LOS BEBES ABORTADOS PIERDEN EL CIELO PARA SIEMPRE Millones de bebes son abortados cada año en el mundo. Millones son asesinados tras nacer, para extraerles células vivas que necesitan para esas “vacunas …Más
LOS BEBES ABORTADOS PIERDEN EL CIELO PARA SIEMPRE
Millones de bebes son abortados cada año en el mundo. Millones son asesinados tras nacer, para extraerles células vivas que necesitan para esas “vacunas” que luego inyectan a los que todavía creen en la mentira del covid.
Estas almas no tienen juicio particular porque no tenían uso de razón. Al no tener el bautismo deberían ser llevados al infierno pero Dios por su misericordia les priva de sufrir eternamente en este lugar y son enviados para siempre al limbo. En este lugar no hay fuego ni demonios pero se padece el mayor sufrimiento que las almas sufren en el infierno: “el saber que has perdido a Dios para siempre”. Estas pobres almas sufren mucho y su sufrimiento es eterno.
Hacer perder a Dios un alma es un pecado gravísimo. Aquellas mujeres que abortan y esos médicos y enfermeras que colaboran en tales asesinatos serán severamente castigados en la otra vida con enormes tormentos y torturas por cometer semejantes crímenes. Dios paga a cada alma según sus obras y a estos sicarios sanitarios y a esas mujeres egoístas les castigará con grandes torturas y grandísimo sufrimiento.
Me dirijo a estas mujeres y a esos asesinos de bata blanca para decirles que todavía están a tiempo para salvarse. Hagan mucha penitencia y tal vez lograrán el perdón de Dios.
Millones de bebes son abortados cada año en el mundo. Millones son asesinados tras nacer, para extraerles células vivas que necesitan para esas “vacunas” que luego inyectan a los que todavía creen en la mentira del covid.
Estas almas no tienen juicio particular porque no tenían uso de razón. Al no tener el bautismo deberían ser llevados al infierno pero Dios por su misericordia les priva de sufrir eternamente en este lugar y son enviados para siempre al limbo. En este lugar no hay fuego ni demonios pero se padece el mayor sufrimiento que las almas sufren en el infierno: “el saber que has perdido a Dios para siempre”. Estas pobres almas sufren mucho y su sufrimiento es eterno.
Hacer perder a Dios un alma es un pecado gravísimo. Aquellas mujeres que abortan y esos médicos y enfermeras que colaboran en tales asesinatos serán severamente castigados en la otra vida con enormes tormentos y torturas por cometer semejantes crímenes. Dios paga a cada alma según sus obras y a estos sicarios sanitarios y a esas mujeres egoístas les castigará con grandes torturas y grandísimo sufrimiento.
Me dirijo a estas mujeres y a esos asesinos de bata blanca para decirles que todavía están a tiempo para salvarse. Hagan mucha penitencia y tal vez lograrán el perdón de Dios.