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El Verdadero Amor es para Siempre - E.S. Marino Restrepo. 3 Y estando despúes sentado en el monte de los Olivos se acercaron algunos de los discípulos y le preguntaron en secreto: Dinos ¿cuándo sucederá …Más
El Verdadero Amor es para Siempre - E.S. Marino Restrepo.

3 Y estando despúes sentado en el monte de los Olivos se acercaron algunos de los discípulos y le preguntaron en secreto: Dinos ¿cuándo sucederá eso? ¿Y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?
4 A lo que Jesús les respondió: Mirad que nadie os engañe: 5 Porque muchos han de venir en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo , o Mesías, y seducirán a mucha gente. 6 Oiréis asimismo noticias de batallas y rumores de guerra; no hay que turbaros por eso, que si bien han de preceder estas cosas, no es todavía esto el término. 7 Es verdad que se armará nación contra nación, y un reino contra otro reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en varios lugares. 8 Pero todo esto aún no es más que el principio de los males.
9 En aquel tiempo seréis entregados para ser puestos en los tormentos y os darán la muerte, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre, por ser discípulos míos; 10 con lo que muchos padecerán entonces escándalo y se harán traición unos a otros, y se odiarán recíprocamente; 11 y aparecerá un gran número de falsos profetas que pervertirán a mucha gente. 12 y por la inundación de los vicios, se enfriará la caridad de muchos. 13 Mas el que perseverare hasta el fin, ése se salvará.
14 Entretanto se predicará esta buena noticia del reino de Dios en todo el mundo, en testimonio para todas las naciones, y entonces vendrá el fin.
15 Según esto, cuando veáis que está establecida en el lugar santo la abominación desoladora que predijo el profeta Daniel (quien lea esto, nótelo bien), 16 en aquel trance los que moran en Judea huyan a los montes; 17 y el que está en el terrado no baje o entre a sacar cosa de su casa; 18 y el que se halle en el campo, no vuelva a coger su túnica o ropa. 19 Pero ¡ay de las que estén en cinta o criando, y no puedan huir a prisa en aquellos días! 20 Rogad, pues, a Dios que vuestra huida no sea en invierno o en sábado. 21 Porque será tan terrible la tribulación entonces, como no la hubo semejante desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. 22 Y a no acortarse aquellos días, ninguno se salvaría; mas se abreviarán por amor de los escogidos. Mateo 24, 3-22