57:54
Yugo
3,6 mil
P Alfredo Saenz . Iglesia y Masoneria. Reflexión del R. P. Dr. Alfredo Sáenz, SJ, sacerdote jesuita argentino, sobre la Iglesia y la Masonería. El Papa León XII en su Encíclica “Humanum Genus” (20…Más
P Alfredo Saenz . Iglesia y Masoneria.

Reflexión del R. P. Dr. Alfredo Sáenz, SJ, sacerdote jesuita argentino, sobre la Iglesia y la Masonería.
El Papa León XII en su Encíclica “Humanum Genus” (20 abril 1884), presenta la lucha que la masonería lleva contra la Iglesia en una dimensión auténticamente teológica. Ya desde el comienzo dice el Papa: “El género humano, después de apartarse miserablemente de Dios, creador y dador de los bienes celestiales, por envidia del demonio, quedó dividido en dos campos contrarios, de los cuales el uno combate sin descanso por la verdad y la virtud, y el otro lucha por todo cuanto es contrario a la virtud y a la verdad. El primer campo es el reino de Dios en la tierra, es decir, la Iglesia verdadera de Jesucristo. Los que quieren adherirse a ésta de corazón como conviene para su salvación, necesitan entregarse al servicio de Dios y de su unigénito Hijo con todo su entendimiento y toda su voluntad. El otro campo es el reino de Satanás. Bajo su jurisdicción y poder se encuentran todos lo que, siguiendo los funestos ejemplos de su caudillo y de nuestros primeros padres, se niegan a obedecer a la ley divina y eterna y emprenden multitud de obras prescindiendo de Dios o combatiendo contra Dios. Con aguda visión ha descrito Agustín estos dos reinos como dos ciudades de contrarias leyes y deseos, y con sutil brevedad ha compendiado la causa eficiente de una y otra en estas palabras: «Dos amores edificaron dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios edificó la ciudad terrena; el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la ciudad celestial». Durante todos los siglos han estado luchando entre sí con diversas armas y múltiples tácticas, aunque no siempre con el mismo ímpetu y ardor”.
La Sagrada Congregación para la Dotrina de la Fe, cuyo presidente era por entonces el cardenal Joseph Ratzinger, el 26 de noviembre de 1983 emitió una «Declaración sobre la Masonería» aprobada explícitamente por el Papa Juan Pablo II. Frente a “la pregunta de si ha cambiado el juicio de la Iglesia respecto de la masonería, ya que en el nuevo Código de Derecho Canónico no está mencionada expresamente como lo estaba en el Código anterior”, esta declaración responde que “no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión”.