LO QUE ESTÁ POR VENIR - Último Pontífice Romano Ap. 17, 9 y 18

Se ha hecho frecuente que con el tema del final de los tiempos se tiendan a simplificar los eventos que conforman este breve, convulsivo y atípico periodo de la Historia, donde las fuerzas del bien y del mal chocarán con todo su poder.
Hay quienes lo reducen, apoyados mayormente en las revelaciones privadas, al Gran Aviso de Dios, a la mal llamada Tercera Guerra Mundial, a los días de tinieblas, al Anticristo y a la marca de la Bestia, y todo esto es una pobre visión de lo que es el contexto global de los años que están por venir, donde no sólo habrá señales causadas por el hombre, sino también por el mismo demonio, pero de igual modo otros sucesos que tienen su origen en el mundo sobrenatural, que no sólo se reduce a Dios sino que es mucho más amplio.
Vamos a continuación a dar un vistazo, fundados en las Sagradas Escrituras, de todo aquello que conforma el final de los tiempos en el que está incluido desde luego el Día de la Ira de Yahveh, que no es sino la primera parte de la manifestación de la Parusía en su fase de Juicio y que antecede a la fase del Reino, pero que ya forma parte del Triunfo del Señor; pues antes de que Él reine sobre todos y sobre todo primero ha de juzgar a vivos y muertos conforme dice el Credo, pues Él no sólo es Rey, sino que además de Legislador también es principalmente Juez. Pues a diferencia de la división de poderes en las democracias, que ni en su esencia ni en su origen vienen de Dios, en el Cielo rige la Teocracia, pues Uno solo es el Juez, el Rey y el Legislador, y este es Cristo Nuestro Señor.
Veamos entonces lo que conforma este final de los tiempos, en el entendido que el propósito de las profecías es precisamente revelar por anticipado lo que va a ocurrir para que nosotros no vayamos a perder la fe en los momentos de mayor obscuridad y tribulación. Pues se sabe que la flecha duele menos cuando se ve venir. Además conforta al espíritu saber que a pesar de las vicisitudes y pruebas por venir al final se tiene certeza del triunfo de Cristo sobre todos y sobre todo.
Existen multitud de textos de la Escritura pero sólo indicaremos algunas referencias bíblicas:
Rumores de Guerra y Terrorismo Ez. 39; Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Hambrunas Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Pestes y Enfermedades Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Catástrofes Naturales Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Caos Social, Económico y Financiero Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Carestía Económica Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Corrupción Política Sal 2; Ap. 17, 8 y siguientes
Guerras entre Naciones Ez. 38 y 39
Persecución Mt. 24; Lc. 21; Mc. 13; Ap. 6
Signar de los Elegidos Ap. 7
Medición del Templo y Reducción de la Iglesia Ap. 11
Gran Ramera (Falsa Iglesia) Ap. 17, 1-6
Cisma – Dos Papas Zc.11, 16; Mt. 26, 31; I Jn. 2, 19; Jn. 10, 12-13
Último Pontífice Romano Ap. 17, 9 y 18
Huida y Desierto de la Iglesia Ap. 12, 6
María como Gran Señal Ap. 12, 1
La Gran Babilonia Ap. 17, 8 y siguientes
Bestia con 10 Cuernos Ap. 17, 8 y siguientes
Anticristo Dn. 7, 24 y 9, 27; Jn. 5, 43; Ap. 13, 1-4
Falsa Paz Dn. 7, 24 y 9, 27; II Tes. 2, 8-10
Falso Profeta Zc. 11, 16; Ap. 13, 11
Reinado del Anticristo Dn. 9, 27; Ap. 13, 7-10
Abominación Desoladora Mt. 24, 15; II Tes II; Dn 9,27
Cometa – Asteroide Is. 24, 18-20; Ap. 6, 12
Gran Tribulación Mt. 24, 21; Lc. 21; Mc. 13
Gobierno Mundial Dn. 7, 7-9; Ap. 13, 1
Construcción del Tercer Templo Dn. 9, 27
Persecución Marca de la Bestia Ap. 13, 16-17
Supresión de la Eucaristía Dn. 9, 27
Ocultismo, Falsas Resurrecciones II. Tes. 2, 9-12
Testigos: Elías/Enoc/Moisés/Juan Ap. 11, 3
Armagedón Ap. 16, 12
Destrucción de las 2 Bestias Ap. 19, 19-21
Encadenamiento de Satanás Ap. 20
Día de la Ira, Juicio de Naciones Is. 3, 4; Jer. 25, 30; Mal, 4, 1-3; Sal 109, 5-6
Unidad de las Iglesias Jn. 17, 21
San Juan, Nueva Misión Ap. 10, 11; 12, 5
Parusía como Juicio II Tes. 2, 8
Cambio del Eje Terrestre Is. 24, 18-20
Días de oscuridad Sof. 1, 14-16; Jl. 2, 2
Convulsiones Cósmicas Is. 24, 18-20; II P 3
Parusía como Reino Ap. 11, 15
Conversión de Israel Is. 6, 11; Rom. 11,
Primera Resurrección de Mártires y Santos Dn. 12, 2; I Cor. 15, 50; Ap. 20
Transformación del Ser Trino I Cor. 15, 50-53; Lc. 17, 34
Juicio de Algunos Vivientes que no Morirán (vivos) I Cor. 15, 50; Ap. 20
Juicio de los Mártires Resucitados (muertos) I Cor. 15, 50; Ap. 20
Nuevos Cielos y Nueva Tierra Ap. 21, 1
La Nueva Jerusalén Ap. 21, 2
Como verá el lector, múltiples y variados elementos están por venir como consecuencia de la lucha entre la Mujer y el Dragón. Algunos de gran sufrimiento físico y espiritual; otros de gran y profundo misticismo, y al final el triunfo de Cristo Rey en su Parusía y su reino en la tierra como en el Cielo.
