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Giovanni Gabrieli, "Deus, Deus meus, ad te de luce vigilo", a 10 voces.

Giovanni Gabrieli, "Deus, Deus meus, ad te de luce vigilo", a 10 voces
Giovanni Gabrieli (1554-1612), maestro italiano nacido probablemente en Venecia. Era uno de los cinco hijos de Piero di Fais 'llamado Gabrieli'. Fue el representante más importante de la escuela veneciana de música. Sucedió a su tío Andrea como organista de la Basílica de San Marcos, tras la muerte de este en 1586 y Giovanni mantuvo el puesto hasta su muerte en 1612. Continuó con la tradición de los llamados "cori spezzati" que eran conjuntos vocales dispuestos espacialmente en distintos lugares de la basílica y que, gracias a la especial construcción de esta, permitía que la música sonase de forma especial. En estas obras, las voces solían estar acompañadas de instrumentos como sacabuches o cornetos.
De Gabrieli te propongo escuchar hoy Deus, Deus meus, ad te de luce vigilo, a 10 voces. Fue incluido en su "Symphoniae Sacrae liber secundus" de 1615. Aunque todas las voces tiene su texto da la impresión de que la idea original del maestro era que el motete fuese interpretado a dos voces con acompañamiento de instrumento, algo habitual. A pesar de todo, no se proporciona la instrumentación original. Curiosamente, el coro I es el coro de voces inferiores mientras que el coro II es el de las superiores. La escritura es en gran parte homofónica, dando muy poco espacio a la imitación y a otras técnicas contrapuntísticas. A pesar de todo, la obra es una maravilla para los oídos.
La partitura de la pieza puedes conseguirla aquí.
La interpretación es la de los Gregg Smith Singers.

SALMO 62, 2-9
El alma sedienta de Dios

.

2Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
3¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
4Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
5Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
6Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
7En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
8porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
9mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
[10Pero los que buscan mi perdición
bajarán a lo profundo de la tierra;
11serán entregados a la espada,
y echados como pasto a las raposas.
12Y el rey se alegrará con Dios,
se felicitarán los que juran por su nombre,
cuando tapen la boca a los traidores.]