Carta para todos los crisianos

Que la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.

Cada vez que veo en torno a mi he notado algo que entristece, veo la famosa "indiferencia". Nos hemos dedicado a juzgar al Santo Padre, nos hemos dedicado a juzgar al vecino (Lc 6:37), nos hemos dedicado a hacer nuestra voluntad sin detenernos un poco a pensar en aquellos que están muriendo cada día en Medio oriente. Cada día hay una foto nueva con relación a "niños, mujeres y hombres cristianos decapitados en Siria" y solo decimos "Señor, ayudalos" pero Dios también dice: "Ayúdenles, ¿Acaso no están ustedes dispuestos a luchar por un mundo mejor? ¿Acaso creen que con hablar mal de la gente sin hacer algo productivo para el bien de los demás "ayuda a los que mueren por mí cada día"?

Hace una semana en el Santo Evangelio pudimos ser capaces de meditar como juzga Dios "la hipocresía". No dejemos que el relativismo ni la indiferencia acabe con la sencibilidad humana. ¿Acaso no ha dicho Jesús nuestro Señor: "Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo"? (Mt 28,16-20) ¿Por qué le tenemos miedo a nuestro único enemigo? ¿Es acaso más poderoso que Dios? Definitivamente NO.

Decía San Juan Pablo II: "No tengáis miedo de miradle a Él (A Dios), mirad al Señor". No dejemos que la ceguera espiritual acabe con el amor al prójimo. Miremos al Señor en el prójimo. Cuando hablas mal y haces mal del prójimo dañas tu corazon y manchas tu alma. Cuando juzgas te pones en el lugar de Dios y cuando criticas al prójimo te pones en el papel del Demonio.

No nos cansemos de orar diariamente, en cada instante "Sólo así venceremos la tentación". No nos cansemos de orar diariamente, de rodillas, en unidad, sólo así venceremos al enemigo. No nos cansemos de amar a los demás, sólo así se vence a la indiferencia que es "semilla del maligno". Seamos luz del mundo, la muerte no debe reinar, porque quien debe reinar es Cristo la Vida misma (Juan 14, 1-6).

Dios les bendiga.
Anónimo.