Ahora bien, podemos concretar algunos hechos a los signos actuales y que tienen cumplimiento ahora. Lo que es de lamentar es querer adelantar sucesos o reducir este tiempo a 3 ó 4 hechos mencionados en algunas apariciones marianas o revelaciones privadas y caer en la tentación, como algunos hacen, en pensar que ya ha comenzado la gran tribulación o que el Papa Francisco es el falso profeta o que la Parusía tendrá lugar en el 2021. La realidad es que estamos en el comienzo de los dolores y estamos ante el comienzo de largos años de sufrimientos nunca antes experimentados en la humanidad, pero también ante gracias e intervenciones de Dios nunca antes palpados en la tierra desde los comienzos del mundo.
Lo que está por Venir
Estos son algunos acontecimientos que están por venir en este final de los tiempos. No son todos, desde luego, sino digamos los más inmediatos. No seguiré un orden riguroso pero trataré de llevar en lo posible una general línea cronológica sobre la premisa de que muchos acontecimientos son simultáneos y a partir de un determinado momento serán sucesivos y vertiginosos:
Colapso financiero: este derrumbe deberá de verse más como resultado de una injerencia consensuada y premeditada a través de las grandes instituciones de crédito mundiales, particularmente la Reserva Federal. Billones de dólares han hiperinflacionado a los Estados Unidos y han desajustado la economía mundial, lo que eventualmente traerá el colapso del papel moneda, justificando la introducción de una Nueva Moneda Mundial.
Catástrofes Naturales nunca antes vistas que involucran los cuatro elementos de la naturaleza:Fuego, Tierra, Agua y Aire. Estos desastres provocados por catástrofes naturales serán descomunalmente colosales pues serán ocasionados por eventos cósmicos que involucrarán a diversos astros del Sistema Solar, lunas y asteroides.
Crecientes convulsiones sociales y civiles por los pueblos sometidos, por luchas entre la libertad y la esclavitud, la vida y la muerte, la obscuridad y la luz, que justificará la militarización de las sociedades, la suspensión de derechos constitucionales, el ejército en las calles y todo tipo de control a las personas. Fuegos de guerra y muerte se generarán en diversos puntos del planeta. Sucederá al amanecer del día de la verdad y sonará la sirena que embriaga. La bandera quedará sin asta y el ruido dejará sordo a los ciegos.
México pasará por una horrorosa prueba, no vista en los últimos 100 años.
Una Crisis y Depresión Económica de proporciones nunca antes vistas que provocará el control absoluto de la economía, con amenaza de muerte para quien no se ajuste a las determinaciones del Poder Mundial.
Pandemias y muchas enfermedades, particularmente una desconocida que se esparcirá por el mundo de este a oeste y tomará muchas vidas y la cura no resultará... sólo la fe sanará. Esto será ocasionado por las consecuencias del errático comportamiento de astros del sistema solar.
Un específico Evento Cósmico traerá penuria y desasosiego a los habitantes de la Tierra, que se convertirá paulatinamente en un lugar peligroso para la vida. Así las cosas, el agua valdrá más que el oro.
Una Guerra en Medio Oriente que involucrará a naciones poderosas.
Una Guerra declarada en las Américas.
Se deberá reforzar la seguridad para el Santo Padre; especial cuidado habrá que tener el día de la fiesta que celebra la venida del Ángel. Gente maligna, que va en contra de la fe, planifica la obscuridad de la Iglesia.
Un Cisma en la Iglesia que tendrá como culmen el enfrentamiento de dos hermanos que se disputarán el trono de San Pedro en Roma. En algún momento de un cónclave saldrán dos Papas y los dos dirán que son Papas de la Iglesia Católica y duplicarán el libro de la Iglesia. Uno será legítimo y el otro no. Y la Iglesia se escandalizará y muchos abandonarán la verdadera fe.
