Creo completamente en algunas apariciones, en mi vida Lourdes y Fátima representan muchísimo, otras anteriores y posteriores, también.
Sin embargo creo necesaria la precaución, pués el riesgo es grande, más de lo que parece.
La línea entre lo "real", la intervención de una "potencia espiritual" de otra dimensión en la dimensión física, la "nuestra", de partículas atómicas. Frente a la creación por nuestro propio cerebro de "realidades paralelas", alucinaciones, no resulta tan fácil de discernir, el sentido común no basta, se impone profundo análisis: coherencia y aún así resulta difícilisimo por no decir imposible al estar sujeto a interpretación subjetiva.
Cierta la frase: El creyente sin explicaciones cree, el incrédulo ni un millón de explicaciones le convencen.
Un milagro, cuanto más grande, espectacular y masivo mejor; rompe esa cuestión y aún así tampoco, pués los humanos tendemos a olvidar, a integrar como normal lo que no lo es.
En Lourdes el rosal no floreció, el manantial ya corría bajo tierra, la niña del sendero siguió medio ciega.Los médicos hablan del efecto placebo..
En Fátima, el sol bailó frente a decenas de miles de personas, con fotos, periodistas, médicos y científicos como testigos, aún así hoy se habla (algunos) de sugestión colectiva, deslumbramiento óptico por mirar al sol, imposibilidad astronómica de que el sol hiciera realmente tal cosa..
En Garabandal se produjeron muchísimos hechos más que extraños, filmados grabados y fotografiados, levitaciones incluidas y hostias visibles!. Pero aún no se ha producido el gran milagro de los pinos..
En Medjugorje grandes hechos, junto a contradicciones que te ponen en guardia.
Donde veo el riesgo?
Si Lourdes por ejemplo ha reforzado y dado a la fé a muchísimos millones, un fraude puede arrancar de la fé a otros millones. Por eso la necesidad de prudencia.