Irapuato
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el 10 de febrero SANTORAL

-Santa Escolástica, virgen, hermana de San Benito, patriarca de los monjes de Occidente, s. IV. Hermana de San Benito, se consagró a Dios desde su más tierna edad. Mientras su hermano residió en Monte Casino, ella se hallaba en Plombariola, fundando y gobernando un monasterio. Tenía la costumbre de visitar a San Benito una vez al año y como no estaba permitido que entrar al monasterio, él salía a su encuentro para llevarla a una casa de confianza, donde los hermanos pasaban la velada orando, cantando himnos de alabanza a Dios y discutiendo asuntos espirituales. Sobre la última visita, San Gregorio hace una notable descripción, en la cual, la santa presintiendo que no volvería ver más a su hermano, le rogó que no partiera esa noche sino al día siguiente, pero San Benito se sintió incapaz de romper las reglas de su monasterio. Entonces, Santa Escolástica apeló a Dios con una ferviente oración para que interviniera en su ayuda, y acto seguido, estalló una fuerte tormenta que impidió que su hermano regresara al monasterio. Los dos santos pasaron la noche hablando de las cosas santas y de asuntos espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo al cielo en forma de paloma.

-San Arnoldo de Catania, abad del monasterio de Santa Justina, Italia, 1255. Germánico: "tiene el poder del águila, águila gobernante". En catalán: Arnau. Ver también Arnoldo como variante de Arnaldo. Como santo por llevar este nombre tienes a Arnaldo Janssen, fundador en 1875 de la Congregación Misionera del Verbo Divino. Nació en Goch (Alemania) en 1837 y fue ordenado de sacerdote en 1861. En 1879 envió a China los primeros misioneros. Fundó también otras dos comunidades: las misioneras del Espiritu Santo (1889) y las Misioneras de la Adoración Perpetua (1896), la primera de vida activa y la segunda de contemplativa. Falleció el 15 de enero de 1909, cuando su obra contaba ya con 1585 misioneros en el mundo. Onom: 15 enero. Como beatos hay: Arnaldo de Catania (10 febrero): nació en 1185 en una familia noble de Catani, cerca de Pádova (Italia). Fue distingido por su misericordia y amor a los pobres. A los 24 años ya era el abad del monasterio de Santa Justina. Falleció en 1255 en la cárcel víctima de la tiranía de un señor feudal llamado Azzelino. En el monasterio de Santa Justina celebran la fiesta el 14 de marzo, de allí que muchos Arnaldos celebren la onomástica por esta fecha.

-Santa Austreberta, virgen y abadesa de Pavilly, en la región de Rouen, Francia, 704. Santa Austreberta o Eustreberta fue hija de uno de los principales cortesanos del rey Dagoberto, el conde Palatino Badefrido y de Santa Framechidis. Nació cerca de Thérouanne, en Artois, y fue una niña seria y piadosa, con la mente fija en iglesias y convenios. Un día, mientras contemplaba su imagen reflejada en el agua, vio un velo sobre su cabeza; aquella extraña experiencia le produjo una impresión permanente. Muy pronto se ganó lodos los corazones con su piedad y humildad. Ella misma estaba feliz en aquella comunidad tan devota y observante. Se cuenta que un día cuando Austreberta horneaba el pan para la casa, ocurrió un suceso extraordinario. En el horno caliente ya se habían extinguido las llamas. Los panes estaban listos y sólo faltaba sacar las brasas. La santa se resistió a separarse de sus amadas hijas para ir a enfrentarse con muchas dificultades en otro monasterio, pero ante la insistencia de San Filiberto acabó por aceptar. En su nueva casa encontró una completa falta de disciplina y se impuso la tarea de urgir a sus monjas el estríelo cumplimiento de las reglas; pero las religiosas no se conformaron con aquella severidad y acudieron a protestar ante Amalberto, y acusaron a la santa de varias ofensas graves. El fundador dio crédito a las calumnias y después de injuriar a la superiora, llegó al grado de amenazarla con su espada, pero Austreberta no se inmutó y ciñéndose el velo alrededor del cuello, inclinó la cabeza esperando el golpe mortal.