El Reposicionamiento y Resurgimiento del antiguo Comunismo como poder mundial y avasallador. En algún momento desencadenará una revolución con el apoyo de los árabes llegando hasta Europa. En Italia traerá como consecuencia que el Santo Padre se vea obligado a salir de Roma buscando refugio en otra tierra (ni es Benedicto ni Francisco como algunos suponen).
Un Aviso mandado por Dios para todos los habitantes de la Tierra, sea cual sea su raza, credo o condición social. En algún momento y a partir de un hecho cósmico en el cielo, una luz interior nos posibilitará ver lo que hemos hecho mal y lo que hemos dejado de hacer. Será un juicio particular en vida. Nadie morirá a consecuencia directa del Aviso a menos que sea de la impresión, del shock.
Un Descubrimiento Científico que traerá abundancia y tranquilidad por algún tiempo.
Un Descubrimiento Arqueológico traerá una revolución paradigmática que replanteará y modificará la Historia del hombre sobre la Tierra.
Manipulación genética que irá en deterioro aún mayor de la sociedad. Vacunaciones obligatorias; terror generalizado por creación de virus inteligentes artificiales que ataquen a ciertas cepas de ADN, a ciertos grupos humanos, a ciertas razas.
Manifestación pública gradual y paulatina de seres de alto nivel espiritual que asumirán una misión de guía y luz ante los tiempos de obscuridad que se avecinan. Harán milagros y recogerán pétalos de los capullos. Irán conformando el pequeño resto que restablecerá el amor de Dios sobre todas las cosas en una Nueva Comunidad.
Manifestación de hombres y seres pertenecientes al reino de la obscuridad que expresarán actos de alto nivel esotérico y ocultista. Engañarán a muchos y se convertirán en hierofantes del futuro Anticristo.
Conclusión
Estos son sólo algunos de los eventos que están por venir. Más allá de fijar fechas, bástele al lector que los tiempos nos confirman que cada vez estamos más cerca. Lo más importante es estar preparados espiritualmente ante los diversos sucesos dolorosos y de gran sufrimiento que vendrán al mundo así como la gran Pasión que le espera a la Esposa de Cristo, la Iglesia. Tan mandatorio es preparar el espíritu como también el cuerpo y el entendimiento. Somos seres trinos. Pero por sobre todo estar en línea para convertirnos en aposentos de luz para los demás pues llegan ya los tiempos en que la obscuridad será tal que no se sabrá dónde está el Camino Verdadero si no fuimos precavidos para preparar nuestra alma y la luz de nuestra fe.
Muchos eventos más vendrán al mundo y a la Iglesia. Algunos más previsibles que otros, pero por el momento es suficiente con lo que anteriormente hemos mencionado. Alguno preguntará cuál es mi fuente. Es esta: 30 años de estudio y discernimiento de las apariciones marianas y revelaciones privadas; las auténticas, aquellas que por sus frutos, por sus signos y señales, por su coincidencia con el Evangelio y por su llamado a la oración, penitencia, ayuno, sacrificio y vida sacramental; así como por el cumplimiento puntual de sus profecías lo demuestran. No siempre estas han sido aprobadas y reconocidas por los pastores de la Iglesia, más aún, algunas han sido reprimidas y perseguidas, pero es parte del Misterio de Dios. También el estudio de su servidor se apoya en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia; del aprendizaje por un discernimiento precipitado en el pasado, y desde luego me apoyo en mi meditación personal.
Todos los artículos de este sitio pueden ser reproducidos, siempre y cuando se cite al autor, Luis Eduardo López Padilla, y la página donde fue originalmente publicado, www.apocalipsismariano.com
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Con el Papa Francisco
El origen Del Papa Francisco es la voluntad de Jesucristo, que instituyó la dirección de su Iglesia, sobre la base de San Pedro, a quien le dio a autoridad para gobernarla en su nombre, por eso a Pedro y a sus sucesores se les llama: Vicario de Cristo. El Papa, como sucesor de Pedro, es garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión …Más
El origen Del Papa Francisco es la voluntad de Jesucristo, que instituyó la dirección de su Iglesia, sobre la base de San Pedro, a quien le dio a autoridad para gobernarla en su nombre, por eso a Pedro y a sus sucesores se les llama: Vicario de Cristo. El Papa, como sucesor de Pedro, es garante del deposito de la fe, la tradición escrita y oral, porque recibe de Jesucristo el poder y la misión de ser Pastor de la Iglesia Universal: “Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro” (Marcos 3,16). Y Jesucristo le dice: “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades (Infierno) no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.” (Mt 16:18-19). Solo Pedro recibe la misión de confirmar en la fe a los discípulos, misión que va acompañada de la asistencia de Cristo: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32).
