, LC

Rezando juntos
Por: P. Dennis Doren, LC
Elaboración: Sebastian Arrivillaga