-Santos Caralampio, Porfirio y Bato, mártires, 202. En un resumen de los martirologios griegos se dice que, bajo el reinado de Séptimo Severo, el prefecto Luciano, que gobernaba en Magnesia, mandó detener a un sacerdote llamado Caralampio, porque éste despreciaba los edictos imperiales que prohibían predicar el Evangelio. Con el propósito de vencer la constancia del sacerdote, Luciano mandó que le torturaran y él mismo se unió a los verdugos para desgarrar las carnes del confesor con garfios de hierro. Se dice que en aquel momento, por justo juicio de Dios, las manos del pefecto Luciano quedaron paralizadas y adheridas al cuerpo del mártir, sin que su dueño pudiese retirarlas. Pero Caralampio elevó a Dios una plegaria, pidiendo el perdón para el inhumano verdugo y las manos de Luciano recuperaron el movimiento. Ante un prodigio tan evidente, los dos lictores, Porfirio y Bato, que también desempeñaban el oficio de verdugos, abjuraron del culto de los ídolos y se declararon cristianos; tres mujeres que presenciaban el suplicio, siguieron su ejemplo. Pero el prefecto persistió en su incredulidad y mandó que todos fuesen decapitados al instante.

-Santa Clara de Rímini, Italia, 1346. Perteneció a la orden de las Clarisas Pobres. Nació en Rimini en 1282, y murió allí el 10 de febrero de 1346. No tuvo desde temprana edad, del apoyo y guía de sus padres, luego tampoco de su piadoso esposo. Con ello, Clara cayó como presa de los peligros a que la exponía su juventud y belleza, y llevó una vida pecaminosa. Un día que se encontraba asistiendo a misa en la iglesia de los Frailes Menores, le pareció escuchar una misteriosa voz que le indicaba rezar un Padrenuestro y un Ave María al menos una vez, con fervor y atención. Clara obedeció la orden, sin saber de donde venía, y con ello principió a reflexionar sobre su vida. Colocándose el hábito de la Tercera Orden de San Francisco, resolvió expiar sus pecados con una vida de penitencia, y pronto llegó a ser un modelo de virtud, pero muy especialmente por su caridad hacia los desposeídos y afligidos. Cuando las Clarisas Pobres fueron compelidas a abandonar Regno, dadas las guerras prevalecientes, fue a través de Clara que fueron capaces de lograr sustento, los medios y un convento para mantenerse en Rimini. Más tarde, Clara ingresó a la orden de las Clarisas Pobres, conjuntamente con varias otras piadosas mujeres, y llegó a ser superiora del convento de Nuestra Señora de los Ángeles en Rimini. Su trabajo estuvo relacionado con numerosos milagros y hacia el final de su vida, fue favorecida con el don de la contemplación. Su cuerpo ahora reposa en la catedral de Rimini. En 1782 el culto de la Bendita Clara fue aprobado por Pío VI, quien permitió que su festividad se celebrara en la ciudad y Diócesis de Rimini el 10 de febrero.

-Santa Sotera, virgen y mártir romana, cuyo martirio celebra San Ambrosio en sus escritos sobre las Vírgenes, 304. San Ambrosio reconoce orgullosamente a esta santa como la honra mayor de su familia. Solera descendía de una larga línea de cónsules y prefectos, pero su gloria principal radica en el desprecio que, por amor a Cristo, sintió por su noble cuna, sus riquezas, su gran belleza y todo lo que el mundo considera tan valioso. Desde muy joven consagró su virginidad a Dios y para evitar los peligros a que estaba expuesta, se negó resueltamente a portar cualquier ropaje o adorno que hiciera resallar su belleza. Su virtud la preparó para confesar la firmeza de su fe, cuando se inició la persecución de Diocleciano y Maximiano contra los cristianos y ella fue obligada a comparecer ante los magistrados. Por orden del juez la abofetearon y Solera dio gracias al cielo por verse maltratada en la misma forma que su Salvador. Aunque el juez mandó que la torturaran cruelmente, no consiguió que la santa exhalara un gemido o derramara una lágrima. Al fin, vencido por su constancia, ordenó que fuera decapitada. Debemos admitir que no sabemos claramente si lodo esto sucedió a un mismo tiempo o en varias etapas. Puede ser que Santa Solera haya sido aprehendida y torturada cuando era una jovencita durante la persecución de Decio y que cincuenta años después, bajo Diocleciano, alcanzara la corona del martirio, al morir decapitada por su fe.

