Destacados de la primera entrevista al cardenal George Pell
• Pell dijo que él “se enfureció tanto por la forma en que los fiscales procedieron con (dos testigos)” que pensó que lo mejor era mantener su silencio en la corte: “Pensé que si yo formaba parte de eso iba a tratar con esos muchachos a causa de su ultraje”.
• No sabe quién manipuló a su acusador: “Me pregunto si fue utilizado”.
• Debe establecerse que las víctimas son verdaderas víctimas: “La culpa por acusación [sin pruebas] es el signo de una sociedad incivilizada”.
• Pell fue tratado bien por los prisioneros: “Varios prisioneros dijeron que era la única vez que escucharon a prisioneros ponerse del lado de un sacerdote condenado por pedofilia” “En una etapa, un (prisionero) dijo: ‘Tiene dos primeros ministros que lo apoyan”.
• “Hablé con cuatro personas (en prisión). Tres que estuvieron conmigo en la prisión Barwon fueron muy amables conmigo”.
• Hubo una “amenaza real” a su seguridad, pero él estaba ubicado en el extremo tranquilo de la prisión.
• “Recibí 4000 cartas. Tuve un apoyo inmenso, práctico y de otras formas. Nunca me sentí abandonado. Tenía una rutina diaria. Seguí el consejo que he dado a los sacerdotes”: “Manténganse en oración. Salgan de la cama a una hora buena. Coman apropiadamente. Hagan ejercicio todos los días. Traten de dormir a la noche. También leía y escribía. Montones de libros… de tal modo que me instalé bastante en la rutina” que él llamó “un retiro mundano”.
• “Tenía una tetera y un televisor. También tenía un baño, una ducha y una cama con una base firme”.
• Pell publicó en el sitio web TheAustralian.com extractos de su diario en la prisión, en el que discute su vida en la cárcel, el personal del correccional, las humillaciones que soportó y su breve trabajo como jardinero.
• El personal de la prisión era “cortés y decente”, pero a veces Pell tuvo que soportar “humillaciones mezquinas”, tales como usar esposas y ser revisado.
• Pell estuvo en confinamiento solitario durante 23 horas al día, pero aceptó que era necesario para mantenerse seguro. Él estaba acostumbrado a ese tipo de confinamiento porque como seminarista tuvo que mantener un “gran silencio” desde el atardecer hasta las 9 am del día siguiente.
La policía visitó el seminario de Sydney el martes 14 de abril por la tarde. La reunión estuvo relacionada con las amenazas a través de las redes sociales contra el cardenal.
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