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jamacor
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Consejos del Doctor: Dormir fuera de la habitación de los padres.

Consejos del Doctor Dormir fuera de la habitación de los padres

Desde bien pequeños, a los pocos meses de vida, se debería habituar a los niños a dormir fuera de la habitación de sus padres. Salvo circunstancias excepcionales, se tiene que evitar que sigan compartiendo habitación puesto que puede conducir a una situación de inestabilidad familiar.

Niños menores de 3 meses:
-Distinción entre la luz típica del día y la oscuridad propia de la noche. El niño, desde los primero meses, debe asociar que de día hay luz (evitar que el niño duerma durante el día en completa oscuridad) y que cuando es de noche está completamente oscuro (no utilizar durante la noche pequeñas luces o luces indirectas de otras habitaciones).
-Diferenciar el ruido habitual en el día y el silencio que reina en la noche. Durante el día el niño debe aprender a dormir con los ruidos habituales que hay en una casa, voces que conversan, música, ruidos típicos de la cocina, etc. En cambio, durante la noche hay que procurar que los ruidos sean menos intensos, intentando bajar el volumen de la televisión, no elevando la voz... Siempre sin exagerar, no se necesita un silencio sepulcral para que un bebé duerma.
-Establecer la rutina de cada día: un horario ordenado y repetitivo. Es muy aconsejable dejar el baño del niño para antes de su última toma de alimento.
-El niño debe dormir en su cuco o cuna en la misma habitación que los padres pero nunca en la cama con ellos. Se recomienda el traslado del niño a su cuarto a partir de los 3 meses.

De 3 a 6 meses:


-Fijar una hora para ir a dormir diariamente. Se aconseja en invierno poner a dormir al niño entre las ocho y las ocho y media. En verano es mejor retrasarla hasta las nueve de la noche, dado que el día es más largo.
-Establecer una serie de rutinas previas al momento de dormir que deben repetirse a diario. Por ejemplo, leer un cuento antes de ir a la cama, decirle las mismas palabras. Siempre sin juegos ni acciones que puedan excitar al niño en los momentos previos al sueño nocturno. Pueden emplearse peluches, chupetes… que acompañen al niño mientras duerma.
- Diferenciar su habitación de otras estancias de la casa. Su cuarto es el lugar elegido para dormir, por ello el niño no debe comer en él. Debemos separar así la comida del sueño.
- Si el niño llora en el momento de dormir, puede deberse a diferentes causas que debemos solucionar antes de volver a acostarlo. Puede que necesite un cambio de pañal, que tenga frío o calor, que la última toma de alimento del día haya sido insuficiente y que el pequeño tenga hambre, que no se encuentre bien de salud, etc.
- En caso de que todo esté correcto y que el niño llore en el momento de dormir, tanto padres como cuidadores no deben acudir al primer llanto, quizá si damos un poco de tiempo no habrá más.

Lo que NO debemos hacer para dormirlo:
-Cantarle
-Mecerlo en la cuna o en los brazos
-Pasearlo en cochecito
-Darle palmaditas o acariciarlo
-Darle el biberón o agua
-Ponerlo en nuestra cama

Si estas recomendaciones fallan...
En el supuesto de que estas medidas fallen, el Dr. Estivill propone un plan alternativo al que llama la reeducación del sueño. Pasos a seguir:
- Los padres y cuidadores deben mostrar en todo momento firmeza y seguridad ante el niño.
-Reemplazar en la habitación del niño, la figura del padre, la madre o de ambos, utilizando un dibujo, un muñeco, un móvil o un objeto querido por el niño. Explicando al niño que este objeto cuidará de él por la noche.
-Si el niño emplea chupete, dejar varios chupetes sobre la cuna para que pueda encontrar alguno durante la noche.
-Poner a dormir al niño, separarnos de él una distancia prudencial y sin tocarlo desearle buenas noches, con un discurso que dure aproximadamente 30 segundos.
- Al salir de la habitación, apagar la luz y dejar la puerta abierta.
-Una vez que el niño empiece a llorar, los padres deben permanecer alejados de la habitación y volver a ella, en función de la tabla de tiempos -expresados en minutos- que mostramos a continuación, que irá variando a medida que pasen los días. Cuando toque acudir a consolar al niño, siempre tendrá que ir uno solo, manteniendo una distancia que impida que el niño le toque, y explicándole (en no más de 10 segundos) que sus padres no le han abandonado y que únicamente le están enseñando a dormir.