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LA GRACIA del Viernes 14 de Octubre de 2016 1ª Lectura (Ef 1,11-14) Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios Hermanos: Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos …Más
LA GRACIA del Viernes 14 de Octubre de 2016

1ª Lectura (Ef 1,11-14)

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios

Hermanos: Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad; para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya antes esperábamos en Cristo. En él, también ustedes, después de escuchar la palabra de la verdad, el Evangelio de su salvación, y después de creer, han sido marcados con el Espíritu Santo prometido. Este Espíritu es la garantía de nuestra herencia, mientras llega la liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.

A Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

R
Alabemos al Señor con alegría.

L Que los justos aclamen al Señor;

es propio de los justos alabarlo.

Demos gracias a Dios al son del

arpa, que la lira acompañe nuestros

cantos /R

L
Sincera es la palabra del Señor y

todas sus acciones son leales. Él ama

la justicia y el derecho, la tierra llena

está de sus bondades /R

L
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,

dichoso el pueblo que escogió

por suyo. Desde el cielo el Señor,

atentamente, mira a todos los hombres

/R (Sal 32).

Aclamación antes del Evangelio

R
Aleluya, aleluya. Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti hemos confiado. R Aleluya (Sal 32,22).

Evangelio (Lc 12,1-7)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas. A Gloria a ti, Señor

En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número, que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas. Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo. ¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos”.

Palabra del Señor.