MUCHOS NO LO SABÍAMOS: MILAGRO EUCARÍSTICO EN PERÚ CON EL DIVINO NIÑO EN HONOR DEL CORPUS CHRISTI. PARA NOSOTROS REPRESENTA EL MENSAJE DE LA TRINIDAD Y LA PROTECCIÓN DEL CONCEBIDO El Milagro Eucarístico …Más
MUCHOS NO LO SABÍAMOS: MILAGRO EUCARÍSTICO EN PERÚ CON EL DIVINO NIÑO

EN HONOR DEL CORPUS CHRISTI. PARA NOSOTROS REPRESENTA EL MENSAJE DE LA TRINIDAD Y LA PROTECCIÓN DEL CONCEBIDO

El Milagro Eucarístico de Eten sucedió aproximadamente hace 356 años en la ciudad peruana de Puerto Eten. En la Hostia que había sido expuesta para la adoración pública apareció el Niño Jesús y tres corazones de color blanco que resplandecían y estaban unidos entre sí. Cada año, la fiesta en su honor se comienza a celebrar el 12 de julio con el traslado de la imagen del Niño del Milagro de su Santuario al templo de la ciudad de Eten. Las fiestas se concluyen el 24 de julio. a primera aparición del Divino Niño en el Santísimo Sacramento sucedió en la noche del 2 de junio de 1649, durante la oración de las vísperas y la exposición solemne en honor a la fiesta del Corpus Domini.

Concluida la ceremonia, el fraile franciscano, Jèrome de Silva Manrique, estaba reservando la Custodia en el tabernáculo cuando de pronto se detuvo. En la Hostia había aparecido un rostro resplandeciente de un Niño. Estaba rodeado de rizos castaños que caían sobre sus hombros. Todos los fieles presentes pudieron ver lo mismo. La segunda aparición se verificó algunos días después, el 22 de julio, durante los festejos en honor a Santa María Magdalena, Patrona de la ciudad.

Según el testimonio de Fray Marco López, superior del convento de Chiclayo, durante la exposición del Santísimo Sacramento “el Divino Niño Jesús apareció nuevamente en la Hostia, vestido de una túnica de color morado. Debajo de ésta tenía una camisa que llegaba a la mitad del pecho, según la usanza de los indios”. A través de este signo, el Divino Niño quería identificarse con los habitantes mochicas de Eten para demostrarles su amor. Durante esta aparición, que duró unos 15 minutos, muchos vieron que en la Hostia aparecían tres pequeños corazones blancos, unidos entre sí, simbolizando las tres Personas de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, presentes en la Hostia consagrada. Aún hoy, la fiesta en honor al Milagroso Niño de Eten continúa convocando cada año miles de fieles.