-Beato Alois Stepinac, mártir, Croacia, 1960. Arzobispo de Zagreb, Croacia, gran defensor de la fe cristiana y de la dignidad humana, por lo que fue perseguido por el régimen marxista que gobernaba Yugoslavia, de la que Croacia formaba parte. Acusado falsamente de varios delitos y sometido a torturas estuvo encarcelado durante 16 años. Aunque no murió por ello, se lo considera mártir por los tormentos que sufrió en la cárcel. Murió en Krasic, cerca de Zagreb, el año 1960. (Krasic, 1898- id., 1960) Prelado yugoslavo. Siendo arzobispo de Zagreb, protestó contra las medidas adoptadas por Tito y rehusó la institución de una Iglesia independiente. Condenado en 1945 a dieciséis años de prisión, fue liberado bajo fianza en 1951. Su nombramiento de cardenal en 1953 provocó la ruptura de relaciones entre Yugoslavia y el Vaticano. Nació en Krasic, en el noroeste de Croacia, el 8 de mayo de 1898. En 1958, los sufrimientos del cardenal se hacen casi intolerables, pero lo más penoso para él es carecer de fuerzas para poder celebrar la Misa. El 10 de febrero de 1960, expira en Krasic, pronunciando estas palabras: Fiat voluntas tua" (¡Hágase tu voluntad!). Hoy en día su cuerpo permanece incorrupto con un baño de cera.

-Beata Eusebia Palomino Yenes, religiosa, España, 1933. Eusebia Palomino Yenes vio la luz en el crepúsculo del siglo XIX - el 15 de diciembre de 1899 - en Cantalpino, pequeño pueblo de la provincia de Salamanca (España) en una familia tan rica de fe como escasa de medios económicos. Agustín, el padre, que todos recuerdan por su aspecto humilde, hombre de gran bondad y dulzura, trabaja como bracero temporal al servicio de los propietarios terratenientes de los alrededores y su madre Juana Yenes atiende la casa con los cuatro hijos. El primer encuentro con Jesús Eucaristía a la edad de ocho años da a la niña una sorprendente percepción del significado de pertenecer y de ofrecerse totalmente al Señor como don. El 5 de Agosto empieza el Noviciado en preparación a la profesión. Después de dos años - 1924 - se consagra totalmente al Señor con los votos religiosos que la vinculan mucho más a él. En el corazón de la noche entre el 9 y el 10 de febrero de 1935 Sor Eusebia parece dormir serenamente. Durante todo el día los restos mortales adornados con muchísimas flores, son visitados por toda la población de Valverde. Todos repiten la misma expresión: "Ha muerto una santa".

-Beato José Luis Sánchez del Río, mártir, México, 1928. Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Al decretarse la suspensión del culto público, José tenía 13 años y 5 meses. Su hermano Miguel decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, viendo el valor de su hermano, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado; su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: "Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión". Su alegría endulzaba los momentos tristes de los cristeros y todos admiraban su gallardía y su valor. Por la noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe. El 5 de febrero de 1928, tuvo lugar un combate, cerca de Cotija. Mientras salían de su boca estas exclamaciones, el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba, bañado en sangre, y su alma volaba al cielo. El 10 de febrero de 1928, como a las 6 de la tarde, lo sacaron del templo y lo llevaron al cuartel de Refugio. En medio del tormento, el capitán jefe de la escolta le preguntó, no por compasión, sino por crueldad, qué les mandaba decir a sus padres, a lo que respondió José: "Que nos veremos en el cielo.

-San Guillermo el Grande, ermitaño de Maleval, Italia, 1157.

-San Leonardo de Foliño, discípulo de San Francisco de Asís, 1290.

-San Lorenzo, monje basilio, taumaturgo y apóstol de Sicilia, s. VIII.

-San Protadio de Besancon, obispo.

-San Silvano, obispo de la Campania, en Italia.

-San Troyano, obispo, m. 500.

-San Trumwin o Tumna, obispo de los Pictos orientales, Inglaterra, siglo VII.

-Santos Zótico, Ireneo, Jacinto y Amancio, mártires de Roma, 304.

-Beato Guillermo de Brabante, fundador del monasterio de Nuestra Señora de la Oliva, en Hainaut, Bélgica, 1240.

-Beato Hugo, de Cambrai o de Fosses, en Francia, 116.

-Beato Guillermo Zucchio, en Alejandría del Piamonte, Italia, 1377. Se distinguió por su caridad inagotable con los pobres vergonzantes.

-Beatos Caterine du Verdier, Maie-Anne Hacher du Bois, Pedro Fremond y cincuenta compañeros, mártires de la Revolución Francesa, 1794.
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