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El tesoro del novicio. "No es mi intento, ni tal pudiera pretender al publicar estas páginas, el enriquecer los tesoros de la ascética con una nueva producción que arroje más clara luz sobre materias …Más
El tesoro del novicio.

"No es mi intento, ni tal pudiera pretender al publicar estas páginas, el enriquecer los tesoros de la ascética con una nueva producción que arroje más clara luz sobre materias agotadas, digamos así, por millares de autores de profundísima erudición y acrisolada santidad. No, solamente me he propuesto el poner en maños de la juventud de los claustros un libro práctico en el cual hallen sencillamente explicado, como su poca edad y conocimientos lo requieren, todo lo más esencial que deben saber acerca de su estado y obligaciones. Es decir, enseñar a los niños que ingresan en la Religión qué deben hacer, y cómo lo deben ejecutar para ser santos religiosos."