El origen del Papado es la voluntad de Jesús, que entre todos sus seguidores solo a Pedro le otorga el poder y la misión de apacentar su Iglesia …Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. (Juan 21,17). Y a sus escogidos apóstoles les añade: «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» (Lucas 10,16).

¿Porque la Iglesia Católica llama a Francisco “Santo Padre” o “Papa” al Obispo de Roma ?

Porque Simón llamado Cefas que quiere decir, "Piedra", a quien Jesús designó como primer Papa de su Iglesia, instituyó en Roma su sede (1 Pe 5,13), siendo el primer Obispo de Roma, desde donde dirigió la Iglesia Católica, que significa Universal, hasta que fue crucificado en la misma ciudad de Roma, como lo había profetizado Cristo (cf Juan 21,18-19) y donde fue sepultado, en el lugar que el Imperio Romano denominaba el “Colina Vaticano”, donde los primeros discípulos de Cristo, edificaron años después la Basílica de “San Pedro”, y desde donde se ha dirigido la Iglesia de Cristo, pues ininterrumpidamente el Obispo de Roma, desde hace 2000 años ha sucedido en el cargo y en sus funciones a Pedro, como cabeza visible de la Iglesia en el tierra. Los Católicos lo llamamos: Padre, porque reconocemos en el Papa, el cumplimiento de la profecía de Isaías, que dijo que a quién se le entregaran las llaves del reino, sería llamado “Padre” (cf Isaías 22,21-22). Además llamamos Padre a nuestros Sacerdotes, porque son representantes de Dios ante nosotros, y como decía San Pablo a Filemón, ellos nos engendran a una vida en Cristo (cf Flm 0,10), y a los mismos apóstoles en el Nuevo Testamento hablan muchas veces de su paternidad espiritual sobre sus discípulos, y en las cartas muchas veces llaman hijos a sus seguidores (cf 1Jn 3,18; Tito 1,4; 1Ti 1,2; 2Ti 1,2).
Con el Papa Francisco
Jesucristo designó a San Pedro, hoy Papa Francisco para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra".…Más
Jesucristo designó a San Pedro, hoy Papa Francisco para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).
Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16,18-19). “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” ( Marcos 16,15).
El nombre de Pedro antes de encontrarse con Jesús era Simón Bar-Jona hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador del lago de Genesaret, que vivía con su mujer y su suegra en la aldea de Betsaida en la región de Galilea. Pedro junto con su hermano Andrés seguidor de Juan el Bautista, y sus amigos y compañeros de trabajo Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su nombre por Pedro, Kefa en arameo o Cefas en griego, que quiere decir "piedra" o "roca" (Juan 1,40-42); invitándolo a hacer desde entonces "pescador de hombres"(Lucas 5,10).
Pedro siempre encabeza la lista de los doce apóstoles del Señor (cf Mateo 10,2; Marcos 3,16; Lucas 6,14; Hechos 1,13), él mismo se nombra como "siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pedro 1,1) "testigo de los sufrimientos de Cristo" (1Pedro 5,1), aparece como el portavoz de los apóstoles ( Mateo 18,21-22; Marcos 10,28), A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el templo (Mateo 17,24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5,37), en la transfiguración en el monte Tabor (Marcos 9,2); ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin (Marcos 13,3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la "Ultima Cena" (Lucas 22,7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Marcos 14,32-33). "Por eso, Santiago, Pedro y Juan...eran tenidos como columnas de la Iglesia…" (Gálatas 2,9).
El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro (Mateo 14,25-31); ante el abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (cf Juan 6,68); en un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22,33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18,10). Asimismo, después de la resurrección se encontraba pescando en el lago de Tiberias, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces “Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua” (Juan 21,7) Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. (Juan 21:15-17)
El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de Pedro, lo encontramos en Mateo 16,13-19; cuando el Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"; ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente" (comparar con Marcos 8,27-29; Lucas 9,18-20). No obstante, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: "Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!" (Juan 1,49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: "!En verdad tú eres el Hijo de Dios!" (Mateo14,33). Pero solamente a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo 16,17). Seguidamente Jesús agrega: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla"(Mateo 18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el "pastor principal" (1Pedro 5,4). Por último, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las "llaves del reino de los cielos" (cf Mateo 16,19; Apocalipsis 3,7), de "atar y desatar en la tierra y en el cielo". Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo que Pedro haga con su Iglesia en el mundo.

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En el Santo Evangelio leemos: “El que insulte al Hijo del Hombre será perdonado; en cambio, el que insulte al Espíritu Santo no será perdonado, ni en esta vida ni en la otra” (Mateo 12,32). Y como enseñanza sobre Reino de los Cielos, nos aconseja “Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo” (Lucas 12,58-59).