3
4
1
2
jamacor
1,5 mil
Vida de María. QUÉ ES EL OPUS DEIPRELADONOTICIASSALA DE PRENSAPREGUNTAS Está en:Inicio (España)/Cultivar la fe CULTIVAR LA FE CULTIVAR LA FE Las preces del Opus Dei Fiarse de Dios Hacer fructificar …Más
Vida de María.

QUÉ ES EL OPUS DEIPRELADONOTICIASSALA DE PRENSAPREGUNTAS

Está en:Inicio (España)/Cultivar la fe
CULTIVAR LA FE


CULTIVAR LA FE

Las preces del Opus Dei

Fiarse de Dios

Hacer fructificar los talentos

Al encuentro de Jesús

San Josemaría Escrivá, maestro del perdón


RESÚMENES DE FE CRISTIANA
AÑO MARIANO

Vida de María

Vida de María (y XX): Reina y Señora del universo

Vida de María (XX): Magisterio, Padres, santos y poetas

Vida de María (XIX): Dormición y Asunción de la Virgen

Vida de María (XIX): Magisterio, Padres, santos y poetas

AÑO PAULINO

Colección de vídeos en el Año Paulino

San Pablo y la Eucaristía

San Pablo y el trabajo

San Pablo y los primeros cristianos

San Pablo y la divinidad de Jesucristo

TEXTOS SOBRE LA FAMILIA

Educar para la vida

Transmitir la fe (1)

Educar la afectividad

Educar en templanza y sobriedad (y II)

Educar en templanza y sobriedad (I)

TEXTOS SOBRE EL TRABAJO

Santificar el descanso

Editorial: trabajo y contemplación (2)

Editorial: Trabajo de Dios

Trabajo: contemplación y trabajo (1)

Trabajar a conciencia


ARCHIVO
EL OPUS DEI EN ESPAÑA

Vida de María
Narración en veinte escenas de la vida de la Virgen María, a partir de los Evangelios y de la tradición de la Iglesia.

30 de septiembre de 2011
J.A. Loarte (www.opusdei.org)


PDF: Colección "Vida de María" en formato PDF (25 páginas).

La Inmaculada Concepción

La historia del hombre sobre la tierra es la historia de la misericordia de Dios. Desde la eternidad,antes de la creación del mundo, nos eligió para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor(Ef 1, 4).

Sin embargo, por instigación del demonio, Adán y Eva se rebelaron contra el plan divino:seréis como Dios, conocedores del bien y del mal(Gn 3, 5), les había susurrado el príncipe de la mentira. Y le escucharon. No quisieron deber nada al amor de Dios. Trataron de conseguir, por sus solas fuerzas, la felicidad a la que habían sido llamados.

Pero Dios no se echó atrás. Desde la eternidad, en su Sabiduría y en su Amor infinitos, previendo el mal uso de la libertad por parte de los hombres, había decidido hacerse uno de nosotros mediante la Encarnación del Verbo, segunda Persona de la Trinidad.

Por eso, dirigiéndose a Satanás, que bajo figura de serpiente había tentado a Adán y a Eva, le conminó:Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo(Gn 3, 15). Es el primer anuncio de la Redención, en el que se entrevé ya la figura de una Mujer, descendiente de Eva, que será la Madre del Redentor y, con Él y bajo Él, aplastará la cabeza de la infernal serpiente. Una luz de esperanza se enciende ante el género humano desde el instante mismo en que pecamos.

Comenzaban así a cumplirse las palabras inspiradas —escritas muchos siglos antes de que la Virgen viniera al mundo— que la liturgia pone en labios de María de Nazaret.El Señor me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna... Desde la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. Cuando no existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua. Antes que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. Aún no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo(Prv 8, 22-26).

La Redención del mundo estaba en marcha ya desde el primer momento. Luego, poco a poco, inspirados por el Espíritu Santo, los profetas fueron desvelando los rasgos de esa hija de Adán a la que Dios —en previsión de los méritos de Cristo, Redentor universal del género humano— preservaría del pecado original y de todos los pecados personales, y llenaría de gracia, para hacer de Ella la digna Madre del Verbo encarnado.

Ella esla virgen que concebirá y dará a luz un Hijo, que se llamará Enmanuel(Is 7, 14); está significada en Judit, la heroína del pueblo hebreo que alcanzó victoria contra un enemigo imponente, hasta el punto de que a Ella, más que a nadie, se dirigen aquellas alabanzas:Tú eres la exaltación de Jerusalén, la gran gloria de Israel, el gran honor de nuestra gente... Bendita seas tú de parte del Señor todopoderoso por siempre jamás(Jdt 15, 9-10).

Extasiados ante la belleza de María, los cristianos le han dirigido siempre toda clase de alabanzas, que la Iglesia recoge en la liturgia:huerto cerrado, lirio entre espinas, fuente sellada, puerta del cielo, torre victoriosa contra el dragón infernal, paraíso de delicias plantado por Dios, estrella amiga de los náufragos, Madre purísima...

