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REZANDO JUNTOS. Lucas 13.22-30. 21 de agosto. Ciclo C. Oraciòn del dia. Domingo 21 de agosto. 21ª TO. San Lucas 13.22-30. Ciclo C. Señor, hoy domingo de la 21ª semana del TO quiero disfrutar este …Más
REZANDO JUNTOS. Lucas 13.22-30. 21 de agosto. Ciclo C.

Oraciòn del dia. Domingo 21 de agosto. 21ª TO. San Lucas 13.22-30. Ciclo C.

Señor, hoy domingo de la 21ª semana del TO quiero disfrutar este momento en tu presencia, sin prisas y con suma atención. Quiero hacer un alto en mi caminar para estar contigo y gozar este especial momento. Pongo en tus manos mis preocupaciones.

Pongo en tus manos aquellas inquietudes de mi corazón. Quiero verte y recibir tu mirada. Quiero entrar en tu corazón y te abro las puertas del mío. Jesús, creo en Ti, espero en Ti, te amo.
Inclino mi corazón para escuchar tu Palabra, que se encuentra en el Evangelio de san Lucas 13, 22-30

Señor una vez màs, caminas junto a nosotros, ahora vas enseñando por ciudades y pueblos, mientras te encaminas a Jerusalèn, sin duda que al evocar a esta ciudad te lleva a pensar, lo que vas a vivir ahì, el sufrimiento que tienes que enfrentar, la traición de tus amigos y la soledad en medio del dolor, es decir el camino estrecho que vas a tener que caminar.
Alguien te pregunta: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”.

Con toda sinceridad y sin muchos rodeos, le respondes “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán”. Señor me enseñas que la vida cristiana no es fácil, y asì lo he comprobado a lo largo de mi vida, realmente ser cristiano, requiere de una gracia y fuerza especial, que tu mano nos acompañe, guìe y fortalezca, pues los enemigos que tengo, son fuertes y no paran, el demonio, el mundo y la carne.

Jesús, sé bien que la puerta es estrecha, que el camino es difícil. Veo mi vida y me entra un poco el miedo porque muchas veces prefiero mi comodidad. Muchas veces me conformo con una vida mediocre. Tantas veces me olvido de Ti. Y otras tantas no vivo el mandamiento del amor. Señor, no vayas a cerrar la puerta al Reino de los cielos, estando yo fuera, no quiero quedarme fuera, tocando sin que me abras o me rechaces, què duro sería escuchar de tì. ‘No sé quièn eres’.

No basta decir, hemos comido y bebido contigo y te hemos dejado enseñar en nuestras plazas. La experiencia es mucho màs profunda, es estar contigo, compartir la mesa y la Misa, con conciencia, constancia y recibiéndote sacramentalmente en la Eucaristìa, ser digno de estar contigo participando del Banquete, Tù mismo lo dijiste “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitarè en el último dìa”, tambièn implica un salir de mi mismo y un servicio total hacia los demás. Ser generoso, olvidarme de mi mismo y mis gustos, renunciar a mis caprichos, todo eso me lleva a ir por la vìa estrecha y vaya que se hace difícil.

Que transparencia hay en tì, “no sè quienes son ustedes, los que hacen el mal”. Ahì veo tu justicia que no dejarà de expresarse para todos aquellos que han optado por un camino equivocado y se han dedicado a perjudicar a los demás, a hacerles sufrir y dejaron de hacer el bien y se han aprovechado de los demás. Ahì todos lloraràn y se desesperaràn, pues serán echados fuera.

Mi propósito será: seguir luchando por llegar al cielo. Pondré todo lo que esté de mi parte para entrar por la puerta angosta. No me conformaré con vivir en la mediocridad. Creo que puedo cambiar, pero no puedo solo. Dame tu gracia y tu luz para que sepa dónde caminar. Mi esperanza es llegar al cielo

Mis queridos niños, Jesùs nos dice que tenemos que ser buenos luchares de nuestra fe, que tenemos que caminar hasta llegar por una puerta pequeña, que será la que nos haga entrar al cielo, vale la pena todo esfuerzo, sabiendo que tenemos toda una vida para alcanzar este gran premio.
P. Dennis Doren, LC

Rezando juntos
Por: P. Dennis Doren, LC
Elaboración: Sebastian Arrivillaga