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Loris Bari
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Arzobispo Bruno Tinivelli, Catequesis 03-07-2020 Radio Espiritu Santo. El milagro eucarístico que dio inicio a la Iglesia Misionera de Evangelización Católica y Apostólica: la hostia sangrante. => …Más
Arzobispo Bruno Tinivelli, Catequesis 03-07-2020 Radio Espiritu Santo.

El milagro eucarístico que dio inicio a la Iglesia Misionera de Evangelización Católica y Apostólica: la hostia sangrante. => corsarioblanco.org/milagro.htm El Arzobispo Bruno Tinivelli relató el suceso considerado un milagro y que, un 24 de junio de 1973, cambió la historia de su congregación: “Ese día yo estaba oficiando misa en mi capilla en La Falda, Córdoba, República Argentina. Cuando tomé la hostia para la consagración, sentí que varias gotas de sangre brotaron de ella, entonces la dejé de lado y ofrecí otra diferente”, recordó.

Los fieles congregados esa tarde “cayeron en un éxtasis que prolongó la misa hasta las 5 de la mañana. Cada uno tuvo visiones diferentes: desde ángeles a la Virgen María. La hostia de esa celebración fue guardada junto a otra que, con el tiempo, también brotó sangre”. El Padre Bruno relató que una de ellas formó un racimo, que luego derivó en un corazón y la otra, la cara de Jesús.

Desde el momento del milagro, una nueva Iglesia Católica fue fundada, fuera de la Romana. “Nuestra Iglesia está en comunión con la Iglesia Romana, no tenemos ninguna ruptura dogmática, pero sí administrativa. Nuestros párrocos, por ejemplo, sí pueden casarse. Tenemos la bendición del Vaticano, pero nuestra jurisdicción es propia”, explicó el padre Bruno.

De aquel entonces pasaron ya 47 años. Y, según asegura Tinivelli, la hostia que él tuvo en sus manos cuando sucedió tal hecho hoy se conserva intacta. “Está científicamente comprobado que una oblea (es decir, la hostia antes de ser consagrada), que está hecha con agua y harina, no dura más de tres años. Ésta tiene 47 años y se conserva en perfecto estado. Actualmente está en un templo de Neuquén”, aseveró Tinivelli, quien anoche estuvo presente en la adoración que se llevó a cabo en la Catedral Niño de Belén, de Maipú.

“Para mí la hostia sangrante es la presencia de Dios vivo en la vida y el pueblo. Él ha hecho muchos milagros en mi familia: ha curado a personas con cáncer y depresión, y a mi hija que no podía tener hijos”, contó Clara, cuya madre donó el terreno para que se construya la catedral. “Hace diez años me operaron de cáncer de ovario. Me curé acercándome a la iglesia. Encontré el apoyo de mis hermanos, del sacerdote y de mi Señor divino”, afirmó Delia, otra vecina.

¡Paz y Bien!