* * *

La Natividad de Nuestra Señora

Muchos siglos habían pasado desde que Dios, en los umbrales del Paraíso, prometiera a nuestros primeros padres la llegada del Mesías. Cientos de años en los que la esperanza del pueblo de Israel, depositario de la promesa divina, se centraba en una doncella, del linaje de David,que concebirá y dará a luz un Hijo, a quien pondrá por nombre Enmanuel, que significa Dios con nosotros(Is 7, 14). Generación tras generación, los piadosos israelitas esperaban el nacimiento de la Madre del Mesías,aquella que ha de dar a luz, como explicaba Miqueas teniendo como fondo la profecía de Isaías (cfr. Mi 5, 2).

A la vuelta del exilio en Babilonia, la expectación mesiánica se hizo más intensa en Israel. Una ola de emoción recorría aquella tierra en los años inmediatamente anteriores a la Era Cristiana. Muchas antiguas profecías parecían apuntar en esa dirección. Hombres y mujeres esperaban con ansia la llegada del Deseado de las naciones. A uno de ellos, el anciano Simeón, el Espíritu Santo había revelado que no moriría hasta que sus ojos hubieran visto la realización de la promesa (cfr. Lc 2, 26). Ana, una viuda de edad avanzada, suplicaba con ayunos y oraciones la redención de Israel. Los dos gozaron del inmenso privilegio de ver y tomar en sus brazos a Jesús niño (cfr. Lc 2, 25-38).

Incluso en el mundo pagano —como afirman algunos relatos de la antigua Roma— no faltaban señales de que algo muy grande se estaba gestando. La mismapax romana, la paz universal proclamada por el emperador Octavio Augusto pocos años antes del nacimiento de Nuestro Señor, era un presagio de que el verdadero Príncipe de la paz estaba a punto de venir a la tierra. Los tiempos estaban maduros para recibir al Salvador.

Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos(Gal 4, 4-5). Dios se esmera en elegir a su Hija, Esposa y Madre. Y la Virgen santa, la muy alta Señora, la criatura más amada por Dios, concebida sin pecado original, vino a nuestra tierra. Nació en medio de un profundo silencio. Dicen que en otoño, cuando los campos duermen. Ninguno de sus contemporáneos cayó en la cuenta de lo que estaba sucediendo. Sólo los ángeles del cielo hicieron fiesta.

De las dos genealogías de Cristo que aparecen en los evangelios, la que recoge San Lucas es muy probablemente la de María. Sabemos que era de esclarecida estirpe, descendiente de David, como había señalado el profeta hablando del Mesías —saldrá un vástago de la cepa de Jesé y de sus raíces florecerá un retoño(Is 11, 1)— y como confirma San Pablo cuando escribe a los Romanos acerca deJesucristo,nacido del linaje de David según la carne(Rm 1, 3).

Un escrito apócrifo del siglo II, conocido con el nombre deProtoevangelio de Santiago, nos ha transmitido los nombres de sus padres —Joaquín y Ana—, que la Iglesia inscribió en el calendario litúrgico. Diversas tradiciones sitúan el lugar del nacimiento de María en Galilea o, con mayor probabilidad, en la ciudad santa de Jerusalén, donde se han encontrado las ruinas de una basílica bizantina del siglo V, edificada sobre la llamadacasa de Santa Ana, muy cerca de la piscina Probática. Con razón la liturgia pone en labios de María unas frases del Antiguo Testamento:me establecí en Sión. En la ciudad amada me dio descanso, y en Jerusalén está mi potestad(Sir 24, 15).

Hasta que nació María, la tierra estuvo a oscuras, envuelta en las tinieblas del pecado. Con su nacimiento surgió en el mundo la aurora de la salvación, como un presagio de la proximidad del día. Así lo reconoce la Iglesia en la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora:por tu nacimiento, Virgen Madre de Dios, anunciaste la alegría a todo el mundo: de ti nació el Sol de justicia, Cristo, Dios nuestro(Oficio de Laudes).

El mundo no lo supo entonces. Dormía la tierra.

* * *

Presentación de la Virgen

Fueron callados, como su humildad, los años de infancia de María Santísima. Nada nos dice la Sagrada Escritura. Los cristianos, sin embargo, deseaban conocer con más detalle la vida de María. Era una aspiración legítima. Y como los evangelios guardan silencio hasta el momento de la Anunciación, la piedad popular, inspirada en varios pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, elaboró pronto algunas narraciones sencillas que luego se recogerían en el arte, en la poesía y en la espiritualidad cristiana.

Uno de estos episodios, quizá el más representativo, es la Presentación de la Virgen. María es ofrecida a Dios por sus padres, Joaquín y Ana, en el Templo de Jerusalén; lo mismo que otra Ana, madre del profeta Samuel, ofreció a su hijo para el servicio de Dios en el tabernáculo donde se manifestaba su gloria (cfr. 1 Sam 1, 21-28); igual que, años después, María y José llevarían a Jesús recién nacido al Templo para presentarlo al Señor (cfr. Lc 2, 22-38).

En rigor, no hay una historia de estos años de la Virgen, sino lo que la tradición nos ha ido transmitiendo. El primer texto escrito que refiere este episodio —de él dependen los numerosostestimoniosde la tradición posterior— es elProtoevangelio de Santiago, un escrito apócrifo del siglo II. Apócrifo significa que no pertenece al canon de los libros inspirados por Dios; pero esto no excluye que algunos de estos relatos tengan ciertos elementos verdaderos En efecto, despojado de los detalles posiblemente legendarios, la Iglesia incluyó este episodio en la liturgia: primero en Jerusalén, donde …