26:18
SEGUNDA PARTE «Recuerdo que estaba haciendo chistes, iba hablando con mis amigos de cosas de todo tipo, menos de religión, y en ese momento que miré para arriba, perdí la conciencia del espacio, perdí …Más
SEGUNDA PARTE
«Recuerdo que estaba haciendo chistes, iba hablando con mis amigos de cosas de todo tipo, menos de religión, y en ese momento que miré para arriba, perdí la conciencia del espacio, perdí de vista a mis amigos […] eran como si el espacio y el tiempo se hubieran parado durante tres segundos. Y en esos tres segundos noté un inmenso amor de Dios».
«No puedo explicarlo de otra manera. Noté como que un rocío de amor me caía encima y se me clavaba con una fuerza tremenda en el corazón. Yo nunca me había sentido tan amada. Es verdad que soy una mujer muy enamorada de mi familia, de mi marido, pero el amor que yo noté en mi corazón es algo que nunca antes había sentido, ni siquiera sabía que podía existir. Y noté que era el amor de Dios».
Y añade: «después de esa miniexperiencia –y gran experiencia a la vez–, yo sentí una gran vergüenza, un gran entendimiento de que nunca había respondido al amor de Dios, aun habiendo pertenecido a una familia católica que había intentado enseñarme todo lo que ellos sabían de Dios y de la religión católica».