Ella, la persona que me sigue sorprendiendo.

Siempre en pos de la calidad de vida, siempre extraño para los demás, amonestado, abroncado y poco apreciado, por decirlo suave.

Jesús a su lado, yo al lado de esta persona, consecuentemente y por no negar Jesús está a mi lado.

No creía, pero no denostaba, ni negaba, y, un día de mucha angustia, dolor y desesperación le pedía al Padre que me ayudase, que no podía más, así sucedió, me ayudó y desde entonces camino en pos de Jesucristo mi Señor, aprendo, leo la Sagrada Biblia, catecismos, voy a misa, rezo y siento agradablemente y sin prisas la llamada de la Triada.

Todo por ella, todo por conocer a una persona que desde que la conocí me trató como persona que soy.

Agradezco a Dios el haberme hecho cristiano, agradezco a esta persona el haberme tratado con deferencia, con acervo católico y con amor universal.