No soy de los que opinen mucho, me da flojera rebatir o corregir tanta ignorancia que cunde en las redes sociales. Cualquiera que sabe un poquito de religión quiere hablar como eminente teólogo. Antes que nada, merece mi respeto la persona que editó y subió este video; es loable que se quiera evangelizar. Lo que no me agrada es que lo que el video dice tiene poco que ver con la doctrina oficial de la Iglesia Católica. No sólo hay que atenernos a los escritos bíblicos, recordemos que la Biblia sin la Iglesia deja de tener valor espiritual y teológico, pues fue la Iglesia la que gestó la Biblia y no viceversa como muchas sectas fundamentalistas. Ciertamente, los hechos catastróficos los podemos constatar por doquier: guerras, enfermedades, desastres naturales, lucha por el poder. Sin embargo, son cosas que siempre han existido en la historia de la humanidad a menor o mayor escala. Todo es relativo, en ese sentido. Es erróneo juzgar la historia basados en los mismos parámetros de ahora. No hay nada nuevo bajo el sol. Jesús mismo lo dijo: "Nadie sabe la hora ni el momento, ni los ángeles del cielo, ni el hijo sino sólamente el Padre. Pero la Iglesia y corríjanme si me equivoco, cree que las verdaderas señales de la parusía son, prácticamente dos: "La conversión del pueblo judío" y la predicación del evangelio a todas las naciones. Hay naciones que no saben nada sobre el evangelio y para que el pueblo judío se convierta creo que falta mucho: "Ya no me volverán a ver hasta que no digan: bendito sea el que viene en el nombre del Señor. Todos los acontecimientos mundiales no sabemos en que puedan concluir. Puede haber mucho dolor y mucha muerte pero la venida del hijo del hombre es incierta, pues nadie lo sabe.
El cristiano verdadero no tiene que preocuparse por esas cosas: "a cada día le basta con su propio afán". Lo único que le tiene que preocupar es vivir en gracia de Dios y obedecer lo que manda la santa Iglesia. amar la eucaristía, fuente de la vida verdadera; amar a maría, la madre de Jesús y Madre nuestra y amar al prójimo como a sí mismo. Nuestra religiosidad no tiene que ser de miedo, tiene que ser auténtica: No me mueve mi Dios para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte... Una religiosidad pura y sencilla; humilde e inocente como la de un niño para con su madre.
Disculpen que me haya extendido pero siento este video tipo protestante. Mucho cuidado con lo que se pública y a estar atentos.
Saludos.