Arzobispo Víctor M. Fernández: "El Papa espera más apertura de los obispos"
El primero de Francisco, el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina, que estuvo en la comisión que redactó tanto la relatio synodi (el documento final) como el mensaje conclusivo del sínodo extraordinario de obispos, trazó un balance más que positivo.
Sobre la virtual marcha atrás que hubo a la apertura a los gays, dijo que "quizá" lo que faltó fue que los obispos se preguntaran, como hizo Francisco, "¿quiénes somos nosotros para juzgar a los gays?"
"Los obispos que participaron en sínodos anteriores están felices, porque dicen que durante estos días se ha podido discutir con los pies sobre la tierra y se han puesto sobre la mesa cuestiones que en los últimos años no se planteaban de manera muy directa."
-¿Se esperaba que hubiera tanta división respecto de la cuestión de los divorciados vueltos a casar?
-En realidad yo pensaba que este tema ni siquiera se iba a tratar, o que sólo se lo iba a mencionar de paso, porque había muchos otros asuntos que nos preocupaban más. Lo llamativo es que la posibilidad de que algunos divorciados vueltos a casar pudieran comulgar fuera planteada por muchos obispos. Yo no hablaría de división, porque quienes lo plantearon lo hicieron con mucha prudencia, dejando bien clara la indisolubilidad matrimonial, y quienes se oponían lo hacían pensando en el bien de las familias y de los hijos. Sólo había un grupo de seis o siete muy fanáticos y algo agresivos, que no representaban ni el 5% del total.
"En el documento final quedó sólo un breve párrafo que rechaza la discriminación de los homosexuales. El hecho de que ese breve párrafo no haya logrado los dos tercios no se explica por un voto negativo de sectores muy conservadores, sino también por un voto negativo de algunos obispos más sensibles al tema que no quedaron conformes con lo poco que se dijo."
"Quizá nos habría faltado decir, al menos, con el papa Francisco: "¿Quiénes somos nosotros para juzgar a los gays?". Muchas cosas podrían haber madurado mejor con más tiempo, pero se dio una fuerte prioridad a la escucha mutua, pensando que ésta era sólo una primera etapa exploratoria."
"Si tenemos en cuenta que los párrafos sobre los divorciados vueltos a casar tuvieron un 60% de votos a favor, eso no es una derrota. Pocos años atrás eso era impensable, y yo mismo me sorprendí por ese nivel de aprobación."
"Todos salimos con una conciencia mucho más clara y profunda de la gran complejidad de las problemáticas matrimoniales y familiares. Eso ayudó a no usar expresiones agresivas que en la Iglesia eran muy comunes hasta hace pocos años, expresiones que tenían que ver con teorías que no se encarnaban en la realidad concreta de la gente."
"Ésta fue sólo una etapa en el camino, y la mayoría siente que se ha dado un gran paso, que se ha inaugurado un nuevo modo de encarar los temas, con libertad y claridad. Por eso, más allá de los resultados, se ha abierto para la Iglesia una nueva etapa."
-¿Qué les diría a quienes critican a Francisco porque con este sínodo se abrió una "caja de Pandora"?
-Que si no se abre la "caja de Pandora" lo que se hace es esconder la mugre debajo de la alfombra, meter la cabeza en un hueco como las avestruces, alejarnos cada vez más de la sensibilidad de nuestra gente y quedarnos contentos porque un pequeño grupo nos felicita. Hay que reconocer que varios obispos -y me incluyo- estamos muy detrás, lejos de la sabiduría pastoral, de la visión y de la generosidad del papa Francisco.
-¿Pudo percibir hostilidad de la curia hacia el Papa, visto que varios prelados (Gerhard Muller, George Pell, Marc Ouellet, Leo Burke), fueron líderes de un sector conservador que públicamente habló en contra de las aperturas?
