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TOMO II. VIDA DE GARCÍA MORENO. El sentir de la Comisión fue dirigido al Dr. Ramón de la Barrera, Presidente de la Asamblea, en estos términos: “Adherid, Señor, al voto de toda nuestra República; o …Más
TOMO II. VIDA DE GARCÍA MORENO.

El sentir de la Comisión fue dirigido al Dr. Ramón de la Barrera, Presidente de la Asamblea, en estos términos:
“Adherid, Señor, al voto de toda nuestra República; o por mejor decir, mostrad que la Convención de 1851 es un fiel órgano de la voluntad ecuatoriana. Todas las clases, todas las condiciones, las personas de todos los estados y de ambos sexos, desde los que ocupan los más elevados puestos .en la Sociedad, en el orden eclesiástico, civil y militar, hasta el modesto artesano, piden a la Convención el restablecimiento de la Compañía de Jesús; y una nación entera nunca se engaña, ni puede ser prudentemente desoída.
El Ecuador quiere un árme apoyo a su Religión; y lo busca en un Orden Religioso que sabe que siempre ha desempeñado perfectamente este cargo. El Ecuador quiere la mejora de sus costumbres; y por eso la busca en un Orden Religioso que posee tantos, tan poderosos y acreditados medios para este objeto. El Ecuador desea la instrucción de su juventud; y la busca en un Orden Religioso, cuya aptitud y destreza en este punto se ha hecho proverbial. El Ecuador desea mejorar la condición espiritual y temporal de los infelices que vagan en nuestros desiertos; y pone su confianza en el establecimiento de un Orden Religioso, cuyo celo, prudencia y espíritu apostólico civilizó y conquistó para Jesucristo más almas que las que subyugaron los más famosos capitanes con el fragor y estrépito de las armas; cuyo espíritu creador transformó nuestros desiertos americanos en jardines donde crecían innumerables plantas místicas, de donde se recogían las más vistosas flores y sazonados frutos de virtud.”