Luteranismo: Condenado centenares de veces. I – Entre la Iglesia Católica y las sectas hay discrepancias esenciales Concilio Vaticano II (XXI Ecuménico) · Entre estas iglesias y comunidades y la …Más
Luteranismo: Condenado centenares de veces.

I – Entre la Iglesia Católica y las sectas hay discrepancias esenciales

Concilio Vaticano II (XXI Ecuménico)

· Entre estas iglesias y comunidades y la Iglesia Católica hay discrepancias esenciales

Hay que reconocer, ciertamente que entre estas iglesias y comunidades y la Iglesia Católica hay discrepancias esenciales no sólo de índole histórica, sociológica, psicológica y cultural, sino, ante todo, de interpretación de la verdad revelada. (Concilio Vaticano II. Decreto Unitatis redintegratio, n. 19, 21 de noviembre de 1964)

León XIII

· Las sectas protestantes se han introducido con el objetivo de levantar el nivel de discordia y rebelión religiosa

Es ahora bien conocido a todos, por la evidencia de los hechos, que el plan concebido por las sectas heréticas (emanaciones multiformes del Protestantismo) es levantar el nivel de discordia y de rebelión religiosa en la península [de Italia], pero más que todo en esta noble ciudad [de Roma] que Dios mismo (admirable en el modo de ordenar los hechos) estableció como el centro de esta unidad fecunda y sublime. Esta unidad fue el objeto de la oración dirigida por Nuestro Divino Salvador a Su Padre Celestial (Jn 17, 11, 21) y fue guardada celosamente por los Papas, incluso al punto de entregar sus vidas por ella, a pesar de las oposiciones humanas y las vicisitudes de los tiempos.

Luego de haber destruido en sus respectivos países las creencias venerables y antiguas que eran parte del sagrado depósito de la revelación por medio de sistemas opuestos y discordantes; luego de haber desparramado el aliento helado de la duda, de la división y de la incredulidad en las almas de sus espectadores […], esas sectas se han introducido de este modo en el viñedo elegido del Señor, con el objetivo de proseguir con su obra desastrosa. […] Habiendo sido informados de este hecho, ante todo Nosotros tenemos la necesidad de confesar, como lo hemos hecho en muchas ocasiones, cuán exasperante es esta condición impuesta sobre la cabeza de la Iglesia Católica, la cual se ve forzada a observar el desarrollo libre y progresivo de la herejía en ésta ciudad santa en la que debe reflejarse la luz de la verdad y del buen ejemplo sobre el mundo y la cual debería ser la respetada Sede del Vicario de Jesucristo. Como si no fuera suficiente el torrente de doctrinas enfermas y depravaciones que nacen con impunidad todos los días desde las sillas de profesores, desde los teatros o diarios [periódicos] para corromper las mentes y los corazones de las gentes, hay que agregar a todas esas causas de perversión la labor insidiosa de hombres herejes, que luchan entre ellos, pero que están de acuerdo en vituperar al Supremo Magisterio Pontificio, al clero católico y a los dogmas de nuestra santa religión, de los cuales no conocen el significado y mucho menos aprecian su augusta belleza. (León XIII. Carta Apostólica sobre el proselitismo protestante en Roma, 19 de agosto de 1900)

Pío IX

· Es engaño decir que el protestantismo es lo mismo que la Iglesia Católica

Pero tampoco ignoráis, Venerables Hermanos, que los principales autores de esta tan abominable intriga, […] han formado ellos el designio de atraer a los pueblos de Italia a sus opiniones y conventículos protestantes en que, engañosamente les dicen una y otra vez para seducirlos que no deben ver en ello más que una forma diferente de la misma Religión cristiana verdadera, en que lo mismo que la Iglesia Católica se puede agradar a Dios. Entre tanto, en modo alguno ignoran que aquel principio básico del protestantismo, a saber, el libre examen e interpretación de la Sagrada Escritura, por el juicio particular de cada uno, en sumo grado aprovecharía su impía causa. (Pío IX. Encíclica Noscitis et nobiscum, n. 4, 8 de diciembre de 1849)

Gregorio XVI

· Los protestantes no ahorraron medios para engañar a los fieles

Pero más tarde se requirió aún más atención cuando los luteranos y calvinistas se atrevieron a oponerse a la doctrina inmutable de la fe con una variedad de errores casi increíble. Ellos no ahorraron medio algunos para engañar a los fieles con las perversas explicaciones de los libros sagrados. (Gregorio XVI. Encíclica Inter praecipuas, n. 4, 8 de mayo de 1844)

Pío IX

· Condenación de la doctrina que enseña que el protestantismo es apenas una variante de la única Religión verdadera

18- El protestantismo no es más que una forma distinta de la verdadera religión cristiana; y dentro de aquélla se puede agradar a Dios lo mismo que en la Iglesia católica.(Denzinger-Hünermann 2918. Pío IX, Syllabus o recopilación de los errores modernos, 8 de diciembre de 1864)

León XIII

· La Iglesia siempre ha mirado como excluido de la comunión católica a los que se separan de la doctrina verdadera ― El único Señor exige una sola fe