-No me preocupó lo que dijeron. Algunos de ellos se expresaron con solidez y con preocupaciones sinceras por cuestiones que no pueden ser descuidadas. En otros, aunque son muy pocos, me preocupó el tono: agresivo, irritado, amenazante, no sólo dentro del aula del sínodo, sino en los pasillos y por la calle. Repito: eran muy pocos.
www.lanacion.com.ar/1737290-victor-…
Sobre la virtual marcha atrás que hubo a la apertura a los gays, dijo que "quizá" lo que faltó fue que los obispos se preguntaran, como hizo Francisco, "¿quiénes somos nosotros para juzgar a los gays?"
"Los obispos que participaron en sínodos anteriores están felices, porque dicen que durante estos días se ha podido discutir con los pies sobre la tierra y se han puesto sobre la mesa cuestiones que en los últimos años no se planteaban de manera muy directa."
-¿Se esperaba que hubiera tanta división respecto de la cuestión de los divorciados vueltos a casar?
-En realidad yo pensaba que este tema ni siquiera se iba a tratar, o que sólo se lo iba a mencionar de paso, porque había muchos otros asuntos que nos preocupaban más. Lo llamativo es que la posibilidad de que algunos divorciados vueltos a casar pudieran comulgar fuera planteada por muchos obispos. Yo no hablaría de división, porque quienes lo plantearon lo hicieron con mucha prudencia, dejando bien clara la indisolubilidad matrimonial, y quienes se oponían lo hacían pensando en el bien de las familias y de los hijos. Sólo había un grupo de seis o siete muy fanáticos y algo agresivos, que no representaban ni el 5% del total.
"En el documento final quedó sólo un breve párrafo que rechaza la discriminación de los homosexuales. El hecho de que ese breve párrafo no haya logrado los dos tercios no se explica por un voto negativo de sectores muy conservadores, sino también por un voto negativo de algunos obispos más sensibles al tema que no quedaron conformes con lo poco que se dijo."
"Quizá nos habría faltado decir, al menos, con el papa Francisco: "¿Quiénes somos nosotros para juzgar a los gays?". Muchas cosas podrían haber madurado mejor con más tiempo, pero se dio una fuerte prioridad a la escucha mutua, pensando que ésta era sólo una primera etapa exploratoria."
"Si tenemos en cuenta que los párrafos sobre los divorciados vueltos a casar tuvieron un 60% de votos a favor, eso no es una derrota. Pocos años atrás eso era impensable, y yo mismo me sorprendí por ese nivel de aprobación."
"Todos salimos con una conciencia mucho más clara y profunda de la gran complejidad de las problemáticas matrimoniales y familiares. Eso ayudó a no usar expresiones agresivas que en la Iglesia eran muy comunes hasta hace pocos años, expresiones que tenían que ver con teorías que no se encarnaban en la realidad concreta de la gente."
"Ésta fue sólo una etapa en el camino, y la mayoría siente que se ha dado un gran paso, que se ha inaugurado un nuevo modo de encarar los temas, con libertad y claridad. Por eso, más allá de los resultados, se ha abierto para la Iglesia una nueva etapa."
-¿Qué les diría a quienes critican a Francisco porque con este sínodo se abrió una "caja de Pandora"?
-Que si no se abre la "caja de Pandora" lo que se hace es esconder la mugre debajo de la alfombra, meter la cabeza en un hueco como las avestruces, alejarnos cada vez más de la sensibilidad de nuestra gente y quedarnos contentos porque un pequeño grupo nos felicita. Hay que reconocer que varios obispos -y me incluyo- estamos muy detrás, lejos de la sabiduría pastoral, de la visión y de la generosidad del papa Francisco.
-¿Pudo percibir hostilidad de la curia hacia el Papa, visto que varios prelados (Gerhard Muller, George Pell, Marc Ouellet, Leo Burke), fueron líderes de un sector conservador que públicamente habló en contra de las aperturas?
-No me preocupó lo que dijeron. Algunos de ellos se expresaron con solidez y con preocupaciones sinceras por cuestiones que no pueden ser descuidadas. En otros, aunque son muy pocos, me preocupó el tono: agresivo, irritado, amenazante, no sólo dentro del aula del sínodo, sino en los pasillos y por la calle. Repito: eran muy pocos.
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