Bottega
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Quien persigue al Mesías para matarle?

Mesías, persona consagrada, (rey, sacerdote o Santo) proviene del hebreo ungido.

Se le denomina así, por la costumbre ungir en aceites a los reyes cuando se los proclama.

Hoy se sigue usando en la iglesia desde el bautismo hasta la unción de los enfermos, pasando por la unción obispal con el aceite santo o santos óleos, que son consagrados por el Obispo en la Misa Crismal, el Jueves Santo por la mañana. Luego, son distribuidos a las parroquias.

El término equivalente en griego a khristós, ‘Ungido’.

Cristo viene de la traducción griega del término hebreo “Mesías” que quiere decir “ungido” y pasa a ser nombre propio de Jesús, porque Él cumple perfectamente la misión divina que esa palabra significa.

El mesianismo es el credo sobre el cambio de la sociedad, que será originado por la venida del mesías o redentor, a quien corresponde el establecimiento de un nuevo orden, es el principio de esperanza para todos los hombres.

En el libro de II Samuel, el mesianismo es la esperanza de una felicidad completa. Esta idea tiene un aspecto salvífico pues ve una esperanza en la intervención futura de Dios. Hay un aspecto espiritual, pues esta intervención divina se vislumbra como la intervención definitiva de Dios que vendrá para renovar el mundo.

“El judaísmo ha considerado siempre la redención como un acontecimiento público, destinado a verificarse en la escena de la historia y dentro de la comunidad judía… Al contrario, el cristianismo considera la redención como un acontecimiento que se verifica en una esfera espiritual e invisible, un acontecimiento que se produce en el alma; en otras palabras, en el universo personal del individuo”.

Es por esta razón que los judíos matan al Mesías, a Jesús, a Cristo, a El ungido por Dios, porque a ellos no les sirve un mesías que llama a todos a la salvación, ellos necesitan un mesías exterminador que solo “salve al pueblo elegido”, esclavizando a los “demás”. Con esto se ganan la condena del Mesías y son llamados sinagoga de Satanás por Él. Mientras, ellos esperan la venida de "un" mesías, que seria exacta mente el anti mesías, ya que el verdadero ya vino y lo rubricó con su resurrección.

Reaccionan entonces creando el concepto de “Mesías que ha Fracasado en su intento de redimir”.

El concepto de mesías, ha sido aprovechado por políticos y sectas, que prometen renovar la sociedad, presentándose a sí mismos como respuesta a todos los problemas que la oprimen.

La expresión “Vox populi, vox Dei” – Literalmente, “la voz del pueblo, es la voz de Dios”- significa que “la opinión popular de la gente ordinaria revela la voluntad de Dios y debe obedecerse”.

Es así como vemos que, en las elecciones, los candidatos son “ungidos” con los votos que los eligen; a partir de promesas falsas, se hacen mesías a Sí mismos.

La “Programación Neuro-Lingüística” una pseudociencia de la ‘Nueva era’, usa el control mental o la modificación de los procesos mentales de los individuos, alterando el significado de las cosas, lo que se conoce como cambio de paradigmas, es decir el bien es mal y viceversa o en el contexto de nuestro tema “el mesías es un fracasado”, arrastrando así a los creyentes fuera de la Fé.

Pura ingeniería social que trae al discurso diario, noticias llenas de frases negativas contra el concepto de Fe, Bueno, Absoluto, Familia, Prédica y Dios, descalificando y contaminado de negativismo la fe y lo bueno.

Mientras miente sobre los acontecimientos de la Historia, para la muestra; Nunca se habla de los 70 millones de cristianos asesinados en la segunda guerra mundial y conexas.

Ni sobre los millones de Cristianos asesinados por el Imperio Romano, Bolchevique o Maoista, minimizando una realidad, mientras proponen "otras"...

Entonces Herodes, Rey de los JUDÍOS al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.»
Evangelio de Mateo 2:16-18