Cuidadosa de su deber, la Iglesia nada ha deseado con tanto ardor ni procurado con tanto esfuerzo cómo conservar del modo más perfecto la integridad de la fe. Por esto ha mirado como a rebeldes declarados y ha lanzado de su seno a todos los que no piensan como ella sobre cualquier punto de su doctrina. Tal ha sido constantemente la costumbre de la Iglesia, apoyada por el juicio unánime de los Santos Padres, que siempre han mirado como excluido de la comunión católica y fuera de la Iglesia a cualquiera que se separe en lo más mínimo de la doctrina enseñada por el magisterio auténtico. […] Este medio, instituido por Dios para conservar la unidad de la fe, de que Nos hablamos, está expuesto con insistencia por San Pablo en su epístola a los de Éfeso, al exhortarles, en primer término, a conservar la armonía de los corazones. “Aplicaos a conservar la unidad del espíritu por el vínculo de la paz”; y como los corazones no pueden estar plenamente unidos por la caridad si los espíritus no están conformes en la fe, quiere que no haya entre todos ellos más que una misma fe.Un solo Señor y una sola fe”. (León XIII. Encíclica Satis cognitum, n. 17-18, 26 de junio de 1896)

Pío XI

· Prohibición de todo trato con los que no profesan la verdadera doctrina

Nadie, ciertamente, ignora que San Juan, el Apóstol mismo de la caridad, el cual en su Evangelio parece descubrirnos los secretos del Corazón Santísimo de Jesús, y que solía inculcar continuamente a sus discípulos el nuevo precepto “Amaos unos a los otros”, prohibió absolutamente todo trato y comunicación con aquellos que no profesaran, íntegra y pura, la doctrina de Jesucristo: “Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, y ni siquiera le saludéis’ (2 Jn 10)”. (Pío XI. Encíclica Mortalium animos, n. 9, 6 de enero de 1928)

Pío IX

· Necesidad de anatematizar a los que se apartan de la fe de Cristo, traicionando al depósito de la fe

Ya desde el origen de la Iglesia naciente, conviniendo que la fe de los elegidos fuera probada como el oro en el fuego, el Apóstol, vaso de elección, quiso advertir a los fieles, que si alguno se levantare de los que alteran y trastornan el Evangelio de Cristo, diseminando falsas doctrinas y haciendo traición al depósito de la fe, aunque fuera un ángel el que evangelizara otra cosa que lo evangelizado, era preciso anatematizarlo. (Pío IX. Carta apostólica Ad Apostolicae Sedis, 22 de agosto de 1851)

· Las confesiones separadas de la Iglesia no constituyen parte de Ella

Examinando cuidadosamente y reflexionando sobre el estado de las diversas sociedades religiosas, divididas entre sí, y separadas de la Iglesia Católica… no se puede dejar de estar convencido de que cualquiera de estas sociedades por sí mismas, ni todas ellas juntas, no pueden de ninguna manera constituir y ser la única Iglesia católica que Cristo nuestro Señor construyó y estableció, y que por su voluntad debe continuar; y que no pueden de ninguna manera decir que son ramas o partes de esa Iglesia, ya que están visiblemente separadas de la unidad católica. (Denzinger-Hünermann 2998. Pío IX, Carta apostólica Iam vos omnes, 13 de septiembre 1864)

León XIII

· Evitar trato con los que se esconden bajo la máscara de la tolerancia religiosa

Todos deben evitar la familiaridad o amistad con cualquiera que sea sospechoso de pertenecer a la masonería o a grupos afiliados. Conocedlos por sus frutos y evitadlos. Debe evitarse toda familiaridad, no sólo con aquellos impíos libertinos que promueven abiertamente el carácter de la secta, sino también con aquellos que se esconden bajo la máscara de la tolerancia universal, el respeto a todas las religiones, y el deseo de conciliar las máximas del evangelio con las de la revolución. Estos hombres buscan la reconciliación de Cristo y Belial, la Iglesia de Dios y el estado sin Dios. (León XIII. Encíclica Custodi di quella fede, n. 15, 8 de diciembre de 1892)

León XII

· El Dios verdadero no aprueba las sectas que profesan enseñanzas falsas

Es imposible que el Dios verdadero, que es la Verdad misma, el mejor, el más sabio proveedor y el premiador de los buenos, apruebe todas las sectas que profesan enseñanzas falsas que a menudo son inconsistentes y contradictorias entre sí, y otorgue premios eternos a sus miembros […] porque por la fe divina confesamos un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. […] Por eso confesamos que no hay salvación fuera de la Iglesia. (León XII. Encíclica Ubi primum, n. 14, 5 de mayo de 1824)

San Cipriano de Cartago

· Quien recoge en otra parte disipa la Iglesia de Cristo – Él que se separa de la Iglesia se une a una adúltera y no logrará las recompensas de Cristo

La Iglesia de Cristo no puede ser adúltera, pues es incorruptible y pura. Solo una casa conoce, guarda la inviolabilidad de un solo tálamo con pudor casto. Ella nos conserva para Dios, ella destina para el Reino a los hijos que ha engendrado. Todo el que se separa de la Iglesia se une a una adúltera, se aleja de las promesas de la Iglesia, y no logrará las recompensas de Cristo quien abandona la Iglesia de Cristo; es un extraño, es un profano, es un enemigo. No puede tener a Dios por Padre quien no tiene la …