FIESTA DEL CORPUS CHRISTI. Te has preguntado alguna vez ¿por qué Dios, entre las múltiples formas que tenía de transformarse en la Eucaristía, escogió la modalidad de pan y vino? ¿Por qué todo un …Más
FIESTA DEL CORPUS CHRISTI.
Te has preguntado alguna vez ¿por qué Dios, entre las múltiples formas que tenía de transformarse en la Eucaristía, escogió la modalidad de pan y vino? ¿Por qué todo un Dios se hizo comida y bebida? ¿Por qué el pan y el vino son cuerpo y sangre de Cristo?
Cuenta una historia oriental, que una vez Dios decidió visitar la tierra, pero antes de hacerlo, envió un ángel para que inspeccionara la situación de la humanidad antes de llegar él. Al cabo de algún tiempo, regresó el ángel y presentó al Señor un informe completo que decía, entre otras cosas, lo siguiente:
La mayoría de las personas que pueblan la tierra no son felices. Unos porque no tienen comida y el resto porque carece de alegría.
A la vista del informe el Señor tomó esta determinación: Ya sé lo que haré. Me encarnaré en forma de comida para los hambrientos y en forma de bebida para los tristes.
Y así es como Dios, dice esta historia, se hizo pan y vino, comida y bebida, alimento del alma y alegría en el corazón humano.
Fiesta del Corpus Christi, fiesta del Cuerpo de Cristo, fantástico prodigio de amor. Dios, nada menos que Dios, se hace pan para que puedas comerle y saciar tu hambre. Dios se hace vino para alegrar tu fugaz existencia...
Que pena da ver por las calles y por el campo tantas personas hambrientas de Dios, con sed de felicidad, con ansias de plenitud y vida. Van solas, tristes, miedosas, abrumadas... Y es que las palabras del Señor se cumplen en ellas: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis la sangre, no tendréis vida en vosotros".
Te has preguntado alguna vez ¿por qué Dios, entre las múltiples formas que tenía de transformarse en la Eucaristía, escogió la modalidad de pan y vino? ¿Por qué todo un Dios se hizo comida y bebida? ¿Por qué el pan y el vino son cuerpo y sangre de Cristo?
Cuenta una historia oriental, que una vez Dios decidió visitar la tierra, pero antes de hacerlo, envió un ángel para que inspeccionara la situación de la humanidad antes de llegar él. Al cabo de algún tiempo, regresó el ángel y presentó al Señor un informe completo que decía, entre otras cosas, lo siguiente:
La mayoría de las personas que pueblan la tierra no son felices. Unos porque no tienen comida y el resto porque carece de alegría.
A la vista del informe el Señor tomó esta determinación: Ya sé lo que haré. Me encarnaré en forma de comida para los hambrientos y en forma de bebida para los tristes.
Y así es como Dios, dice esta historia, se hizo pan y vino, comida y bebida, alimento del alma y alegría en el corazón humano.
Fiesta del Corpus Christi, fiesta del Cuerpo de Cristo, fantástico prodigio de amor. Dios, nada menos que Dios, se hace pan para que puedas comerle y saciar tu hambre. Dios se hace vino para alegrar tu fugaz existencia...
Que pena da ver por las calles y por el campo tantas personas hambrientas de Dios, con sed de felicidad, con ansias de plenitud y vida. Van solas, tristes, miedosas, abrumadas... Y es que las palabras del Señor se cumplen en ellas: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis la sangre, no tendréis vida en vosotros".